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El Museo Naval

 

Si te gustan los barcos, el mar y la historia de los descubrimientos marítimos, te espera una grata sorpresa en el Museo Naval de Madrid, con una de las colecciones navales más ricas del mundo. 600 modelos de navíos con un increíble realismo, instrumentos de navegación, las primeras cartas de los descubridores, armas de época, recreaciones de cómo se vivía en un galeón......

Una fantástica sorpresa me esperaba cuando por fin me decidí a visitar el Museo Naval en Madrid. De haberlo sabido lo hubiéramos visitado mucho antes. Y es que la mayoría de los aficionados a la náutica de recreo no conocen la riqueza de este museo y lo que se puede disfrutar con su visita. Es uno de los museos navales más antiguos de Europa con casi 170 años

de vida. Vinculado a Madrid desde sus inicios, en 1932 se trasladó al monumental edificio que ahora ocupa y es actualmente uno de los referentes del paseo del Arte y un singular contrapunto al Museo del Prado y al Thyssen-Bornemisza. Al valor de su colección, el Museo Naval añade el poder evocador de sus salas, contagiadas del espíritu romántico que alentó la creación de los museos del siglo XIX, y cuya inspiración se ha mantenido hasta hoy presente en su exposición permanente.

Podremos disfrutar de colecciones muy variadas en sus 24 salas, en las que observar diferentes modelos de embarcaciones de todas las épocas y lugares del mundo, cartas náuticas de increíble valor histórico, pinturas, armas y estandartes, instrumentos de navegación y científicos, restos arqueológicos…. además de cuidadas escenografías de una cámara del comandante y una cámara de oficiales de buques del siglo XIX.

En la variedad del contenido del museo se muestra la evolución de la Marina desde los Reyes Católicos hasta la actualidad, un legado cultural que recuerda el protagonismo del mar en la historia de España y su condición de primera potencia naval durante los siglos XVI y XVII.  

 

¿Desde cuándo?

Su origen se remonta a 1790, cuando Antonio Valdés y Fernández Bazán, secretario de estado de Marina, promueve la creación de un Museo de Marina en la Población de San Carlos (Cádiz), un proyecto ilustrado pensado con vocación didáctica para contribuir a la instrucción de los guardiamarinas.

El convulso cambio de siglo frustra la iniciativa que no será retomada hasta 50 años después con modificaciones sobre el proyecto original. El museo se ubica finalmente en Madrid y pierde su función docente para ofrecer un panorama de la Marina de su tiempo. El 19 de noviembre de 1843 abrió sus puertas en el Palacio de los Consejos, en la calle Mayor, desde donde pasará por varias sedes hasta establecerse en 1932 en el edificio actual, entonces Ministerio de Marina y hoy Cuartel General de la Armada.

El contralmirante Julio Guillén Tato ocupó la dirección del centro desde esa fecha hasta 1972 y fue él quien le dio un impulso definitivo. Su sucesor, el almirante José Ignacio González-Aller, emprendió una reforma en 1992 que configuró la estructura actual de las salas.

 

Lo más destacado

El museo ofrece dos itinerarios que discurren intercalados y se complementan para ofrecer una visión de la historia naval y de la relación del hombre con el mar.

Si elegimos el recorrido cronológico, disfrutaremos rememorando la imponente historia de la marina española, con sus protagonistas y sus hechos más destacados. Nueve espacios monográficos nos acercan a la construcción naval, las condiciones de vida a bordo y nos muestran el papel relevante de la marina en los descubrimientos geográficos y el progreso científico.

Una de las colecciones más representativas está formada por los modelos de más de 600 buques que han servido en la Marina desde el siglo XVI hasta la actualidad. Son en su mayoría modelos de arsenal, previos a la construcción del buque, que servían para valorar la idoneidad de su diseño. Reproducen a pequeña escala y con absoluta precisión el resultado final. Desde 1853 una Real Orden obliga a remitir al Museo un modelo de cada buque que se construye para la Armada. Otro apartado destacable son los modelos de marina mercante, de pesca y deportiva, muchos de ellos procedentes de las antiguas colonias.

