mantenimiento 
                y rendimiento, 
                
                a la de los motores de 
                combustible tradicionales. Para cerrar el círculo necesitamos células de 
                combustible (también llamadas “pilas” de hidrógeno), que 
                conviertan el hidrógeno en corriente eléctrica. Ya empiezan a 
                aparecer equipos bastante compactos, aún caros, capaces de 
                producir 100 o 200 Kw de potencia eléctrica, con los que crear 
                un sistema híbrido de propulsión eléctrica de alta potencia, de cero ruidos y cero 
                emisiones contaminantes. 
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
            
            Las últimas normativas europeas en infraestructuras rodadas, exigirá a los países miembros, tener un 
            punto de recarga de hidrógeno cada 150 km y más adelante debería 
            tener lugar la recarga en puertos e instalaciones portuarias.
            
            Hace una decena de años, las primeras 
            experiencias híbridas en barcos de recreo como por ejemplo la del 
            catamarán Lagoon 42 hibrid, fueron un fracaso. Este catamarán estaba 
            equipado con dos motores 
            eléctricos superados por los que ahora existen, que eran alimentados por 
            un parque de baterías mediocre, que se cargaba con un generador 
            Diesel. El circuito inversor y la electrónica de control era poco 
            fiable y muy voluminoso. Al final Lagoon llamó a los armadores de este 
            modelo para sustituir la propulsión eléctrica por dos motores diesel 
            tradicionales. Pero los tiempos han cambiado y la tecnología 
            evolucionado mucho...
            
             
            
                
                
                
            
                
                
            
            En Austria el astillero Frauscher sacó 
            al mercado hace una decena de años, varios modelos eléctricos, como la motora de 
            tipo runabout Riviera 600 equipada con un pequeño motor 4 Kw y 
            célula de hidrógeno capaz de navegar en lagos de forma suave y 
            silenciosa con una autonomía de 50 millas.
            
            Fountaine Pajot tiene en diseño una 
            versión híbrida para consumos 
            internos, con células de combustible de 70 KW  que sólo 40 kilos de 
            peso, modelo REXH2, fabricadas por el compañía francesa EODev (Energy 
            Observer Developments) co-patrocinado por Toyota, y un parque de 
            baterías de tamaño mediano, aunque para la propulsión siga confiando 
            en el diesel. 
            
             
            
            
            
             
            
            La tecnología ha 
            mejorado de forma radical. Motores más compactos de muy alto 
            rendimiento, baterías de Litio con mejores químicas (LiFePo4) que han 
            bajado mucho de precio. Los paneles solares, con los que complementar 
            una buena instalación híbrida, han mejorado mucho en rendimiento y 
            precipitado el precio hasta valores escandalosamente bajos. Las 
            células de combustible han aumentado mucho en potencia, pero siguen 
            siendo caras. Y naturalmente falta por saber cómo y dónde podríamos 
            recargar los tanques de hidrógeno.
            
             
            
            
            
            Dos motores eléctricos 
            refrigerados por aire forzado. Atrás en el fondo se observan los 
            regulares para trifásica. Tras las dos bocinas de los ejes, 
            observamos los rodamientos de empuje que transmiten la fuerza de 
            propulsión al casco de la embarcación. Los motores eléctricos a 
            diferencia de las grandes reductoras carecen de cojinete de empuje y 
            por tanto es del todo necesario la instalación de estos. 
            
             
            
            En perspectiva observamos como en solo 
            unos pocos años, han sido superadas muchas de las barreras tecnológicas, y 
            las que quedan van camino de superarse. Solo quedarán las ventajas 
            que dejarán obsoletas a toda la actual flota de recreo. 
            
            1) La limpieza durante la 
            combustión es impresionante, pues el resultado de la combustión 
            es solo agua pura, como 
            resultado de la oxidación del hidrógeno. En este aspecto, los 
            políticos vuelven a tener una ocasión 
            perfecta para modernizar la legislación y eliminar impuestos a los 
            barcos Eco o Cero-emisiones como ya ocurre en la industria de la 
            automoción. Por desgracia no debemos confiar en que esto ocurra.  
            
            2) Una importante ventaja 
            proviene de la comodidad de navegar con un sistema que no genera 
            ningún ruido tanto en la célula de combustible (salvo algún susurro 
            de la ventilación) ni en el motor eléctrico de propulsión. Silencio 
            absoluto, tranquilidad total. 
            
            3) La tercera ventaja radica en 
            la fiabilidad de la propulsión eléctrica pues un motor moderno de 
            tipo “brushless” de imanes de neodimio es prácticamente 
            indestructible. 
            
