La nueva generación de antenas marinas Ocean Line del fabricante
VDO utilizan las tecnologías más avanzadas para conseguir
equipos fiables y sencillos de usar. Se instalan muy fácilmente
gracias a un único cable de alimentación a 12 voltios, y
aseguran una recepción optima de las señales satélites con
independencia del lugar en donde nos encontremos en el mundo
entero. Estas antenas motorizadas están disponibles en cuatro
tamaños de 32, 37, 45 y 60 centímetros de diámetro de cúpula y
han sido concebidas para adaptarse a todo tipo de barcos de
recreo.
Las dos mayores van equipadas con un receptor GPS integrado que
da la posición de la antena lo cual permite al circuito
electrónico calcular los ángulos a los que debe orientarse la
parábola para recibir la señal televisiva de los satélites. El
equipo digital se encarga de todo y realiza el posicionamiento
satelital de forma rápida y precisa. La función “auto-skew”
permite una recepción optima incluso con fuertes movimientos de
la antena.

Las antenas Ocean Line vienen equipadas con una interfaz de
control que permite una conexión sencilla a un decodificador
digital que a su vez se conectará al televisor o pantalla plana.
La antena de 32 centímetros tiene la ventaja de funcionar en
navegación a 12 ó 24 voltios y ocupar un espacio pequeño en
cualquier soporte de montaje. Es ideal para navegaciones
costeras y para barcos de tamaño pequeño o mediano. Por su
parte, la antena de 37 centímetros pesa lo mismo que la de 32
pero ofrece 3 salidas y también funciona a 12 ó 24 voltios. Las
de 45 y 60 centímetros de diámetro posee además un girocompás
integrado, ofrecen 3 salidas y está pensada para barcos que
efectúen navegación de altura y barcos transoceánicos.

Cómo funcionan las antenas satelitales marinas

Si retiramos el domo de plástico descubrimos una parábola
parecida a la de cualquier televisión por satélite como las que
vemos en los centros comerciales. La diferencia fundamental
radica en el sistema de motores que permiten mover la antena
desde la horizontal a la vertical y girar el conjunto de
izquierda a derecha.
En definitiva posicionar la parábola para
que enfoque en cualquier dirección del espacio. También existe
un giróscopo que es capaz de detectar de forma instantánea los
movimientos de la antena. Cuando el giróscopo detecta un cambio
de posición en la estructura que soporta la antena, genera una
señal de control que activa los motores para que estos
reorienten de nuevo la parábola al mismo punto. De esta forma
aunque el barco se mueva con el paso de las olas, la antena
siempre apuntará al mismo satélite en el cielo, del que recibe la señal de
radio.

Para que el conjunto funcione es necesario que los motores
actúen con mucha rapidez y de forma muy precisa. Para ello se
utilizan motores conocidos como paso-a-paso, que no tienen nada
que ver con los motores de escobillas eléctricos que vemos en
los electrodomésticos, juguetes o aparatos de la casa. Un motor
paso-a-paso efectúa únicamente un giro discreto y exacto de por
ejemplo 5º como respuesta de una señal enviada electrónicamente
por su controlador. Para saltar otros 5º, el chip que lo controla
ha de enviar una nueva señal de salto en la misma dirección o en
sentido contrario. De esta manera, acumulando saltos efectuados
de forma muy rápida, se consigue simular un movimiento que
parece continuo, que no es más que la suma de saltos efectuados
por el motor uno detrás de otro.
La ventaja es enorme, pues a cada salto le corresponde una señal
de salto que es recordada en un sumador electrónico. En
definitiva, es posible conocer la posición angular en la que se
encuentra el eje del motor en todo momento. Como a la salida de
motor se desmultiplica el movimiento mediante una cadena de
piñones, se aumenta en la misma proporción la fuerza de
retención y la resolución angular del movimiento. El resultado
es un control completo sobre la posición en la que deseamos
posicionar cualquier estructura.
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