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Mejora las prestaciones de tu lancha

 

La mayoría de los barcos que vemos en los náuticos son lanchas y cabinadas, o barcos de pesca paseo entre 5 y 8 metros de eslora, muchas motorizadas con fuerabordas.

El ajuste del trim, la hélice correcta y el equilibrio de pesos es fundamental en estas embarcaciones ligeras para lograr las mejores prestaciones y la navegación más cómoda y segura.

 

La hélice es la última responsable de hacer que nuestro barco ande o no ande y por tanto tiene mucho que decir sobre como navegue. Al subir o bajar el motor ajustamos el ángulo del motor y por tanto el de la hélice y la manera en que trabaja. Al ajustar el trim también variamos la superficie de cola que queda mojada en el agua y sobre todo la dirección en la que se produce el empuje del motor.

 

Ventilación

No estamos hablando de lo “fresquito” que va el motor o de la aireación de la cabina. Se trata de un fenómeno que ocurre con la hélice del motor. Cuando utilizamos la batidora de la cocina, minipimer, moulinex o thermomix en las cocinas mejor equipadas, estamos hartos de observar como a veces las cuchillas giran enloquecidas sin batir la salsa que estamos preparando. No nos queda otra más que apagarla para que se vaya la burbuja de aire y volver a ponerla en marcha. Esto es lo que se conoce como el efecto de la “ventilación” .

 

 

En el fueraborda ocurre cuando al acelerar se absorbe aire desde la superficie hacia la hélice. Las palas de la hélice se mueven en este aire absorbido (o del escape del motor) junto con el agua. El efecto conocido como ventilación hace que el motor suba de vueltas como loco pero sin producir ningún empuje.

Naturalmente, pues la hélice se está moviendo en el aire mucho menos denso que el agua. Bien es cierto que cuando hay ventilación el motor se acelera por encima del límite de las revoluciones,  pero esto no tiene nada que ver con el fenómeno de la cavitación, que algunos confunden.

 

 

Para evitar la ventilación las colas de los fuerabordas están diseñadas con una aleta anti ventilación que no es más que una superficie de la cola que actúa como barrera para que no se cuele el aire absorbido desde la superficie.

Para solucionarlo deberemos desacelerar hasta que las burbujas se vayan a la superficie alejándose de la hélice. La ventilación se produce durante las arrancadas o también en los motores pequeños, cuando el fueraborda sale del agua debido a una ola más grande que las otras. Cuando hacemos un giro muy cerrado también puede absorberse aire y comenzar un efecto de ventilación. Si el motor tiene el trim demasiado arriba estaremos favoreciendo el fenómeno de ventilación y por tanto debemos bajarlo un poco más.

 

     

Las burbujas absorbidas provocan el fenómeno de ventilación. Al llevar el motor demasiado fuera, la aleta antiventilación deja de efectuar su trabajo.

 

 

El ajuste del Trim

El trimado del motor es el ajuste del ángulo del motor, es decir lo mucho o lo poco que lo metemos en el agua. Al navegar modificando el ángulo de trim comprobaremos como cambia el comportamiento del barco en planeo, sus prestaciones y como cambia también la sensibilidad de la dirección.

 

El trim muy alto es un desastre para la arrancada. Debemos salir con todo el trim metido e ir sacándolo una vez alcanzado el planeo, hasta que casi veamos asomar la aleta antiventilación.

 

Ajustar el trim correctamente es fundamental para mejorar las prestaciones en régimen de crucero. Si llevamos metido mucho trim el motor va demasiado bajo, y perderemos velocidad máxima, además de aumentar el consumo de combustible por milla recorrida, o notar efectos indeseables en la dirección. Llevar demasiado trim metido hace que el volante esté más duro. Lógico pues al llevar más superficie de cola mojada esta ofrece una resistencia importante que debemos contrarestar con la fuerza del volante.

 

"...Los casco con algo de “V” consiguen alcanzar el planeo más fácilmente, pero sobre todo ofrecerán una navegación más cómoda en aguas agitadas..."

 

Si por el contrario llevamos poco trim, la hélice puede perder su apoyo en el agua y por tanto perder empuje. Con poco trim al motor le cuesta mucho salir y alcanzar la velocidad de planeo. Además un trimado incorrecto influirá decididamente en el asiento que adquiera el barco. Si este navega con la proa demasiado hundida o demasiado subida, perderemos prestaciones y correremos peligro debido a la falta de estabilidad.

 

 

La idea a retener con el trim es que debemos buscar siempre un ángulo cero entre el eje de la hélice y la superficie del agua. De esta manera el motor siempre empuja totalmente hacia delante sin tener tendencia a sacar o meter la popa del agua. Toda la potencia del motor se invierte en producir empuje.

 

Cuando la hélice empuja paralelo a la superficie, habremos logrado el ángulo perfecto para el trim. El empuje es plano. Toda la potencia se invierte en lograr más velocidad.

 

Pero claro, el casco del barco está diseñado para cambiar su ángulo a cada velocidad de navegación. Durante el planeo la proa se levanta notablemente disminuyendo la superficie mojada. Por ello es necesario cambiar el trim una vez alcanzada la velocidad de crucero para que la hélice trabaje con su eje paralelo a la superficie.