            4) La cuarta ventaja es la 
            aparición de espacios donde antes había una sala de máquinas. La 
            arquitectura naval va a mejorar las distribuciones interiores pues 
            los motores eléctricos a penan ocupan espacio. La célula de 
            combustible y el parque de baterías pueden instalarse y distribuirse en cualquier 
            parte del barco y no tienen porqué estar centralizados en ninguna sala 
            de máquinas en la zona central más “valiosa” de la habitabilidad del barco.
            
            
            5) Para pequeños desplazamientos 
            (que en muchos armadores es lo más normal) es posible navegar sin 
            encender la célula de combustible, tomando energía eléctrica de un 
            reducido parque de litio, que puede suministrar autonomía de  unas pocas millas, y que puede recargarse lentamente a partir de una 
            extensa y bien dimensionada instalación solar. 
            
             
            
            Tanques de hidrógeno
            
            No es posible conseguir una autonomía 
            aceptable a partir de parques de baterías. Aunque estas mejoren (que 
            mejorarán) la tecnología en baterías no permite almacenar la energía 
            que suele consumir un barco. Aún es muy complicado navegar con 
            baterías más allá de unas pocas decenas de millas náuticas. Las 
            baterías son sin embargo necesarias para amortiguar la producción de 
            energía y lograr buenos rendimientos en los generadores o pilas de 
            combustible. Por ello son necesarias en una instalación de 
            propulsión eléctrica, vaya con generador diesel o mediante hidrógeno 
            y una célula de combustible. 
            
            Para lograr autonomías adecuadas a las 
            necesidades de los armadores, debemos generar energía eléctrica a un 
            ritmo “parecido” al que vayamos a consumir en la propulsión. Para 
            ello existen potentes pilas o células de combustible que transforman 
            el gas hidrógeno en energía eléctrica con un rendimiento del 80%. 
            La densidad energética del hidrógeno es bastante mayor que la del 
            diesel o gasolina, y por ello un kilo de hidrógeno tiene casi el 
            triple de energía que un kilo de combustible fósil.
            
             
            
            Pero a temperaturas “normales” el 
            hidrógeno es gaseoso y solo licua a temperaturas cercanas a cero 
            absoluto, por ello debe ser almacenado en tanques de alta presión en 
            su estado gaseoso. Existe ya un estándar para almacenamiento de 
            hidrógeno con dos categorías y presiones de 350 y 700 Atmósferas. El 
            hidrógeno dentro de un tanque de por ejemplo 1 metro cúbico, a 
            presión atmosférica, pesa 71 gramos. Por tanto a 350 atmósferas 
            podemos almacenar unos 25 kilos de gas hidrógeno. Si utilizamos 
            tanques de 700 Atm, almacenaremos 50 kilos de hidrógeno en cada 
            metro cúbico. Como es 3 veces más energético que los combustibles 
            fósiles, un tanque de 1 metro cúbico (y 700 bares) de hidrógeno 
            equivale en términos de almacenamiento de energía a unos 150 litros 
            de Diesel. 
            
             
            
            
            
            Tanque para hidrógeno 
            en fibra de carbono utilizado en pruebas con aviones comerciales. 
            Obsérvese la ligereza y como un ingeniero puede con él sin 
            demasiados esfuerzos. Más de 1.500 litros de hidrógeno cargado a 700 
            Atmósferas. 
            
             
            
            Los precios (ahora 
            aún aeronáuticos) bajarán y por ejemplo 3 tanques de esta capacidad (ubicados por 
            ejemplo uno en pique de proa y dos en popa a cada banda) 
            conseguirían el equivalente a un tanque de Diesel de unos 900 litros 
            de combustible fósil ya tenidos en cuenta todos los factores de 
            rendimiento... 
            
             
            
            Si por ejemplo en nuestro barco 
            actual, tenemos un tanque de 300 litros de combustible, para lograr 
            una autonomía parecida deberíamos llevar unos 2000 litros de 
            hidrógenos en varios tanques de 700 Atmósferas o 4.000 litros 
            cargadas a 350 Atms. El rendimiento de un motor de combustión es de 
            un 30% en el mejor de los casos. El rendimiento de un motor 
            eléctrico tipo brushless de última generación es del 98 % y la 
            célula de combustible del 80%. Por tanto y como aproximación, 
            podemos dividir por 3 el volumen del tanque de hidrógeno para 
            alcanzar una equivalencia en energía aprovechable en potencia de 
            propulsión real. 
            
