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            Enfrentarse a vientos  fuerza 10, atravesar el barco a la mar, 
            andar a 12 nudos con una punta de génova,… Lo mejor es evitar 
            estas situaciones y estar prevenidos por si a pesar de todo nos 
            tocara vivirlas. 
            
            
            
            Charlábamos sobre 
            la brutal experiencia sufrida por una tripulación en un pequeño 
            velero con vientos de fuerza 10 en la costa de Bretaña y lo cerca 
            que estuvieron de perder a un hombre y posteriormente zozobrar. 
            Situaciones como estas ocurren aunque afortunadamente de forma 
            ocasional, pero el denominador común es la falta de previsión y la 
            tozudez en no querer cambiar el programa de navegación cuando las 
            cosas se ponen feas. 
            
            
            
               
             
            NO dude en 
            cambiar de planes si existen riegos de temporal. Sea prudente y 
            piense que días para navegar hay muchos. ¿Por qué hacerse a la mar 
            si el parte de meteo anuncia un golpe de viento para mañana? Si a 
            pesar de todo le sorprende navegando, debemos evitar los lugares que 
            tengan fama de producir mares feroces y accesos complicados a los 
            resguardos o puertos. 
               
            
            
            
            Cuando el mar se 
            enfada la situación se hará insostenible en lugares con poco fondo, 
            especialmente si existen corrientes o mareas de sentido contrario al 
            viento. Es mucho mejor hacer unas horas más de navegación, aún con 
            mala mar, si con ello podemos llegar a un puerto con el acceso más 
            protegido. Y si tiene que pagar un amarre extra o coger un taxi o un 
            autobús para volver a casa, hasta que pase el temporal, recuerde que 
            será la mejor inversión económica que pudiera usted hacer! La 
            decisión de cambiar de planes, cambiar de destino, siempre es 
            molesta, pero sin duda la más acertada y juiciosa.   
             
              
            
            En un barco la 
            clave está en anticiparse a las situaciones. Anticipación para hacer 
            una maniobra, anticiparse en la toma de decisiones conociendo los 
            cambios en la meteo, anticiparse para tenerlo todo preparado, todo 
            bajo control. No deje que la situación le controle a usted. Correría 
            un grave peligro. 
            
               
            En el barco debe 
            llevar algunos elementos que normalmente “duermen” en algún oscuro 
            rincón hasta que son necesarios. En muchos casos simplemente no 
            existen. Por ejemplo las lonetas que se instalan en las literas para 
            evitar rodar fuera de ellas con mal tiempo. Navegar con mucho viento 
            y una puntita de génova es totalmente inapropiado y puede acabar 
            prematuramente con la vida del enrollador de génova, y hacer sufrir 
            sobremanera el estay debido a las fuertes sacudidas que este 
            provocará en la cabeza del palo. Lo mejor es un estay largable o 
            desmontable en el que relingar el tormentín. Con él conseguiremos un 
            barco más maniobrable y por tanto más seguro. Con la pequeña vela de 
            proa y una mayor bien rizada podemos intentar la maniobra de ponerse 
            a la capa y por tanto conseguir detener el barco. Muchas mayores no 
            permiten más que dos tomas de rizos que son totalmente insuficientes 
            en caso de vientos mayores a fuerza 8. La tercera toma de rizos en 
            la vela mayor permite dejarla izada y por tanto mantener un 
            equilibrio de fuerzas con el tormentín, y sin la cual nos veríamos 
            forzados a recogerla y perder por tanto la posibilidad de hacer una 
            maniobra de “capa”.   
             
              
            Y la situación 
            puede ser de primerísima necesidad en caso de perder a un tripulante 
            fuera del agua. Aunque este vaya con arnés y agarrado a la línea de 
            vida, una persona arrastrada a 3 Ó 4 metros por la popa, con el 
            barco galopando a 8-10 nudos sin posibilidad de ser detenido, es 
            simplemente insostenible. La fuerza del agua le acabará arrancando 
            la ropa y dejándolo maltrecho, con hipotermia y medio 
            ahogado. Detener el barco o reducir el empuje es primordial, y la 
            única manera de hacerlo es acuartelar el tormentín y conseguir 
            efectuar la maniobra de ponerse a la capa (ver artículo "ponerse 
            a la capa").   
             
