Velas 
                equilibradas, navegación segura
                
                  
                
                
                Cuando empieza a soplar fuerte debemos tomar 
                rizos y recoger parte del génova o cambiarlo por una trinqueta. Dependiendo de cómo lo hagamos 
                conseguiremos un velero bien equilibrado o por el contrario con 
                tendencia a caer o demasiado ardiente. ¿Cómo hacerlo bien? 
                
                  
                
                Con todas las velas desplegadas, un velero de 
                crucero se encuentra perfectamente equilibrado en su plano vélico lo cual quiere decir que mantendrá cualquier rumbo 
                sin 
                necesidad de llevar el timón metido a ninguna banda. Así debería 
                ser con un velero  bien diseñado y bien equilibrado... Un velero 
                 
                bien aparejado no tendrá tendencia a orzar (ardiente) ni 
                tampoco lo contrario, a irse al viento (velero blando). 
                  
                
                  
                
                  
                
                En un velero bien equilibrado ocurre como con una 
                tabla de windsurf, que es capaz de navegar a cualquier rumbo con 
                respecto al viento sin necesidad de ningún timón. Se trata de un 
                perfecto equilibrio de fuerzas en el que intervienen la fuerza 
                de empuje del viento en las velas y la fuerza de resistencia de 
                la obra viva manifestada en la orza y en un punto conocido como 
                “centro de deriva”. 
                  
                
                  
                
                  
                
                Si para un rumbo cualquiera, estas dos fuerzas 
                están en la misma vertical el barco, entonces podríamos decir 
                que no se produce ninguna “palanca” (bien llamada par de 
                fuerzas) entre la fuerza total de las velas y la fuerza de 
                resistencia en la orza, que tienda a cambiar el velero de rumbo. 
                El velero está perfectamente equilibrado, y podríamos llegar a 
                eliminar el timón sin que esto afectara al rumbo del barco.
                 
                  
                
                  
                
                En un velero se 
                puede cambiar su tendencia al ser “ardiente” o “blando” entre 
                otras maneras, jugando con la inclinación del palo hacia atrás o 
                hacia delante. Así  es como viran sencillamente las tablas 
                de windsurf. 
                  
                  
                
                
                "Con el velero está perfectamente 
                equilibrado,  podríamos llegar a eliminar el timón sin que 
                esto afectara al rumbo del barco" 
                
                  
                  
                
                En cualquier 
                barco o tabla de windsurf la orza no se mueve y es el centro de 
                empuje de las velas el que podemos retrasar o adelantar. En el velero al 
                quitar o meter más velas, tanto en la mayor como en la proa. En 
                la tabla de windsurf cambiamos el centro de empuje de la vela al 
                inclinar el palo para atrás o hacia delante. Cuando en la tabla 
                de windsurf tumbamos 
                mucho el palo hacia atrás, la fuerza de la vela empujará por 
                detrás de la orza y entonces el “casco” tenderá a pivotar 
                buscando el viento. Estamos en una situación “ardiente”. Lo 
                contrario ocurrirá cuando avanzamos el palo por delante del la 
                orza. La tabla se pondrá a pivotar cayendo al viento hasta alcanzar rumbos 
                portantes.  
                
                  
                  
                
                  
                  
                
                
                Los grandes navegantes de todos 
                los tiempos estaban orgullosos de sus veleros capaces de navegar 
                a cualquier rumbo sin necesidad de “tocar” el timón. Sus barcos 
                estaban perfectamente equilibrados. En estos imprescindibles 
                relatos se cuenta y narran los trucos para conseguirlo.  
                  
                  
                
                  
                  
                
                
                "...Si en windsurf tumbamos mucho 
                el palo hacia atrás, la vela empujará por detrás de la orza y 
                entonces el “casco” tenderá a pivotar buscando el viento..." 
                  
                  
                  
                
                
                Llega el mal tiempo 
                
                  
                
                  
                
                  
                
                Pero cuando sopla demasiado viento es claro que 
                debemos reducir las velas y al hacerlo tanto en la 
                mayor como en la vela de proa, estaremos cambiando además de la 
                potencia total con la que empujen las velas, el punto en el que se 
                aplica la resultante de la fuerza de todas las velas, conocido 
                como centro de empuje vélico. 
                  
                
                
                Ejemplo 1: Barco 
                blando 
                
                  
                
                Imaginemos que vamos navegando orzando hacia el 
                viento. Como ha subido el 
                viento decidimos reducir algo de velas porque notamos demasiada 
                presión en las velas y que escoramos mucho. Si por ejemplo 
                tomamos dos rizos en mayor y solo recogemos una puntita de génova, habremos avanzado el centro de las velas y por tanto 
                este se encontrará por delante de su punto de equilibrio. El 
                barco tenderá a pivotar y caer al viento. 
                  
                
                En estas 
                circunstancias necesitamos meter mucho timón hacia el viento si 
                queremos seguir orzando al mismo rumbo que manteníamos. Notaremos que para continuar 
                con ese mismo rumbo 
                de ceñida,  la caña del timón hace mucha fuerza y además se 
                producen torbellinos y resistencias al avance en el timón que se 
                esfuerza a duras penas para neutralizar el desequilibrio de nuestro 
                plano vélico.  
                  
                
                  
                
                  
                
                En este mismo ejemplo si lleváramos rumbos 
                portantes no notaríamos ningún problema pues el barco al estar 
                muy blando está encantado de ir de empopada. Navegará bien a 
                pesar de estar desequilibrado, pero dejará de ir bien en cuanto 
                empecemos a coger rumbos de ceñida. 
                
                En estas 
                condiciones, si el barco está muy desequilibrado, llegará un 
                momento en el que no conseguiremos ceñir, por mucho que con el 
                timón lo llevemos al viento. Notaremos como la caña se queda 
                "fofa" y sin capacidad alguna de ceñida.  
                
