Por si
fuera poco, China tiene la flota pesquera más grande del planeta, en
la que faenan 9 millones de chinos a bordo de 450.000 barcos
pesqueros, alrededor de los mares de esta región. Queremos
más razones para justificar este nuevo tipo de imperialismo? Por
esta área navegan todos los mercantes chinos hacia el estrecho de Malaka, soportando 1/3 de todo el transporte de mercancías mundial y
un 40% del transporte de mercancías chinas, con un valor total anual de
unos 5 billones de dólares, lo cual convierte a esta
región en una zona estratégica para la economía china.
Las islas Spratley

Se trata de una región formada por unos 150 escollos e
isletas, así cómo bancos de arena que cubren una superficie de
unas 1.300 hectáreas en el mar de China Meridional, más cerca
de las aguas de Filipinas que de las costas de China.
Lo importante es que 40 de todas ellas son consideradas
legalmente islas, a pesar de no tener más de unos pocos
cientos de metros
de perímetro costero.
Al encontrarse el centro del Mar de China Meridional, entre
los estados de China, Filipinas, Taiwan, Malasia y Vietnam,
las Spratley han sido consideradas durante siglos sin ninguna
disputa, como islas desocupadas, utilizadas solo por pescadores de
estos países.

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¿Es
posible construir una isla?
Basta
con localizar una zona de aguas someras o en las que a penas asomen
algunos escollos, aunque solo sea en algunas épocas de año, y con la
mar en calma chicha... Los barcos dragadores arrancan la arena del
fondo que es bombeada hacia el escollo, que poco a poco gana en
superficie, y se convertirá en una “parcela” de varias hectáreas, en
la que incluso, hormigonar el perímetro costero, para después montar
una larga pista de aterrizaje y plantar unas palmeras. A partir de
ese momento comienza la instalación de una base militar con misiles
antiaéreos y armamento anti-buque. Este es el nivel de locura
imperialista China a la que también se apunta Vietnam y por la que protesta
Filipinas. El conflicto está servido.

Aunque
el Derecho Marítimo Internacional y la Convención de Naciones Unidas
indica de forma clara que AUNQUE se pueden construir islas
artificiales dentro de la ZEE, estas no constituirán territorio que
permita extender aún más la ZEE. Y es que esta ZEE recorre una banda
de 370 kilómetros desde la costa de un país. ¿Entendemos la loca
jugada?
Desastre medioambiental
Lo que
no cuentan los políticos, es que al dragar las arenas vertidas sobre
estos someros arrecifes, destruimos todo el ecosistema coralino, que
es quien realmente sustenta la vida marina en la zona del mar de
China Meridional, al actuar como criadero y zona de crecimiento de
las especies marinas que luego emigran a alta mar.

Y por
si fuera poco, el hormigonado costero cede y se deteriora en un
intento infructuoso por domar lo inconquistable. El embate de la mar
durante tifones y enormes tormentas destruye estas construcciones
que tienen que ser reconstruidas de forma continuada…. Y todo ello
por mantener una “necesaria” tensión política para reivindicar
territorios de difícil justificación histórica.
Pretendida justificación China
A
principios del siglo XV, el almirante chino Zheng recorrió buena
parte de las costas del Índico en siete expediciones comerciales
ordenadas durante la tercera de la dinastía Ming.
Los
chinos reclaman por este motivo histórico, toda la soberanía sobre el
archipiélago de las Spratly, al considerarlas de vital importancia
geoestratégica. Vietnam, Filipinas y Malasia, mantienen a su vez,
reclamaciones parciales.
La
llamada línea de los 9 puntos engloba por parte de los chinos,
diminutos territorios insulares repartidos por todo el Mar de la
China Meridional. En total son varios millones de kilómetros
cuadrados de Zona Económica Exclusiva, los que Pekín reclama para sí,
arrinconando al resto de los países vecinos.
En los
últimos años, China ha intensificado su presencia en la región,
mediante la construcción de islas artificiales. Utilizando dragas y
maquinaria pesada, ha transformado arrecifes y bajíos en islas con
infraestructura militar, incluyendo pistas de aterrizaje, puertos y
sistemas de defensa. China justifica estas construcciones
argumentando que son necesarias para mejorar las condiciones de vida
de sus pescadores y para fines de investigación científica.

Sin
embargo, la realidad es que violan el derecho internacional, que
limita la construcción en áreas disputadas y prohíbe la
militarización de zonas marítimas. La militarización de las islas
artificiales ha generado tensiones significativas en la región.
Estados Unidos, ha realizado
operaciones de "libertad de navegación" para desafiar las
reclamaciones excesivas de China y asegurar que las rutas marítimas
permanezcan abiertas. Filipinas llevó el caso a la Corte Permanente
de Arbitraje que falló en contra de China, declarando que sus
reclamaciones no tenían base legal. Sin embargo, China rechazó el
fallo y continuó con sus actividades.
Vietnam, Malasia y otros países también han aumentado su presencia
militar y han realizado construcciones menores en las islas que
controlan. El conflicto en las Spratly tiene implicaciones
globales. El Mar de China Meridional es una ruta crítica para el
comercio internacional, con un tercio del transporte marítimo
mundial pasando por sus aguas. Además, la región es rica en recursos
pesqueros y potencialmente en hidrocarburos, lo que aumenta su valor
estratégico.


La
militarización de las islas artificiales por parte de China ha
generado preocupación sobre una posible escalada del conflicto.
Algunos analistas temen que un incidente menor, como un choque entre
barcos o aviones, podría desencadenar una crisis mayor. Además, la
rivalidad entre Estados Unidos y China en la región ha añadido una
capa adicional de complejidad, convirtiendo el conflicto en un
escenario clave de la competencia entre las dos super potencias.
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