Podremos ver escenas marinas, combates navales, vistas de puertos y ciudades y retratos de los grandes protagonistas de la historia de la Armada que integran la mayor parte de la colección de pintura y grabado del museo con casi 1.400 cuadros y estampas. Sobresalen óleos de artistas como Sorolla, Rafael Monleón, Ángel Cortellini, Múñoz Degrain o Garnelo.

Más de 1.000 piezas que muestran la evolución de la artillería y las armas blancas y de fuego desde el siglo XIV hasta la actualidad. El museo guarda dos parejas de pistolas y siete sables de honor fabricados por Nicolás Boutet, armero de Napoleón, considerado el más importante de la historia de Europa. También se exhibe el montante bendito de Don Juan de Austria, concedido por el papa Pío V a Don Juan de Austria tras la batalla de Lepanto. Presenta gran variedad de armas y útiles de navegación procedentes de las islas del Pacífico y Filipinas, fechadas en su mayoría en la segunda mitad del siglo XIX.

En su visita podremos conocer los instrumentos científicos y astronómicos que se utilizaron desde el siglo XV para la navegación. Incluye más de 660 piezas como compases, astrolabios, sextantes, o cronómetros de marina. Una de las piezas más valiosas es el estuche instrumental de Tobias Wolckhmer (1596) obra de orfebrería en bronce, posiblemente fabricada para Felipe II.

 

 

 

No te lo puedes perder…

 

MODELO DE GALEÓN FLAMENCO

Es el único modelo de galeón del siglo XVI construido en 1593, y conservado en el mundo. Se construyó para ser colgado del techo como era costumbre en el norte de Europa. Probablemente procede de las colecciones reales que reunió Felipe II en El Escorial, desde donde pasó al Alcázar de Madrid. Se salvó del incendio de 1734 aunque quedó recubierto de una patina negruzca.

 

LA CARTA UNIVERSAL DE JUAN DE LA COSA

Fechado en el año 1.500, se trata de la obra cartográfica conservada más antigua que representa el continente americano. Recoge por primera vez los descubrimientos geográficos realizados entre 1492 y 1500, posiblemente con la finalidad de mostrarlos a los Reyes Católicos.

Las costas europeas y mediterráneas siguen los avanzados portulanos mallorquines y portugueses. El continente africano aparece por primera vez orientado en dirección norte/sur y sus costas reflejan los descubrimientos portugueses, mientras que la imprecisa representación de Asia sigue las teorías ptolomaicas y las crónicas de viajeros italianos como Marco Polo.

 

REPOSTERO DUCAL DE FERNÁN NÚÑEZ

Es un gran tapiz del año 1690, en seda roja rodeado por una orla damasquinada de oro, que fue originalmente bandera de combate y estandarte de los Fernán Núñez. La tela, acolada sobre una vela conquistada a los turcos en la batalla de Lepanto, fue pintada por Francisco Meneses, discípulo de Murillo, con imágenes del apóstol Santiago, la Inmaculada Concepción, un Cristo crucificado y motivos heráldicos.

 

 

MODELO DEL NAVÍO REAL CARLOS

Construido en 1.766 sobre los planos proyectados por el ingeniero Mateo Mullan es, por su cuidada construcción y decoración, uno de los mejores modelos del museo. Representa un navío de tres puentes y 104 cañones y está considerado el precedente del Santísima Trinidad, el buque de mayor porte de la Armada en el siglo XVIII.

 

EL PRIMER HOMENAJE A COLÓN

Obra de 1.892, perteneciente al género de pintura de historia, que durante el siglo XIX adquirió gran relevancia coincidiendo con la llegada del romanticismo y las Exposiciones Nacionales. Su autor, José Garnelo, pertenece a la segunda generación de pintores de historia y se caracteriza por incorporar un lenguaje moderno, que se traduce en el gusto por el detalle. El tema representa el momento en que el Almirante toma tierra en el Nuevo Mundo.

 

ESTUCHE INSTRUMENTAL DE TOBIAS WOLCKHMER

Un obra de orfebrería del año 1.596, en bronce dorado y esmalte, posiblemente fabricada para Felipe II. Los estuches reunían diversos instrumentos en una sola caja (brújulas, astrolabios, calendarios astrológicos,…) y se convirtieron en el siglo XVI en obsequios reservados a personalidades de gran poder. En la cubierta superior está grabado el mapa del hemisferio boreal terrestre y las regiones marítimas adornadas con naos y monstruos marinos.

