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Breve historia de las velas por Juan Carreño

 

Antiguamente sólo podía aprovecharse la fuerza del viento sobre las velas si soplaba viento de popa. El desarrollo de las velas cuadradas, junto con la aparición de aparejos mas sofisticados, hizo posible que se orientasen las velas, de manera que se pudiese navegar con viento que soplasen con cierto ángulo respecto al rumbo, aunque la forma de los cascos hacia que los barcos tuviesen tendencia a abatir, en vez de moverse hacia delante.

 

Hasta el final del siglo XIX, los barcos tenían que esperar a que soplase el viento en la dirección adecuada para poder hacerse a la mar, y además era casi imposible mantener el rumbo si el viento no era favorable. En aquella época, la mayoría de cascos estaban construidos para llevar la mayor cantidad posible de carga, y su forma no estaba pensada para evitar la deriva cuando el viento soplaba por los costados del barco.

 

Forma de las Velas

 

 

La vela latina es un tipo de vela utilizada por los primeros navegantes egipcios en el Nilo, y por los habitantes de la Polinesia en el Pacífico. Era muy adecuada para el viento de través predominante en sus travesías.

 

 

 

 

 

La vela cuadrada, colgada de una verga que impulsaba al barco. Más tarde descubrieron que la vela funcionaba mejor si se aumentaba el ángulo que formaba la verga con la vertical. Este tipo de vela recibió el nombre de vela al tercio, y durante muchos años fue la vela principal del aparejo de las embarcaciones pequeñas.

 

 

 

 

 

Con el pasar de los años, las transformaciones posteriores que sufrieron las velas comenzaron a colocar las vergas, cada vez mas paralela al mástil, hasta que quedó casi perpendicular a la cubierta del barco, llamándose guaira. El paso siguiente fue que toda la vela quedase sujeta al mástil, sin verga, la llamada vela bermudiana.

 

Se comprobó que al colocar una vela a proa del mástil podía maniobrarse mejor el barco. El mismo efecto producía un palo con una vela a popa del mástil. Es un hecho comprobado que es mejor dividir la superficie vélica total en pocas velas. Además, cuanto más alta sea una vela, dentro de ciertos limites, mejor puede navegar una embarcación contra el viento.

 

 

 

 

Investigación científicas realizadas sobre aerodinámica de las velas demostraron que la tela flexible no es el mejor material para conseguir la forma ideal de una vela. Pero no ha podido aún encontrarse la manera de construir velas rígidas que puedan adaptarse a todas las direcciones en las que sople el viento.

 

 

 

 

Artículos relacionados:

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