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              Cruzar el Océano 
              Ártico 
              
                
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                Navegar desde 
                el Atlántico al Océano Pacífico, o viceversa, a través del 
                Océano Ártico representa el "Everest" de la navegación, y aunque 
                el cambio climático facilita esta increíble hazaña, aún 
                permanecerá como la aventura más extrema que pudiéramos 
                imaginar.  | 
                  
               
                 
            
                Muy pocos son 
                los veleros que han logrado tan significativa aventura, y sin 
                embargo son muchos los sitios para visitar y conocer. Lugares 
                rebosantes de 
            
                   | 
                 
               
              
             
               
                
                
            vida y belleza, 
            alejados de la civilización, repartidos entre Suecia, Noruega, 
            Islandia, Groenlandia, Finlandia, Canadá y Alaska (USA). Hielos 
            flotantes, paisajes invernales, mares bravíos, acantilados 
            infinitos, banquisas, leones marinos, ballenas, aves, vida salvaje. 
            Paisajes grises y heladores que cuando son vencidos por la fuerza 
            del astro sol, muestran un espectáculo cromático de alucinante 
            belleza y brutal energía.
                 
               
                
                
              
            
                
            
            
                
                Las 
                múltiples rutas de navegación permiten visitar lugares 
                emblemáticos, como el archipiélago inhabitado de Svalbard a solo 
                500 millas del Polo Norte, o el laberíntico paso entre hielos 
                del Noroeste entre growllers e icebergs, que sólo pueden ser 
                practicados durante algunos meses de verano, la babía de Hudson 
                en Canadá, con su centro de migración de osos polares en donde 
                miles de ballenas Beluga atraviesan sus aguas durante los meses 
                de verano. Los acantilados plagados de aves de las islas del 
                Principe Leopoldo. Las auroras boreales en los mágicos cielos de 
                Groenlandia o Noruega. 
              
            
              
              
            
              
            
            
            Elegir el 
            velero 
              
            
            No vale un 
            barco cualquiera para llevar a cabo tal aventura, y aunque es bien 
            cierto que con dedicación podremos preparar cualquier velero, lo 
            mejor es buscar un barco que permita afrontar esta navegación con la 
            mayor seguridad. Los cascos de acero o aluminio ganan por goleada en 
            seguridad, ya que el impacto con los hielos es mucho más tolerable 
            que con un barco de fibra.  
            
              
            
            Y es que los 
            hielos jóvenes formados hace unos meses durante el último invierno 
            son tolerablemente duros y con espesores que no suelen superar el 
            medio metro, pero es también muy normal tener que esquivar de forma 
            insidiosa hielos viejos desprendidos a partir de grandes masas 
            heladas que tiene la consistencia del hormigón. Bloques de tamaño 
            considerable flotando en mitad del océano. Los cascos metálicos 
            pueden abollarse, pero es raro que abran una vía de agua por 
            impacto. 
            
              
              
            
              
            
              
              
            
            Garcia Yachts 
            es uno de los barcos ideales, como el 45’’ elegido por Jimmy 
            Cornell, el afamado aventurero y escritor británico que tantos 
            interesantes libros hemos podido leer y consultar, además de haber 
            sido el creador de la famosa regata ARC, en la que más de 5.000 
            barcos han atravesado el Atlántico por la ruta de los alisios 
            durante sus 25 años de existencia. 
            
              
            
            En la 
            expedición de 2014 Jimmy Cornell intentó el cruce de Berin desde 
            Noruega hacia el Pacífico. Es necesario llegar a estas 
            latitudes durante el mes de Julio, controlando los mapas de hielos y 
            esperando el momento para poder avanzar entre los mares que se 
            fracturan. No pudo ser, pues corrían el riesgo de quedar atrapados 
            todo el invierno en alguna bahía del ártico debiendo esperar 10 
            meses en esas heladas latitudes, y por ello rehusó el asalto final y 
            la navegación hacia el Pacífico.  
            
              
            
              
            
              
            
              
            
              
            
            
            Las 5 reglas de 
            oro en el Ártico 
            
              
            
            1) El 
            hielo y el mal tiempo es una concurrencia muy peligrosa. Cuanto más 
            cerca estemos del Polo Norte, más fácil es encontrarnos con altas 
            presiones polares. Pero esta regla general puede fallar y las 
            depresiones en altísimas latitudes producen vientos terribles tanto 
            en fuerza como en extremas y bajas temperaturas. 
            