            En conclusión, un tanque de gasolina 
            de 300 litros puede ser sustituido por unos 1.400 litros de 
            hidrógeno a 350 Atm. Un buen desafío, pues aunque podemos distribuir 
            las botellas, en sentinas y huecos, no deja de ser un volumen 
            importante. El segundo desafío es  el precio del tanque, pues una 
            presión de 350 bares no es soportada por un tanque cualquiera. 
            Existen tanques de fibra de carbono que son mucho más livianos que 
            los de aluminio y pueden aceptar  presiones de hasta 700 Atm.
            
            
                
                
                
                
            
            
            Para hacernos una idea de la altísima 
            presión de 350 bares, podemos comentar que las botellas de aire a 
            presión utilizadas en el buceo recreativo están cargadas normalmente a 200  atmósferas. La 
            energía de presión almacenada es muy grande y una rotura se 
            convierte en una verdadera deflagración. Conozco a uno, que sacó por 
            error una 
            grifería de una botella de buceo cargada a 200 bares, pensando que 
            estaba vacía, y la grifería salió como un obús, perforando el techo 
            de chapa del club de buceo, perdiéndose en las nubes. El despistado 
            no murió de milagro, pero quedó bastante perjudicado. 
            
            350 bares es mucho 
            más y si en vez de aire cargamos hidrógeno, el asunto es extremadamente 
            serio. Sin embargo es del todo viable y el estándar incluso maneja 
            presiones de 700 bares, como demuestra el 
            fabricante de coches Toyota que YA ofrece en España vehículos con 
            esta tecnología disponible en el mercado. Y conviene apuntar que un 
            coche es bastante más peligroso en cuánto a velocidad, impactos y 
            accidentes que un barco. 
            
             
            
            
            
             
            
            El motor
            
            Son muchos los modelos y las potencias 
            que se pueden instalar y conectar mecánicamente al eje de la hélice. 
            Las ventajas respecto al motor de gasolina o diesel son evidentes 
            y muy importantes:
            
            1) La potencia eléctrica que 
            consumen se convierte en energía mecánica en un porcentaje muy alto 
            y aunque deben ser refrigerados, el sistema es muy sencillo. El 
            aprovechamiento energético es tremendamente alto y sin 
            parangón con los 
            motores de combustible. 
            
            2) Los motores eléctricos pueden 
            invertir su sentido de giro de forma trivial. No es necesario 
            instalar ninguna inversora a la salida del motor. Tampoco necesitan 
            en casi todas sus aplicaciones reductora, al entregar un par de giro 
            constante en casi todo su régimen de revoluciones. Ahorro 
            importante de precio, de peso, de complejidad y mejora de la 
            fiabilidad. 
            
                
                
                
                
                
            
            
            3) Los motores eléctricos son 
            muy poco voluminosos y ligeros, por tanto su instalación es muy 
            sencilla y al no ocupar espacio, hace innecesario la sala de 
            máquinas. Los arquitectos navales pueden mejorar el diseño de las 
            embarcaciones de forma drástica, lo cuál significará un antes y un 
            después en el diseño naval. 
            
            4)  La fiabilidad y seguridad es 
            altísima. No requieren apenas mantenimiento y son extremadamente 
            confiables. En comparación con los motores de combustión interna, 
            los eléctricos ganan por fantástica goleada. 
            
             
            
            
            
            
            
            
            
            OceanVolt propone este 
            'SailDrive' muy fácil de instalar y con un altísimo rendimiento.
            
            
             
            
            Como estamos acostumbrados a los 
            motores de combustión interna que suelen medir la potencia en 
            caballos (CVs) también es muy importante retener la conversión entre 
            CVs y Kw; 1 Kw es igual a 1,36 CVs. O sea, por ejemplo, un motor 
            eléctrico de 100 KW es equivalente a un diesel de 136 CVs. Y para el 
            resto aplique una regla de 3… 
            
            Pero en realidad si montamos un barco 
            según este factor, estaremos sobre-motorizando pues el motor 
            eléctrico además de las ventajas ya explicadas, ofrece la potencia 
            en su máximo par en todo régimen de revoluciones.  En la práctica un 
            típico velero de 12 metros con un Yanmar de 40 CVs podría ser 
            sustituido por un motor “brushless” de unos 25 Kw. Una 
            motora con dos colas de 200 caballos irá que se mata con dos 
            eléctricos de 100 Kw. 
            
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
            
            
            Yanmar Power Technology junto con 
            Japan Engine Corp se han unido para crear soluciones basadas en 
            hidrógeno. Rolls-Royce Power Systems especializado entre otras cosas 
            en motores de alta potencia para la industria marina ya está 
            probando una solución basada en un célula de hidrógeno de 250 KW con 
            electrodos de membranas creadas con polímeros (PEM) capaces de 
            generar mucha potencia eléctrica en un volumen muy reducido. 
            