              
            Las líneas de 
            vida deben ser bien estudiadas. Nunca utilice el guardamancebos como 
            si se tratara de una línea de vida ya que puede ceder a las brutales 
            tensiones de un vuelco o a la gran fuerza de arrastre de alguien que 
            es remoldado al caer al agua. Las líneas de vida no deben llegar en 
            ningún caso hasta la misma popa. Van corriendo sobre la cubierta a 
            ambas bandas, y lo mejor es que acaben un par de metros antes de la 
            popa, para que en caso de caída de alguien por la borda este sea 
            remolcado justo cerca del espejo de popa y no a varios metros por 
            detrás, ya que se hace muy duro recuperar cada centímetro de cincha, 
            para conseguir traerlo de nuevo a bordo. 
               
             
            No olvide que los 
            Winchs sirven para mucho más que cazar las escotas. La driza del spi 
            le puede ayudar junto al winche para izar a bordo cualquier peso por 
            grande que este sea. También nos puede valer el amantillo de la 
            mayor, el tangón o cualquier combinación de poleas y cabos que sea 
            capaz de combinar. Lo mejor es ensayar estas maniobras aunque sea en 
            la imaginación, pues en caso de necesidad los nervios del momento le 
            bloquearán la mente y le harán malas pasadas.   
             
              
            Y no olvide los 
            procedimientos de seguridad, lo que hay que hacer ineludiblemente en 
            caso de hombre al agua, los procedimientos de petición de ayuda por 
            VHF (ver artículo "Situación 
            de Emergencia"), los primeros auxilios y como manejar 
            las señales de emergencia (cohetes, paracaídas, y demás parafernalia 
            pirotécnica). Incluso con mal tiempo y en caso de estar viviendo una 
            situación de emergencia no debemos dejar de vigilar la navegación, 
            tomar referencias en la carta y si navega con Chart-Plotter 
            continuar vigilándolo en todo momento.   
             
            
            Muchas veces al pasear por los salones 
            náuticos no puedo dejar de imaginarme los barcos boca abajo… ¿Boca 
            abajo? No quiero meterle el miedo en el cuerpo pero debe saber que 
            una ola rompiente (si no rompe no hay problema) y del través con una 
            altura  de un tercio de la eslora, es perfectamente capaz de dejarlo 
            con la quilla al viento patas arriba.   
              
            
            Se trata de una situación bien 
            real que puede darse en caso de una tormenta “perfecta”. Y si el 
            barco queda como el de la aventura del “Poseidón”  no deje de pensar 
            por donde entrará agua y qué pasará con las cosas que hay dentro. 
            Por ejemplo, ¿los cofres de la cubierta en popa son estancos o 
            podrán colar agua a “mogollón”? Les diré la verdad. Con la “mayoría” 
            de los barcos que usted está acostumbrado a ver en los salones no 
            quiero ni plantearme una situación de estas características. Los 
            cofres de popa normalmente comunican con la cámara donde se 
            encuentra el sistema de timonería el cual está separado del interior 
            del barco de forma solo decorativa por una ligera maderita. 
              
              
             
              
              
             
             
            "Marinizar" el barco parece una necesidad un tanto 
            retórica, pero de hecho necesaria. Los barcos oceánicos están 
            pensados para que en caso de desmesuradas escoras y de vuelcos, las 
            cosas no pasen del mal susto y no conduzcan al peor de los 
            desastres. 
               
            El ancla debe estar fija incluso con los peores estados de la 
            mar. En muchos veleros modernos, el propio molinete actúa 
            afortunadamente como bloqueo y esta no se moverá del lugar incluso 
            con un vuelco. Pero imagine por un momento una batería de 
            ácido-plomo de 25 kilos de peso levitando por el salón! Peor podría 
            ser una madera del suelo volando desde el nuevo ¿techo? y sobre la 
            que planea una caja de herramientas con esquinas punzantes y a punto 
            de aterrizar en nuestra nuca…  ¿Por qué los fabricantes de 
            barcos no las fijan de alguna manera inteligente? Podrían ajustarse 
            con pasadores y cerrojos evitando las pesadillas que persiguen a 
            cualquier armador o aficionado juicioso! 
                 
              
             
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