              
            
            2) Vigías 24/7; El hielo no aparece en el radar a no ser que sea 
            de cierto tamaño. Hay que vigilar constantemente, pues incluso un 
            impacto con un growler inferior al metro puede ser muy peligroso, 
            especialmente si por debajo impacta al timón, codaste o hélice de 
            propulsión. 
            
              
            
              
            
              
            
              
            
            3) Detener 
            la navegación con poca visibilidad o demasiada oscuridad. En la 
            época del año en que el Ártico es navegable tendremos 24 horas de 
            luz. No existe la noche. Pero si se cierran la nubes a gran altura o 
            se forma una densa niebla, las condiciones de visibilidad pueden ser 
            muy complicadas. Imposible vigilar los hielos. Hay que parar y 
            esperar mejores condiciones. 
            
              
            
            4) No 
            entrar en zonas en donde la cobertura de hielo sea mayor a 3/10. Por 
            encima de este índice, corremos demasiado riesgo de colisión o peor 
            aún, podríamos quedar atrapados entre los hielos sin posibilidad de 
            dar marcha atrás en la ruta. 
            
              
            
              
            
              
            
            5) Hay 
            que reconocer el movimiento de los hielos. Antes de avanzar hay que 
            observar lo que están haciendo los hielos a nuestro alrededor para 
            tener siempre un plan de escape listo y en todo momento.  
            
              
            
              
            
              
            
            
            El laberinto 
            de hielos 
            
              
            
            La 
            perseverancia de Cornell dio sus frutos y al año siguiente, haciendo 
            la ruta en sentido contrario. Tras atravesar el 
            Canal de Panamá, el Adventure IV costeó desde Seatle y Canadá hasta 
            alcanzar Alaska, con la intención de hacer la navegación opuesta, desde el Pacífico hacia el Atlántico a través Bering, en 
            donde casi se dan la mano las tierras de América y Asia, Alaska y Siberia. Más adelante navegaría por el impresionante “Paso del 
            Oeste” en las tierras de los Inuit ya cerca de Groenlandia. 
            Normalmente los hielos se retiran antes por el Oeste lo cual hace 
            más fácil avanzar primero por el estrecho de Bering e ir esperando a 
            que se vayan abriendo las rutas del Océano Ártico durante el mes de Agosto. 
            
              
            
            
            
                
            
            
                  
            
              
            
            A pesar de un 
            pronóstico esperanzador, la navegación se fue complicando cerca de 
            Punta Barrow en el mar de Beaufort, hasta convertir la ruta en una 
            ratonera en la que, en numerosas ocasiones era necesario dar la 
            vuelta tras una complicada y peligrosa maniobra entre hielos y 
            retroceder buscando otros pasos posibles. En algunas ocasiones hacer 
            un 180º resultó muy complicado y la hélice de proa fué 
            fundamental para cerrar las maniobras entre estrechos canales de hielo 
            mientras oían los impactos de los hielos contra el casco de 
            aluminio.  
            
              
            
              
            
              
            
              
            
            
            
                
            
            
            El paso más 
            complicado les sometió a un stress continuado durante 8 
            interminables horas de máxima atención y tras 27 millas de 
            navegación a muy baja velocidad se alcanzó de nuevo aguas más o 
            menos libres. 
            
              
            
              
              
                
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            Fundamental para 
            navegar por el Ártico 
            
              
            
            
            -  Ropa de abrigo de excelente calidad: 
            polares, camisetas térmicas y 
            guantes son indispensables. Trajes de neopreno y trajes de 
            supervivencia. Existen prendas térmicas que se calientan con 
            baterías que ofrecen un resultado estupendo. 
            
              
            
            
            - Un 
            largo y fuerte bichero de unos 3 metros para poder ir empujando 
            fragmentos de hielo. Su extremo ha de ser puntiagudo para poder 
            apartarlos sin deslizarse. 
            
              
            
              
            
              
            
            
            - Grandes depósitos de combustible. Es muy probable tener que hacer 
            largas navegaciones a motor esquivando hielos. 
            
              
            
            
            - Anclas eficaces. No hay marinas y menos deportivas, por lo que se 
            deberá fondear cuando haya de descansar.  
            
              
            
            
            - Amarras muy largas; para amarrarse a tierra en alguna roca de alguna 
            estrecha cala helada. Al menos dos amarras de 100 metros en 
            polipropileno para que floten. Es buena idea llevar algunos ganchos 
            de expansión para sujetarse entre rocas. 
            