            
             
            
             
            
            Las Baterías (Litio)
            
            Son necesarias para poder ajustar la 
            generación y consumo de energía, de tal forma que la producción de un 
            generador si es excesiva, sea aprovechada y alimente la carga del parque. 
            Y si esta es 
            insuficiente, las baterías puedan aportar la diferencia de energía o el pico de 
            potencia demandado. A mayor parque de baterías, mayor autonomía en cortas 
            distancias sin necesidad de poner en marcha el generador o la célula 
            de hidrógeno. Naturalmente en químicas de iones de litio. 
            
            
            
            
            En el año 2023 volverán a bajar de 
            precio y –en grandes volúmenes- la compañía de automoción Tesla 
            indica que estaremos en rango de precios sobre los 100€/Kw-hora. 
            Actualmente una batería de un Tesla Model-3 de 82 KWh cuesta 13.500 
            US, es decir a razón de 164 dólares USA/KWh. A finales de 2022 y 
            olvidando las marcas caras,  el aficionado (en compra al detalle), puede 
            conseguir ya  racks de 48 Voltios, en torno a los 340€/KWh. 
            
            Es importante que nos acostumbremos a 
            la unidad de Kw-hora (Energía), que es desde luego la más natural y 
            clara 
            para poder entender el “juego” que viene. 1 Kilo-Watio-Hora de 
            energía, equivale a la energía necesaria para mantener encendido un motor de 1 Kw durante una 
            hora de tiempo. ¿Fácil no?
            
             
            
            
            
             
            
            Por ejemplo, una típica batería de 
            ácido plomo de 100 Ah  en 12 voltios es capaz de entregar, en 
            teoría, 1,2 Kw durante una hora y como no podemos utilizar más allá 
            de 40% o a lo sumo 50% (So pena de destruirla en una decena de 
            ciclos), en realidad esa batería por mucho que sea AGM o Gel nos 
            puede entregar unos 500 watios-hora. O lo que es lo mismo, en los 
             
            próximos años, las baterías de Litio van a barrer el ácido plomo 
            del mercado. 
            
            En la práctica, por debajo de los 200€ el Kwh, sería estúpido continuar montando baterías de plomo, pues 
            aunque el precio esté ya casi equiparado, en la práctica y en 
            “usabilidad” estaremos en Litio a mitad de precio. Si tenemos en 
            cuenta la capacidad de ciclos y vida útil de las baterías de Litio, 
            por debajo de los 300€/KWh el Litio, ya es caballo ganador…. Y ya 
            estamos llegando a esos precios. (Naturalmente no hablo de 
            fabricantes caros como Battleborn , Victron, Mastervolt, etc… que 
            habrán de ajustar sus tarifas si quieren competir en el inminente 
            futuro)
            
            
            
             
            
             
            
            Calcular la capacidad del 
            parque
            
            Es casi intuitivo si hemos retenido 
            los factores de conversión ya explicados. Si por ejemplo queremos 
            navegar 5 horas con un motor de 25 Kw en un velero de 12 metros con 
            unas prestaciones equivalentes a un motor diesel de 40 CVs, 
            tendremos que tener un parque: 5 horas x 25 KWh= 125 KWh de 
            capacidad. Como referencia, recordemos que las baterías de un coche 
            Tesla están en torno a los 100 KWh. O sea que con un par de baterías 
            de un Tesla S, podríamos tener, sin llevar al barco a tope, más de 
            10 horas de autonomía. Para más ejemplos, aplique sucesivas reglas 
            de equivalencia.
            
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
            
            Hagamos otro ejercicio ilustrativo. El 
            depósito diesel de un velero de 13 metros puede ser de unos 200 
            litros de combustible con los que se pueden navegar del orden de 50 
            horas. Ese tanque tendrá una energía en forma de combustible de unos 
            1.250 KWh. Como por ejemplo una batería de un Tesla de 100 kWh pesa 
            625 Kilos, necesitaríamos del orden de 12 baterías testa y lastrar 
            el barco con más de 6 Tn de Litio. Con un parque parecido al de un 
            coche Tesla, tendremos una autonomía en este velero de 12 o 14 
            metros de unas 4 horas. Queda clara la necesidad de los tanque de 
            hidrógeno y la célula de combustible.  
            