 

 

El archivo histórico

El Museo Naval es sede de un importante archivo histórico formado por 500 metros lineales de fondos datados a partir del siglo XVIII con 2.000 cajas y libros y 10.000 mapas y planos que constituyen una fuente primordial para conocer el desarrollo de la marina científica española de los siglos XVIII y XIX, así como la actividad de la Armada y su administración en las épocas medieval y moderna en la península y en los territorios coloniales.

Conserva información muy heterogénea de carácter histórico: diarios de navegación, cartografía, planos de buques, tratados y diccionarios de construcción naval, reglamentos y ordenanzas, expedientes de ingreso en las Reales Compañías de Guardiamarinas, libros sacramentales ….

El material procedente de las expediciones es uno de los grupos documentales más importantes de este archivo. Durante los siglos XVIII y XIX la Corona organizó grandes expediciones oceánicas llevadas a cabo por la Marina, que disponía de la infraestructura necesaria para su ejecución y de un cuerpo de oficiales bien formado y con gran vocación científica. La documentación generada en esas travesías ofrece información de gran valor para el conocimiento de la geografía, la hidrografía, la historia natural, así como la organización política y las condiciones sociales y culturales de la época.

La más importante de estas expediciones fue la emprendida por los marinos Alejandro Malaspina y José Bustamante a finales del siglo XVIII. La travesía se prolongó durante cinco años y persiguió una doble finalidad: política, para conocer con detalle el funcionamiento y la administración de los virreinatos, y científica, para recoger información enciclopédica sobre etnografía, sociología, antropología, historia natural, urbanismo…. La ingente documentación incluye diarios de navegación, croquis, cartas geográficas y dibujos artísticos de enorme valor.

Colecciones documentales de M. Fernández de Navarrete, J. Sanz de Barutell y J. de Vargas Ponce. A finales del s. XVIII los tres oficiales de marina recibieron el encargo de copiar en los archivos públicos y particulares documentación para elaborar una historia de la marina española. Existen copias de documentos fechados en el siglo XI, algunos de ellos hoy perdidos.

Expedientes de limpieza de sangre y probanza de nobleza, procedentes de las Reales Compañías de Guardiamarinas. Los aspirantes a ingresar como oficiales en la Marina entre 1717 y 1866 debían probar su pureza de sangre y su condición de caballeros hidalgos. El Archivo conserva 6.068 expedientes que son de gran ayuda para la realización de estudios genealógicos y constituyen un fondo de consulta muy apreciado por los investigadores.

Diccionarios de construcción naval. Junto con el diccionario de Rafael Monleón, el más importante es el Álbum de construcción naval de Juan José Navarro, primer marqués de la Victoria, escrito entre 1719 y 1756. Sus 133 láminas cuidadosamente ilustradas reúnen con afán enciclopédico información sobre buques y embarcaciones de muy variada tipología.

Colección cartográfica y dibujo técnico. Fondos datados desde el siglo XVII. La colección incluye 10.000 cartas (náuticas, de costas y del interior) y 2.000 dibujos técnicos, manuscritos en su mayoría, con planos de buques de la armada conservados desde el siglo XVII, además de arsenales, varaderos, artillería, instrumentos científicos y máquinas. El grupo más numeroso e importante procede de las antiguas posesiones españolas en América y Filipinas.

 

La Biblioteca del Museo

Contiene un valioso fondo bibliográfico especializado en navegación y náutica, astronomía, cartografía histórica, construcción naval y viajes, libros que se empezaron a adquirir a finales del siglo XVIII en Inglaterra y Francia. Entre las joyas se encuentran seis incunables, el más antiguo de ellos el Alchabitius, fechado en 1482. Cuenta con 3.242 libros fechados entre los siglos XVI y XVIII y destaca el primer libro impreso sobre construcción naval, El arte de navegar, de García de Palacio, y la obra Civitates Orbis Terrarum.

      

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