              
            
            
            - No 
            hay cobertura VHF, Iridium es la solución para comunicar la 
            situación a la costera de Groenlandia de forma diaria. Inmarsat no 
            vale para comunicaciones pasado el círculo polar ártico. 
            
              
            
            
            - Un 
            rifle de caza para asustar a los osos polares, o mejor aún, algunos 
            petardos de gran potencia que no requieran permisos ni papeleos a 
            veces muy complicados. 
            
              
            
              
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            El Garcia 45 
            se detuvo en la antigua estación ballenera de las islas Herschel, 
            ahora parque natural, en donde sus habitantes recibieron a la 
            tripulación con gran entusiasmo, pues es extremadamente raro que por 
            allí recale barco alguno. La caza de ballenas ha sido sustituida por 
            estaciones científicas en donde se analiza con preocupación la 
            fusión del permafrost que libera ingentes cantidades de metano a la 
            atmósfera, que magnifican el catastrófico cambio climático. 
            Ulukhaktok es un asentamiento Inuit, pero tras una breve visita, el 
            viaje continuó hacia la bahía de Cambridge aprovechando el 
            favorable pronostico de hielos. 
            
              
                
            
            
            
              
            
              
            
            Pero el ártico 
            puede resultar imprevisible y justo en el último tramo cerca del 
            paso del Oeste el "Aventura IV" tuvo que lidiar con fuertes vientos de 
            proa mientras la ruta quedaba parcialmente bloqueada por los hielos. 
            Tras una jornada de lucha y mucha atención a las zonas de alta 
            concentración de hielos, el barco alcanzaba es estrecho de Bellot, 
            último obstáculo antes de llegar a las tierras de Groenlandia, y el 
            Atlántico Norte. Pero Bellot es un largo paso de 17 millas en donde 
            es normal tener que lidiar con corrientes feroces,  que solo pueden 
            ser navegadas en la dirección correcta, lo cual obliga a calcular 
            bien el momento en el que el barco debe entrar en el estrecho.
             
               
                
                
              
               
                
                
            
            
                  
              
              
            
                
            
            
                
                
                Turismo en 
                el Ártico 
            
              
            
            Si no queremos 
            llegar navegando hasta estas extremas latitudes pero deseamos 
            conocer la belleza del Ártico, podemos acercarnos a 
            la ciudad más septentrional del planeta, Longyearbyen, el mayor 
            asentamiento de las Islas Svalbard en Noruega. Desde aquí se 
            organizan salidas en barco para ver cetáceos. No olvide tener en 
            cuenta que en esta ciudad está prohibido morirse, 
            incluso ser viejo está mal visto. Esta norma surgió a principios del 
            siglo XX cuando empezó a acudir gente a morir, pues habían descubierto que 
            el frío congelaba los cadáveres de los ataúdes, por lo que la gente 
            deseaba enterrasen allí para que cuando los científicos descubrieran 
            la inmortalidad... 
            
              
            
            En las Islas Svalbard el número de 
            osos polares es mayor que el de personas y es normal toparse con morsas, leones marinos o focas, tranquilamente tumbadas en trozos 
            de hielo. Este es su territorio que debemos respetar. Pero para disfrutar 
            la impresionante vista de los glaciares, la mejor costa es la del oeste de Spitsbergen. 
             
            
              
            
              
            
              
            
              
            
            
            
                
            
            
            
            
                No podemos olvidar que en toda 
            esta zona será fácil disfrutar de auroras boreales si escogemos la 
            buena época del año. De hecho si 
            hablamos de noches eternas, hablamos de Longyearbyen. Desde el 25 de 
            octubre, último día en el que el sol se pone en el año y no volverá 
            a aparecer hasta el 8 de marzo, cuando se celebra la festividad de 
            Solfestuka. Toda la población se reunirá en los el antiguo hospital 
            abandonado a las doce y cuarto de la mañana, a esperar a que 
            amanezca. A 
            partir de esa fecha empiezan las noches de sol, 24 horas de luz de sol 
            durante 5 meses. 
            
              
            
              
            
              
            
                
            
            
                
                Un buen lugar 
                para protegernos puede ser la Bahía de Disko, desde donde 
                podremos recorrer los tres pueblos más importantes; Illulissat, 
                Qasigiannguit y Aasiaat. El sur de la bahía está llena de 
                farallones y su costa es caprichosa. Debemos navegar atentos a los iceberg, 
                pues es normal cruzarnos con grandes desprendimientos.  
                