                  
                
                  
                
                  
                
                
                Un error frecuente es el de 
                mantener demasiada vela en proa en cuanto suban las  
                rachas, tomando todos los rizos en la mayor. La reducción de 
                velas debe ser equilibrada.  
                  
                
                 
                  
                  
                  
                
                
                Ejemplo 2:Barco Ardiente 
                
                  
                
                Tan malo como el desequilibrio anterior. Al subir 
                el viento hemos decidido recoger toda la génova y dejamos la 
                mayor tal cual está enterita. El centro de empuje de las velas 
                está retrasado y tiende a pivotar el barco a barlovento y por 
                tanto a llevar el barco al viento. 
                  
                  
                
                  
                
                  
                  
                
                El efecto puede llegar a ser muy acusado y 
                molesto, ya que notaremos que el barco no nos hace caso y 
                nuestro timón va casi “por libre”, pues a pesar de girarlo o 
                mover la caña buscando rumbos más abiertos, el muy “cabrito” no 
                obedece. Como puede imaginar la culpa no es del timón, ni del 
                barco, ni del viento. Somos nosotros los que estamos haciendo 
                mal las cosas. 
                  
                  
                
                  
                  
                  
                
                
                  
                  
                    
                      | 
                
                       
                        
                
                      
                      
                      Trinqueta y estay 
                      volante 
                  
                
                  
                
                
                Difícil de encontrar 
                
                
                en los veleros de 
                charter pero casi imprescindible en los veleros oceánicos. La trinqueta es otra vela de proa situada por detrás del foque o el 
                génova, y soportada en un estay algo más pequeño que el de proa 
                y que no debemos confundir con el bajo estay cuya función es la 
                que obtener una mejor sujeción de la parte baja del palo hacia 
                la proa.  
                
                
                Al ser una vela más pequeña que 
                el génova y sobre todo más retrasada, es ideal cuando llevamos 
                rumbos al viento y sube la fuerza del viento. Recogeremos el génova y abrimos el enrollador de la trinqueta ajustando su 
                superficie desenrollada.  
                
                  
                
                
                Los que no tienen trinqueta pero 
                hacen navegación oceánica, deben poder utilizar un tormentin. Lo 
                mejor para ello es utilizar el estay de trinqueta por estar más 
                retrasado o utilizar un estay volante. Recuerde que para el 
                tormentín deberemos llevar también un par de escotas de 
                tormentín que pueden ser las que utilicemos para el espinaker, 
                pero no las del génova, pues estas deben quedar recogidas en el 
                enrollador para que el génova no se desenrolle y empiece a 
                gualdrapear. 
                
                  
                
                
                   | 
                     
                   
                  
                 
                  
                  
                  
                
                
                Buscar el equilibrio 
                  
                
                  
                
                  
                
                Cuando navegamos, el timón nos envía muchas 
                sensaciones y es nuestro aliado para saber si necesitamos 
                corregir el equilibrio de las velas. Si el barco no avanza bien con 
                el timón a la vía sea cual sea el rumbo y la fuerza del viento, 
                tendremos que corregir el plano vélico.   
                
                Si el velero se nos va 
                al viento, reduzca algo de mayor y/o aumente algo la superficie 
                de la vela de proa. Si por el contrario al navegar, el barco 
                no quiere orzar ni a tiros, 
                deberá recoger el génova y/o aumentar la superficie de vela 
                mayor (y si lleva mesana mejor todavía). 
                 
                 
                
                  
                  
                    
                      | 
                
                       
                        
                      
                      
                      Un poquito de motor 
                      
                        
                      
                        
                      
                      
                      Con muy mala mar y 
                      demasiado viento habremos recogido mucha superficie de las 
                      velas lo cual puede hacer que el velero se quede sin 
                      arrancada y con poca capacidad de ceñida pues al enrollar 
                      mucho el génova, esta vela embolsa mucho y no conseguiremos 
                      aplanar correctamente la vela. 
                      
                       
                      
                      
                      Pero recoger todo el trapo 
                      y navegar con el motor es un error pues este no entrega ni 
                      de lejos la potencia necesaria para navegar contra estos 
                      estados “enérgicos” de la mar. 
                      
                        
                      
                      
                      Con fuerte viento, las 
                      velas por pequeñas que sean, son capaces de ofrecer el 
                      equivalente a muchos más caballos de potencia. Mucho más 
                      de los que 
                      podemos obtener del motor del barco, que con mal tiempo 
                      pueden ser del todo insuficientes.  
                      
                      
                      No debemos prescindir de 
                      esta potencia del viento. Sin embargo el motor nos puede ayudar en 
                      ceñida, ya que conseguiremos ese pequeño empuje adicional 
                      que necesitamos para remontar una ola puñetera, o no 
                      quedarnos parados al no tomar viento en el valle entre dos 
                      olas.  
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                El funcionamiento 
                de las velas
                
            
                       - 
                
                
                Electrificar 
                winches por poco dinero
                
            
                       -
                
                Montar un winch eléctrico económico
                
                
                   -
                
                
                La vela es un ala. 
                El ala es un motor
                
                
                   -
                
                
                ¿Qué es el efecto 
                Canal entre la mayor y el foque?
                
                
                   -
                
                
                ¿Tormentín o 
                Génova casi enrollado?
                
                
                   -
                
                
                La eficacia de la 
                vela de proa
                
                
                   -
                
                
                La eficacia del 
                Spinnaker
                
                
                   -
                
                
                Mantenimiento de 
                las velas
                
                
                   -
                
                
                Los tejidos con 
                los que se fabrican las velas
              
             
                  
                
            
              
                
                  
                
                
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