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No te olvides del ancla para la Dinghi

 

 

Y aún es mejor llevar una pequeña bolsa de plástico con el pequeño ancla y algunas cosas más de seguridad, que pueden resolvernos muchas desagradables papeletas cuando estemos en nuestra dinghi.

Un pequeño ancla para la dinghi puede ser del todo necesaria en bastantes situaciones. Recuerdo regresar al barco de noche de una cena en una cala

cerca de Mahón, cuando de repente el fueraborda murió sin preaviso negándose a arrancar a pesar de nuestros urgentes intentos. Y es que el viento nos sacaba de la bahía a toda velocidad dejándonos todo el Mediterráneo abierto por delante.

En un caso así el pequeño ancla con la fina línea de poliester es todo un seguro que debemos fondear sin dilación para sujetarnos y evitar perdernos en la mar. Si el motor auxiliar se para, y tras un par de intentos no arranca, es del todo necesario sujetarnos con el ancla de forma inmediata, antes de que el fondo empiece a ser más profundo.

 

 

En muchas ocasiones no somos conscientes de las comprometidas consecuencias que asumimos al ir en la dinghi sin material de seguridad. Lo mismo ocurre por ejemplo con la falsa sensación de seguridad al navegar en pareja o peor aún en solitario, frente a una posible caída por la borda. Simplemente estamos muertos, aunque esa muerte ocurra en diferido pasadas unas horas…

Pero sin ser tan dramáticos, el ancla de la auxiliar también nos ayudará a no perder la neumática cuando desembarcamos en la playa para ir a tomar un aperitivo en el bar. Recuerdo al menos dos ocasiones en la que a pesar de haber subido la neumática un poco en la arena, tras regresar del chiringuito, alguna pequeña ola acabó por llevarse la neumática que flotaba a 200 o 300 metros en el mar. Una nadada innecesaria si hubiéramos enterrado el ancla una decena de metros delante de la línea de costa.

 

 

 

La bolsa de la dinghi

Tras haberle visto las orejas al lobo, mi solución consiste en llevar siempre una pequeña bolsa dedicada a la dinghi, en la que siempre agarro junto con el mando rojo del fueraborda. En ella; el ancha con una fina cadena inox de 5 milímetros y 3 metros de línea, de la que salen 50 metros de cabo de 6 mm que abultan bien poco.

 

 

Pero aún viajo más tranquilo, desde que al cambiar la VHF portátil del barco, dejé la anterior en buen estado, en una bolsita sellada y dentro de la bolsa dedicada a la dinghi. Si es necesario, siempre habrá con quien comunicar una situación comprometida.

 

 

En la bolsa también llevo otro cabo para poder sujetar la neumática cuando por ejemplo la tengo que dejar en un pantalán con cierto movimiento y oleaje  (lo cual es bastante común en el Caribe). En otra ocasión fuimos a las rocas de la Isla Margarita en Ibiza, para hacer una inmersión de buceo. Además del ancla con los metros de cadena, utilizamos este segundo cabo para asegurar la neumática por la popa, pues lo que menos apetecía, era salir de la inmersión y descubrir que la neumática se hubiera perdido.

 

 

 

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