Como ejemplo real describimos en detalle los trabajos efectuados por NovaBoats en el “Porrón XIII”, un barco ganador allá donde los haya. Se trata de un “Grand Soleil 46” mimado para aprovechar el mínimo impulso de viento, la mínima racha que hacen la diferencia entre el ganador y… los demás.

Un barco ganador

Necesitamos una obra viva con una pintura y antifouling perfectamente pulido que nos entregue el máximo rendimiento durante la carrera y al mismo tiempo permita dejar el barco a flote a la espera de la siguiente competición, gracias a matriz dura del antifouling.

Este "Grand Soleil 46 Sport", velero de última generación, ofrece los equipos más modernos para convertirse en una máquina de ganar. Para lograr su alta competitividad y máximas probabilidades de triunfo, está dotado un impresionante plano vélico:

            1 code1                   : Full Carbono Quantum

            1 code 1,5               : Full Carbono Quantum

            1 code2                   : Full Carbono Quantum

            1 code3                   : Full Carbono Quantum

            2 Spys                     : AP Quatum

            2 Spys Runner           : AP Quatum

            1 Genaker                 : AP Quatum

            1 trinqueta                : Quatum

El palmarés del PorrónVIII es más que significativo. Por ejemplo, en el pasado 2011 consiguió grandes logros: 1º clasificado Trofeo Dr. Luis Senís -  2º clasificado Trofeo Tabarca – 2º clasificado Castellón-Costa Azahar – 3º clasificado Trofeo La Reina – 5º clasificado Copa del Rey – 2º clasificado Campeonato de España…

Huelga comentar que las velas son el auténtico motor de un velero y por ello debemos prestarlas la máxima atención. También resulta evidente comentar que las regatas las ganan las tripulaciones patroneadas por un Skipper que trabaje en perfecta armonía con el resto del equipo. La tripulación del Porrón VIII está formada por un grupo deportivo fijo con muchos años de navegación y entendimiento, y con alta compenetración. Complicidad es la palabra que mejor resume la relación entre los componentes del equipo. Una relación en donde sobran las palabras y donde una simple mirada es suficiente para significarlo todo.

La obra viva de un barco ganador

Pero vayamos al grano de lo que toca…. La preparación de una obra viva para ganar regatas.

Obviamente el barco tiene que estar absolutamente limpio de algas y organismos en el momento de la salida. La obra viva y todos sus apéndices como son la pala del timón, la quilla y el bulbo, tienen que estar perfectos con superficie totalmente regulares y suaves. Además el nivel de pulido tiene que estar perfectamente definido. Como ocurre con las alas de los aviones, tiene que existir un pequeñísimo coeficiente de viscosidad en contra de lo que podría parecer más evidente, para que no se desprenda la capa límite de agua que “moja” la superficie mojada de la obra viva.

 Debemos reparar pequeños desperfectos en la orza provocados por las maniobras al meter y sacar el barco en la rampa de varada.

Primero decapamos todo el casco hasta la línea de flotación con máquina orbital lijado con papel de lija de granulometría 120g. A modo indicativo, este trabajo en detalle lleva a dos operarios 6 días de trabajo. El barco tenía una imprimación de EPOXY muy dura de lijar.

Cuando tenemos todo el casco, la orza y pala de timón lijada pasamos la hidro-limpiadora y dejamos secar totalmente. Al día siguiente hacemos mediciones de humedad en el casco, y los apéndices. Si la medida de humedad es correcta tendremos el casco listo para comenzar a pintar con una perfecta superficie de agarre y superficie regularizada.

Pasamos algún producto desengrasante a todo el caco y procedemos a aplicar la imprimación, en nuestro caso una imprimación de epoxi de tipo VC-TAR 2. Aplicamos la primera mano con rodillo velur diluyendo un 15% esta imprimación para que al secar quede tirante y muy regular.

Dejamos secar 8 horas y aplicamos la segunda mano. Como la superficie es pintada con el mismo producto, podemos pinta sin necesidad de tener que preparar con  lijado. En nuestro caso y con una temperatura ambiente de 26ºC, teníamos un margen de tiempos de 7 horas a como máximo 4 días, para poder repintar sin tener que sin lijar.

Al día siguiente aplicamos otra mano y cambiamos las tacadas de varada de posición. Otro día después se procede a aplicar la última mano de imprimación, esta vez aplicada con pistola convencional. Esta última capa se diluyó a 20% de disolvente para dar un acabado muy liso.