En la práctica, durante la arrancada, debemos meter mucho trim y una vez alcanzado el planeo iremos sacando un poco el motor del agua para mejorar la velocidad del barco. Al llegar al planeo el casco ha aumentado su ángulo respecto a la superficie del agua y por tanto si no tocamos el trim la hélice empujará agua hacia las profundidades en vez de hacerlo de forma horizontal. Debemos sacar un poco el trim.

 

 

La importancia en la distribución del peso

Tan importante como el ajuste del trim es la forma en la que distribuyamos los pesos dentro del barco. En una lancha de menos de 1.000 kilos de desplazamiento, los 50 kilos de dos baterías gordas pueden cambiar mucho el asiento del barco y por tanto su forma de navegar. Incluso en barcos más pesados de 2 ó 3 toneladas, la posición de los 200 kilos del depósito de combustible, o sencillamente en donde estén los tripulantes afectará de forma notable la navegación del barco.

 

 

Al actitud final del barco puede corregirse y mejorarse notablemente jugando con la distribución de pesos. Y no solamente en el eje popa a proa. Quizás se haya preguntado alguna vez porque la mayoría de los barcos tiene el puesto de gobierno a estribor? En principio lo lógico sería tenerlo en el centro sobre el eje de crujía. Otro pensarán que a la izquierda como los coches para no hacer el "inglés"...

Pero todo tiene una explicación. Como la inmensa mayoría de los motores giran a derechas (giro dextrógiro) Se produce un par contrario que tiende a hundir ligeramente el lado de babor. Solución… elegir el lado de estribor para el puesto de gobierno pues si algo estamos fuera del equilibrio, mejor que este sea cargando peso a estribor para restar el par de giro del motor.

 

La flecha negra sobre el motor indica la fuerza de giro (par de contrarrotación) provocada por el giro de la hélice del motor (flecha roja). El la figura izquierda el par de contrarrotación se suma al peso del patrón. El la figura derecha las dos fuerzas se anulan.

 

La distribución de pesos a babor/estribor debe buscar un equilibrio perfecto del barco. De llevar un poco más de peso a una banda recuerde que un exceso a estribor ayuda a contrarrestar el efecto del par de giro de la hélice dextrógira.

 

 

Buscar las máximas prestaciones

 

Menor peso significa mayores prestaciones en velocidad y sobre todo conseguir las aceleraciones más fulminantes. Por ello si nuestro motor fueraborda ofrece la mejor relación peso/potencia, podremos conseguir el barco más liviano a igualdad de potencia y por tanto de mejores prestaciones.

Menor peso del motor significa poder reequilibrar el barco y pasar kilos más a popa. Para ello podemos retrasar las cajas de las baterías, o el depósito de agua, o el de combustible o las estibas más pesadas.

 

 

 

La búsqueda de la velocidad:

 

En principio recuerde que cuanto más peso a popa mejor…  Tanques de gasolina adicionales, baterías, o pasajeros deben ir hacia a popa, aún a costa de llevar el barco algo apopado al descansar en el pantalán, … pero sin pasarnos! Hasta 5º de asiento apopado es correcto.

 

 

Cuando hay mucho peso a popa, llegar al planeo es más difícil, pero una vez alcanzado, el barco estirará más alcanzando mayor velocidad. Una solución es ir llamando a los tripulantes hacia popa una vez alcanzado la velocidad de planeo. Cuando haya mucha ola es bueno equilibrar de nuevo el barco para lograr una carena más mojada y una navegación más cómoda. Que alguien se acomode otra vez en la zona de proa… Pero sólo cuando sea necesario, pues la máxima a recordar es que el sobrepeso en la proa destruye las buenas prestaciones de cualquier lancha o cabinada haciendo que la navegación sea más lenta, poco económica, incómoda e incluso mojada debido a los rociones producidos por el exceso de superficie mojada del casco.

 

Evitar la perdida de prestaciones

 

Muchos aficionados se quejan de las pobres prestaciones de su embarcación o de su motor, sin antes revisar el estado de su hélice, o incluso la superficie del casco.

Las algas y el caracolillo adherido a la obra viva actúan como una auténtica “freno” para los caballos de potencia de su motor. A la velocidad de maniobras en puerto a penas se nota, pero cuando buscamos el régimen de crucero, el antifouling y el buen estado de la superficie de la obra viva manifiestan toda su importancia.

 

 

Y aún más importante es el estado de la hélice. Naturalmente debemos tener montada la hélice más adecuada para su embarcación y su motor, tema ya tratado y del que volveremos a hablar.

Pero lo que verdaderamente destruye las prestaciones de cualquier motor es el mal estado de una hélice. Una abolladura, un impacto en una de sus palas, un desajuste o desequilibrio pueden hacer caer en picado las prestaciones del mejor motor y lo que es aún peor, dañar el eje de la cola pues cuando se daña una pala esta queda desequilibrada produciendo vibraciones que fatigarán otras piezas del motor. 

 

 

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