e-Magazine       Home         

Art. Barcos

Catálogo Boats

Ocasión

Financiación

Seguros

Megayates

InfoNáutic

Charter

Empresas

Motos Agua

Tienda

Eco-Náutica

Noticias

Regatas

Tablón

Club Fondear

     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
     
   
 

 
   Volver Menú Infonautic
 
 

     
 

Interruptor diferencial: Las peligrosas corrientes del pantalán:

¿Estás protegido?

Tomar la corriente del pantalán es algo en apariencia trivial, y sin embargo requiere seguir algunas normas de seguridad muy importantes, pues manejar 220 voltios en un ambiente cargado de humedad y con agua salada puede ser muy peligroso...

 

¡No es ninguna broma! Hace unos años me contaban como moría un niño de 10 años al ponerse a nadar alrededor del velero en el que viajaba con su familia. La instalación eléctrica de una de las torretas tenía una derivación y alguien había anulado el diferencial para evitar que saltara la electricidad continuamente.

Los barcos modernos incorporan instalaciones eléctricas con protectores y “automáticos” diferenciales como las que tenemos en nuestras casas. En el barco es, por motivos obvios, mucho más importante que en casa. Y el elemento fundamental de protección es un dispositivo conocido como “diferencial”.

Para entender fácilmente el funcionamiento de un interruptor diferencial, podemos compararlo con una balanza de dos platos. Por el diferencial atraviesan los dos hilos de corriente que llegan a los enchufes y dispositivos a 220 voltios del barco, como por ejemplo el cargador de baterías. La corriente que entra por un hilo es necesariamente igual a la que sale por el otro hilo. Si lo que entra es lo mismo que lo que sale, la “balanza” está en equilibrio. Todo va bien.

 

 

Si la corriente que entra por un hilo es la misma a la que sale, es lógico pensar que nada se ha “perdido” por el camino. Pero cuando alguien recibe un calambrazo al tocar un cable mal aislado, la electricidad que a uno le atraviesa se “pierde” del circuito y regresará a la central eléctrica que la originó por lo que se conoce como circuito de “tierra”.

En definitiva, si al dispositivo diferencial le entran por ejemplo 10 amperios, y cuando se produce una derivación (un calambrazo), sólo le salen 9,95 amperios, el resto (50 miliamperios) es lo que se “pierde” del circuito y puede haber atravesado peligrosamente nuestro cuerpo. Estos 0,05 amperios que faltan (50 mA) regresan por el circuito de tierra sin haber salido por su camino correcto que es el diferencial.

Por pequeña que sea la corriente derivada, ésta podría ser mortal. Hemos de recordar que sólo 10 milésima de amperio (10 miliamperios) atravesando el corazón pueden resultar mortales. En ambientes húmedos y salinos, nuestro cuerpo ofrece baja resistencia eléctrica, de modo que es muy fácil, en caso de tocar un cable mal aislado o pelado, recibir una la corriente que pueda derivarse a través de nuestro cuerpo, haciendo circular por nuestros tejidos una intensidad mucho mayor a 10 miliamperes.

 

 

Cuando el diferencial detecta que no hay equilibrio entre lo que entra y lo que sale, la “balanza” magnética en el interior del diferencial, queda desequilibrada y hace que salte su palanca, cortando todo el circuito. ¡Estamos protegidos!

En la práctica esto es algo muy sencillo de diseñar. Por cada uno de los hilos del diferencial se intercala una pequeña bobina que genera un campo electromagnético. Las dos bobinas correspondientes a los cables de entrada y de salida trabajan produciendo dos campos electromagnéticos contrarios que se contrarrestan. Cuando las corrientes entrante y saliente son diferentes, los campos también lo son y por tanto se produce un campo neto capaz de inducir una pequeña corriente en un tercer devanado enrollado en el núcleo toroidal, que activa un electroimán capaz de hacer saltar un resorte, que a su vez corta el circuito eléctrico. El diferencial nos ha salvado!