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
                
            
            
            Un Kilo de hidrógeno puede 
            producir a través de una célula de combustible, una energía 
            eléctrica de ente 15 y 20 kWh, y por tanto tal depósito de 200 
            litros de diesel podría ser sustituido por unos 60 Kilos o 70 kilos 
            de hidrógeno, que en tanques a 700 bares ocuparán un poco más de un 
            metro cúbico. (Recuerde la equivalencia de 50 Kilos de H2, en cada 
            metro cúbico a 700 bares). 
            
             
            
             
            
            Células de combustible
            
            Van apareciendo en el mercado como la 
            ya citada REXH2 de 70 KW y 40 kilos de peso, aunque su volumen es 
            molesto pues ocupa del orden de un metro cúbico. Hynova es otra 
            marca en ofrecer células de hidrógeno de 80 Kw. 
            
            Hay que aclarar que las células de 
            combustible permiten “quemar” hidrógeno puro y que el oxigeno del 
            aire debe ser muy puro para no estropear las membranas, para lo cual 
            el sistema de las células de combustible tienen varios filtros 
            dedicados para ello. También existen otras células de combustible 
            que “queman” Metanol en vez de hidrógeno y tienen una química en sus 
            membranas distinta. Al final lo que hacen es obtener el hidrógeno a 
            partir de las moléculas de metanol, pero con un rendimiento menor, al 
            necesitar algo de energía para lograr descomponer previamente la 
            molécula de Metanol. La ventaja actual de este tipo de células de 
            metanol-hidrógeno, reside en la facilidad de almacenar este alcohol, 
            pues para ello vale cualquier depósito como los utilizados para 
            almacenar gasolina. Otro “punto” negativo de la célula de metanol, 
            es la generación de dióxido de carbono y por tanto no son “limpias” 
            como las de hidrógeno que estrictamente producen agua tan pura como 
            la destilada, como resultado de la generación eléctrica. 
            
            
            
             
            
            En Holanda, Natural Yachts ofrece la 
            motora de 12 metros de eslora Northman 1200 de fabricación polaca, 
             
            motorizada en eléctrico, y que puede equipar una célula de Metanol, 
            y una batería de 42Kwh con las que se consiguen 55 kilómetros de 
            autonomía, o una batería de 84 kWh con una autonomía de 115 Km,  o 
            más del doble de autonomía utilizando la célula de metanol. El 
            precio con la mayor batería es de 261.000€ aunque por ahora no se 
            incluye la opción con la célula de metanol. 
                
            
            
            
            Pero el modelo de propulsión con 
            células de combustible debe ser entendido para lograr una buena 
            ingeniería. Las células de combustible tienen inercia y no son 
            capaces de producir potencia eléctrica al instante. Puede haber un 
            ciclo de histéresis de algunas decenas de segundos, desde que 
            suministramos presión de H2 a las membranas hasta que obtenemos la 
            máxima potencia. Por ello es del todo necesario “tamponar” la 
            ingeniería con un parque de baterías que pueda satisfacer los picos 
            de potencia solicitados por el motor y absorber la energía sobrante 
            cuando la producción sea mayor al consumo, cargando baterías en este 
            caso. 
            
            Tener sobrada capacidad de producción 
            en las membranas de las células es importante porque éstas trabajan 
            mejor cuando NO están sometidas a la máxima potencia, pues se 
            consigue una mayor saturación de O2 en las membranas y por tanto un 
            mejor rendimiento. Por ejemplo, una célula de combustible de 30 kW 
            funcionando para producir solo 10 kW alcanza un 98% de eficiencia en 
            la conversión, mientras que si la forzamos a trabajar a 30 kW el 
            rendimiento caerá a un 75%. 
            
            La empresa noruega TECO-2030 ya ofrece 
            una célula de combustible que puede entregar 400 kW, con posibilidad 
            de combinarse hasta 3 unidades para llegar a los 1.200 kW de 
            potencia. 
            
             
            
             ¿Cómo funciona una célula de 
            combustible?
            
            El proceso es el contrario al de la 
            electrolisis, por el cual se hace circular energía eléctrica en el 
            agua para obtener hidrógeno y oxígeno. En la membrana de una célula 
            de hidrógeno se inyecta aire (oxigeno) e hidrógeno para 
            recombinarlos dando como resultado agua pura y electrones. 
            
            
            En la membrana se separa cada molécula 
            de hidrógeno formada por 2 átomos de hidrógeno, en dos protones y 
            dos electrones. Los electrones forman una corriente eléctrica que 
            vamos a aprovechar para propulsión via motor eléctrico, y los 
            dos protones se combinan con el oxígeno para generar una molécula de 
            agua. 
            
             
            
             
            
             
                                                                
                                                                             
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