            
            
            
                
            
            
                El tranquilo 
                fiordo de Illulissat 
                es perfecto para una aventura en kayak. También podemos 
                lanzarnos a un agradable senderismo que nos permitirá conocer la cultura 
                local a lo largo de sus museos y monumentos. 
              
            
              
              
            
              
              
            
            Si elegimos Groenlandia 
            debemos tener presente que no podremos recorrerla por 
            carretera.  El hecho de que más del 80% de la isla sea un campo de 
            hielo impide el desplazamiento rodado. Tendremos que desplazarnos en barco, avión o trineo. 
              
            
              
              
            
            Utqiagvik, antiguamente llamada Barrow (Alaska) es la ciudad más septentrional 
            de América  y uno de 
            los destinos perfectos para pescadores tanto en aguas 
            saladas, aguas dulces o hielo. La caza de ballena es una tradición 
            milenaria de este pueblo Inuit.  
              
              
            
                
                
                  
            
              
            
              
            
              
              
                
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            Garcia 45: Un 
            crucero Bluewaters pensado para la aventura 
            
              
            
              
            
              
            
            
            Robusto, 
            extremadamente marinero, y muy seguro, como lo demuestra por ejemplo 
            el doble timón semi-balanceado, y con doble mecanismo de timonería 
            totalmente independiente pero interconectados, de forma que aunque 
            se perdiera una de las palas tras un impacto imprevisto, el velero 
            siegue siendo totalmente maniobrable. Su calado con orza profunda de 
            2,8 metros puede retraerse hasta reducir el calado del barco a 1,05 
            metros, lo cual además de permitir navegar en aguas muy someras, 
            permite la varada reposando el barco en la orza y sus dos 
            timones. La quilla central integra el codaste y por ello protege 
            totalmente la salida de la bocina y el eje de propulsión, lo cual 
            permite navegar con mayor seguridad incluso entre complicados 
            arrecifes. 
            
              
            
            
            El García-45 
            es un "explorer" pura sangre, diseñado por el famoso arquitecto 
            francés que tanto aportó al grupo Benéteau. Olivier Racoupeau ha 
            sabido crear un barco que navega con energía y ligereza a pesar de 
            sus casi 14 toneladas de desplazamiento. El fuerte botalón 
            integrado en la estructura de cubierta, demás de permitir soportar 
            las tensiones del código-cero o montar un asimétrico, simplifica y 
            asegura las maniobras de fondeo, desde donde cae el ancla.   
            
              
            
            
            Mastil 
            con escalones para poder trepar sin dilación en caso de problemas en 
            las poleas de tope de palo, crucetas y jarcia sobredimensionada, 
            cockpit perfectamente protegido para esconderse de los vientos 
            helados y buena visibilidad. Pianos y maniobras claras y reenviadas 
            hasta popa. Tanques de agua dulce en estribor/babor, 
            con bombas de traspaso, para poder cambiar el lastre y mejorar el 
            par adrizante y rendimiento en largas bandas. 
            
              
            
            
            Masas 
            importantes diseñadas cerca del centro de deriva para mejorar el 
            cabeceo y mejorar el comportamiento en mala mar. La popa es cómoda y 
            sencilla permitiendo el acceso al agua sin complicaciones, además de 
            integrar compartimentos para un segundo ancla de popa y el armario 
            para el gas. Sobre el espejo se levanta un potente arco también en 
            aluminio que actúa de soporte para las antenas, panel solar y 
            aerogenerador. 
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            Prepararse para dar la 
            vuelta al mundo
               
            
                   
             - 
                
            
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            navegar por el Océano Pacífico
      
            
                   
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            Viajar en velero por 
            el mundo
             
            
                   
             - 
                
            
            
                
            
                
            
            
            
                
            
            
            
                
            
                
            
            
            
                
            
            
            
            
            
            
           
            
           
            
            
            Preparar el barco para 
            largos cruceros
            
            
                   
             - 
            
                        
            
           
            
            
            Preparar el velero 
            para la gran aventura
     
            
                   
             - 
            
            
            Elegir el barco 
     
              
     
              
     
              
     
             
             
             
             
             
             
             
             
             
              
             
                  
                
                  
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