 

En la práctica, un diferencial está formado por una bobina toroidal en la que se anulan los flujos magnéticos que circulan en sentidos contrarios, hasta que la corriente entrante al circuito es diferente de la saliente.

 

En este caso el flujo neto es distinto de cero y genera por tanto una corriente en el tercer devanado que alimentará el electroimán que se encargará de abrir el circuito eléctrico.

 

 

El diferencial del barco instalado en la caja de 220 voltios, es idéntico al que tenemos instalado en nuestras casas.

 

 

   Cuidado al nadar en el puerto

Pero mucho cuidado, pues aunque el diferencial del barco esté bien, todavía corremos peligro.

El diferencial del barco nos protege si el calambrazo se produce dentro del barco o mejor dicho en cualquier parte del circuito que esté detrás del diferencial.

Y esto NO ocurre con el cable del que tomamos la corriente del pantalán y que se conecta en la entrada de corriente del barco. ¡Ojo! Aunque normalmente la misma torreta del pantalán deberá tener instalado su propio diferencial para protegernos incluso en este caso.

 

 

Cuidado con este cable que puede ser muy peligroso, máxime cuando muchas instalaciones portuarias NO están protegidas convenientemente con su diferencial en la toma del pantalán.

Así lo hemos podido comprobar en varias  instalaciones. Y existen sus motivos. El diferencial protege mucho, pero si la instalación eléctrica del puerto es vieja, entonces, es posible que se produzcan derivaciones en la propia caja del pantalán debido a la humedad o aislamientos mojados que hacen que el diferencial esté activándose continuamente y por tanto cortando todo el circuito eléctrico de los pantalanes. Entonces algún “listo” puentea el diferencial y todo arreglado! Todo funciona pero nadie está protegido!

 

Cómo conectarnos al pantalán

Por ello es una verdadera temeridad enchufar el cable de corriente que une el barco con su toma de pantalán en el orden inadecuado, algo que hemos podido constatar continuamente por simple desconocimiento de los aficionados.

Veamos; si acaba de llegar al barco y se dispone a poner el cable, lo que debemos hacer es poner primero el conector del barco y luego saltar a tierra para enchufarlo al pantalán. Si hace lo contrario conectando primero en el pantalán para luego ir desenrollando y saltando al barco con el rollo de manguera eléctrica  en la mano, en ese justo momento está literalmente en peligro de muerte.

 

 

Si se cae al agua con el cable, este lleva corriente, y si el pantalán no está protegido, es posible que no viva para contar la experiencia! 

Por ello no olvide el orden correcto que por cierto debe ser el inverso cuando vaya a dejar el barco.  En este caso, primero desconectamos el cable del pantalán y luego tranquilamente vamos enrollando hilo hasta llegar al barco y saltar a él para terminar de recogerlo todo.

 

Huelga decir, que esta manguera eléctrica debe estar en perfectas condiciones. El cable debe de ser de primera calidad con funda de goma y de sección adecuada. Si los conectores tienen el plástico roto o rajado, debemos sustituirlos sin demora. Olvídese de las mangueras de plástico que acaban perdiendo elasticidad, cuarteándose debido a la intemperie y a los rayos ultravioletas.

Y si tiene que hacer una nueva no se lo piense más. Manguera tipo Pirelli de goma, sección 1,5 ó 2 milímetros de hilo, obviamente con toma de tierra y de longitud suficiente para poder atracar de popa o de proa sin tener problemas de longitud. Tenga en cuenta que a veces la toma no está justo frente a nuestro amarre, y que tendrá que conectarla a 10 ó 15 metros. Para un barco de 10 metros de eslora debemos por tanto calcular una manguera eléctrica de por ejemplo unos 25 metros de longitud.

 

 

     Artículos relacionados:

        - La energía eléctrica en un crucero: nociones importantes

        - La iluminación en el barco

 


 

 

 

 

 

Tel: +34 91-6319190     info@fondear.com 


© Copyright   Fondear, S.L.