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Vela y Aventura:

preparar la cabullería para el gran viaje

No es lo mismo contar con unas escotas para salir a navegar a la cala de al lado, que la que vayamos a utilizar para hacer un viaje de 40.000 millas. El desgaste es un factor importante y debemos llevar algunos cabos de repuesto que puedan hacer las veces de escotas, drizas o lo que más nos haga falta.

 

Nos acostumbramos rápidamente a lo bueno pero debemos recordar que hace sólo unos años, los cabos no eran tan resistentes, sólidos e imputrescibles. Los nuevos plásticos que apenas llevan unas décadas con nosotros permiten fabricar tejidos elásticos como el Poliester el Dyneema, capaces de aguantar fuerzas de tracción más grandes que el acero.

 

 

Un Dineema de solo 1 cm de diámetro puede soportar cargas de rotura de hasta 5.500 kilos.

 

 

Un rápido resumen

Los cabos de poliéster conocido bajo diferentes nombres comerciales con son el Tergal, Terylene, Tetaron o Dacron (es lo mismo) son los más utilizados para escotas y drizas, por ser muy resistentes y de escasa elasticidad. Cuando los compramos suelen venir pre-estirados lo cual reduce aún mas su capacidad de elasticidad (muy importante en las drizas) y también son resistentes a la radiación ultravioleta. Son el “comodín” de abordo, y por tanto llevar 50 metros sin estrenar puede sacarnos de más de un apuro. Es una buena medida llevar algunos cabos de emergencia.

 

 

Las poliamidas conocidas más comúnmente como Nylon o Perlon, son muy resistentes y algo elásticos, por lo que son utilizados como cabos de amarre o para fondeo. Además se dejan trabajar muy bien, por lo que fabricar entalladuras y otros complicados nudos no resulta complicado. Lo malo del nylon es que es bastante fácil estropearlo con el roce.

 

 

 

El cabo del barco de la izquierda no está protegido al  no llevar protección ni tampoco utilizar un muelles. En dos o tres meses se habrán cortado las amarras. El Barco de la derecha tiene puesto un muelle de acero y ha protegido la estacha con 50 centímetros de manguera. Durará varios años sin problemas.

 

Ejemplo real. Si deja el barco amarrado con dos cabos de 20 milímetros de sección sin muelles de acero que puedan absorber la energía del vaivén del puerto, cuando vuelta a su barco pasados 2 o 3 meses, es seguro que estarán seccionados o a punto de cortarse. Un peligro y una pena por el material perdido. Por ello conviene protegerlos con un trozo de manguera e instalar unos muelles de calidad.

 

Los cordajes modernos de Dacron son capaces de soportar todo un viaje de 50.000 millas, pero debemos escoger una buena marca y la sección adecuada.

 

Los cabos de polietileno también conocido como polipropileno son baratos y malos. Se degradan rápidamente con los rayos ultravioletas del sol y en todo caso son menos resistentes que los de nylon o dacron. Lo peor es que se rompen de repente sin previo aviso! Evítelos. Lo único que tienen de bueno (y para determinados trabajos) es que flotan y… que son bastante económicos.

 

 

Finalmente están los materiales más punteros que, aunque todavía son muy caros, ya van bajando de precio y acabarán por utilizarse de forma muy común. Hablamos del Kevlar y del Spectra. Son perfectos para las drizas pues dentro del palo están protegidos del UV que los puede degradar y son increíblemente tenaces. Tanto que algunos barcos los utilizan como obenques y en estáis. Son tejidos más rígidos y por tanto delicados.

 

 

No se deben utilizar escotas de mayor diámetro al propuesto por el fabricante del barco pues entre otras cosas habría problemas con los pasos por las poleas y frenos. Lo importante es que estén en buen estado y llevar de repuesto. No escatime en escoger una buena marca de cordaje, ya que efectivamente, existen diferencias de calidad entre unos y otros.

 

 

Pero los cabos deben ser preparados para su uso, especialmente en lo que toca a los extremos y chicotes. Cuando corte un cabo es fundamental rematarlo convenientemente. Lo mejor es rodear la zona en donde vayamos a cortarlo con cinta aislante eléctrica y cortarlo entonces con un cuchillo ardiendo o una máquina de corte en caliente específica para el corte de cabos. Finalmente no está de más rematarlo con un hilo fino (falcacear) para evitar que pueda deshacerse cuando envejezca.

 

 

El cabo de fondeo

 

Recuerde que el cabo de nylon constituye una parte importante del fondeo. Lo mejor es llevar una buena bobina de cabo sujeta en uno de los balcones y de cerca de 100 metros de longitud. Utilice una buena cantidad de cadena de, en torno a 5 veces la profundidad en la que esté. Si fuera necesario alargue la línea con el cabo de nylon hasta alcanzar las 5 veces de fondo.

 

Llevar un segundo ancla es muy interesante ya que encontrará fondeaderos en los que tendrá que aguantar con vientos fuertes. Con un ancla plana y otra de arado tendrá cubierto el agarre en casi todos los tipos de fondos posibles.

 

Para la segunda línea de fondeo, con el ancla auxiliar utilice al menos unos 20 metros de cadena.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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