y debemos estudiar la forma de 
            evitarlo. 
            
            
            Hace unas pocas semanas durante la ARC 
            de este 2022, moría un tripulante francés al recibir un golpazo de 
            botavara que aunque no lo tiró al agua, le produjo una conmoción 
            mortal al cabo de unos minutos. El impulso que toma una botavara 
            tras una mala trasluchada fortalecida por la aceleración del viento 
            en la mayor puede arrancar de cuajo el carro de escota o destrozar 
            la polea de la mayor, con un peligro mortal si esta impacta en la 
            cabeza de un miembro de la tripulación. 
            
            Para solucionarlo, existen distintas 
            técnicas que "frenan" y "suavizan" el movimiento de la botavara, o 
            incluso detienen el movimiento de ésta, para dejar, si deseamos, la 
            mayor acuartelada.
            
            
             
            
            
            Porqué debemos 
            instalar una retenida a la botavara
            
            La instalación se hace en 2 ó 3 
            minutos, y los distintos dispositivos disponibles cuestan muy pocos 
            cientos de euros o incluso es gratis si utilizamos un cabo pasado 
            por una polea desde proa, como más adelante veremos. 
            
            Si navega de popa por ejemplo cruzando 
            el Atlántico en Alisios, debemos hacer miles de millas con la 
            botavara muy abierta y vientos casi siempre de popa. En estas 
            condiciones, una rolada imprevista o una pérdida de rumbo en el 
            piloto pueden provocar un cruce de la botavara, en el que es muy 
            importante que no le pille por el camino. Si de forma inesperada ve 
            una botavara cruzando a toda velocidad en su camino, nunca debemos 
            intentar pararla con los brazos. Es un esfuerzo tan inútil como 
            peligroso. Hay que tirarse sobre la cubierta y evitar el impacto sea 
            como sea.
            
             
            
            
            
             
            
            Las esloras peligrosas son las que van 
            desde los cerca de 40 pies a los 50 o cincuenta y pico pies de 
            eslora. Por debajo, en veleros de 6 a 8 metros, la botavara es menos 
            peligrosa por la menor cantidad de movimiento de esta. En veleros 
            mayores, casi siempre la botavara pasa bastante por encima de la 
            altura de la cabeza, eliminándose el riesgo de impacto en el "coco", 
            aunque con estas enormes botavaras el golpazo puede arrancar el 
            arraigo de mayor de un solo golpe tras una fuerte trasluchada.
            
            
            Montar un freno de botavara nos 
            permite navegar vientos de popa sin estar permanentemente 
            preocupados sobre estos peligros. Además el aparejo de freno de 
            botavara, nos permite, si lo necesitamos, ajustar con vientos flojos 
            la botavara en la posición exacta en la que deseemos tenerla. Con un 
            genaker también nos permite un ajuste eficiente del asimétrico.
            
             
            
            
            
             
            
             
            
            Lo más barato, y muy eficaz, es 
            utilizar un cabo amarrado al extremo de popa de la botavara. Este 
            cabo es enviado por barlovento hacia la proa del barco en donde 
            hemos montado una polea que reenvía el chicote a la otra banda y 
            hasta un winche en la bañera. La retenida previene la trasluchada de 
            la botavara, y en caso de rolada, podemos soltar el cabo del winche 
            de forma controlada para que la botavara vaya cambiando de banda de 
            forma lenta y controlada. Si pasamos además ésta retenida por un 
            freno, podremos trabajar con el winche para otros trabajos. El cabo 
            tiene que tener del orden de dos esloras de longitud, para poder 
            hacer todo el recorrido solicitado y utilizar una sección parecida a 
            la de la escota de mayor. 
            
            En caso de intento de trasluchada, y 
            con la mayor acuartelada, el susto, especialmente si el error ocurre 
            por la noche, puede ser mayúsculo, quedando el barco detenido y 
            armando un ruido importante en la mayor, pero tendremos la botavara 
            retenida y sin peligro. Lo mejor es no soltar la retenida y cambiar 
            el rumbo para eliminar el acuartelado, y si decidimos soltar 
            retenida porque el barco ha quedado sin arrancada y sin gobierno, 
            seremos conscientes de ello y largaremos poco a poco y con lentitud.
            
             
            
              
              
                
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                  Tragedia en la ARC 
                   
                  Ocurría a 500 millas de Canarias 
                  mientras el X-Yacht navegaba rumbo al Caribe. Un miembro de 
                  una tripulación francesa se vio sorprendido por la noche al 
                  tomar el relevo en su guardia.  
                  Navegando de popa cerrada con 
                  los alisios es muy fácil que en una ligera rolada la botavara 
                  se cruce de lado a lado tomando una cantidad de movimiento 
                  brutal debido al largo recorrido de la escota de mayor 
                  amollada.  
                  Max recibió un mazazo 
                  extremadamente violento, y aunque no cayó al agua, le produjo 
                  una fuerte conmoción cerebral. Aunque el velero lanzó un 
                  Mayday, en realidad no se podía hacer nada por el tripulante 
                  que moría pocos minutos después del impacto. Al día siguiente 
                  un crucero de 300 metros se posicionaba cerca del velero para 
                  evacuar el cuerpo sin vida y el de otro miembro de la 
                  tripulación herido, rumbo a Funchal en Madeira.    | 
              
              
             
             
            
             
            
            
            Frenos de botavara
            
            Al contrario de lo que hace una 
            retenida, que bloquea la botavara, los frenos permiten el movimiento 
            de la botavara, pero de forma lenta y controlada, lo cual es mucho 
            mejor. Existen varios modelos, pero todos ellos se basan en crean 
            una fricción en un cabo que va de banda a banda pasando por el 
            mecanismo de freno fijado en la botavara.
            
             
            
                
            
            
             
            
            El precio dependiendo de 
            modelos y tamaños comienza en unos 200 Euros y puede subir hasta más 
            de 500€. Uno de ellos es el Wichard Byb-Easy que consiste en un 
            pieza por la que se pasa el cabo en dos o tres bucles para aumentar 
            o disminuir la fricción. Fácil de usar, fácil de ajustar, e incluso, 
            fácil de copiar si es usted "manitas" en el uso del soldador tig con 
            inox. 
            
             
            
            
            
             
            
            Otros frenos como el Walder Drum (Wichard.com), 
            están basados en un tambor por el que pasan varias vueltas del cabo 
            que fijamos entre banda y banda (Defender.com o también, Boom-brake-walder.com). 
            Este sistema tiene la ventaja de poder ajustar la libertad del freno 
            dependiendo de la tensión que le demos desde la bañera al cabo del 
            freno. Ambos sistemas están bien diseñados, pero quizás me guste más 
            el sistema del tambor por la facilidad de ajustar la frenada del 
            tambor cambiando la tensión a libertad desde la bañera.
            
             
            
            
            
             
            
            Pero en conclusión, conviene recordar 
            que la sencillez de la retenida pasada por una polea en proa no 
            tiene porqué estar reñida con la instalación de un freno de 
            botavara, y lo fundamental es, en todo caso, mantener la botavara 
            bajo control cuando afrontamos largas navegadas con portantes.
            
            
             
            
            
            
            
            
            
               
             
                
            
             
             
                 
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                Velas equilibradas, navegación segura