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Creta; la isla alegre

 

 

La mayor de todas las islas griegas y la quinta más grande del Mediterráneo. Ofrece costas de diferentes características y todas de gran belleza. Rincones ideales para fondear, excursiones soberbias en su interior, playas sorprendentes y marinas deportivas con buenos servicios.

Al navegar rumbo Sur desde las Cícladas alcanzaremos un destino que nos dejará con la boca abierta.

Es tan grande como 14 Ibizas juntas, con varias pequeñas islitas a modo de archipiélago y en donde poder pasar varios meses de verano navegando por diferentes paisajes y gozando de experiencias únicas, como por ejemplo, fondearse frente a la pequeña y algo hippy isla de Gavdos, de donde era Calypso, en

donde no hay coches y la vida transcurre despacio y despreocupada.  Creta ofrece imágenes de otros tiempos, olivares y viñedos históricos, escenas callejeras perdidas en nuestra acelerada cultura actual, contacto con tradiciones centenarias, una gastronomía sana y exquisita, y unos paisajes costeros únicos.

En sus costas más occidentales se encuentra Chania, posible puerto de destino si venimos navegando desde el sur del Peloponeso. Chania es una de las más bonitas ciudades de Creta en donde podremos buscar amarre para dejar el barco y planear diferentes excursiones, entre las que cabe destacar las espectaculares rutas por algunos de los barrancos más profundos de Europa. Sus montañas blancas dentro del parque Nacional de Lefka Ori ofrece paisajes y excursiones ideales, para tras unas largas navegaciones, dejar el barco amarrado y disfrutar en diferentes rutas de trecking, por atrevidos barrancos que suelen estar cerrados durante el invierno y la primavera ante el riesgo de peligrosas crecidas.

Creta es una isla rocosa con una costa norte escarpada en donde se alzan montañas de hasta 2.469 metros de altura. En el Oeste la costa es más suave y en el sur, aunque también en su mayoría abrupta, de altura más baja y por tanto propensa a ofrecer buenos resguardos al abrigo del viento predominante en verano, salvo cuando se encañonan las racha katabaticas de las gargantas, que pueden convertir la costa en un lugar peligroso.

El Meltemi suele soplar con componte Nord-Oeste normalmente con fuerza 5 o fuerza 6 en la costa norte y debilitado a fuerza 2 hasta 4 en la parte sur de la isla. En invierno los vientos del sur pueden hacer de esta costa un lugar peligroso y por tanto la travesía por el norte es más adecuada.

En su costa Sur desembocan numerosas garganta, perfectas para excursiones de trecking. Durante el  invierno, en ocasiones se encañona el viento en estas formaciones geológicas formando fuertes chorros de aire descendente. La temperatura en verano es calurosa con media de 36 grados y en ocasiones días de 40ºc. No debes perderte la Garganta de Samaria, que con sus 16 kilómetros se convierte en la garganta más larga de Europa.

 

La cultura Minoica

Los cretenses son por encima de todo de Creta y luego además Griegos. Su historia ha sido siempre turbulenta. Habitada desde el neolítico, dió lugar al nacimiento de la civilización Minoica durante los años 2.000 antes de Cristo. De repente en el año 1.450 antes de Cristo, su civilización desapareció de la noche a la mañana, posiblemente como consecuencia de una tremenda erupción volcánica y terremotos de dantescas dimensiones que cubrieron de cenizas sus ciudades y palacios como el de Knossos.

Luego se establecieron los Dorios en el 800 antes de Cristo, para ceder el paso al imperio Romano y a los Bizantinos de los que se conservan frescos y numerosas ruinas. Los sarracenos la invadieron durante 100 años y después llegaron los Genoveses que la vendieron a los Venecianos en el siglo 13. Son los Venecianos quienes construyeron la mayoría de los vestigios que ahora podemos visitar. En 1.669 llegaron los Turcos que tomaron la isla hasta 1.898, para finalmente pasar a integrarse con los territorios de la Grecia actual en el año 1.913.

La mitología de Creta es profunda y sorprendente. En una cueva de Creta, la Diosa Rhea dio a luz a Zeus que fue cuidado por las ninfas que lo defendían del demoníaco Kouretes, cuyos golpes con los escudos enmascaraban los lloros de pequeño Zeus, para que Kronos no los pudiera oír y así el demonio Kouretes lo pudiera devorar. Años más tarde, Zeus se disfrazó como toro para conseguir a Europa y hacer el amor, de cuyo fruto nacería Minos que al crecer fundó el imperio Minoico, cuna de la cultura más arcaica e importante de todo el Mediterráneo. En aquellos  milenarios tiempos, incluso Ática pagaba tributos a Creta, hasta que el príncipe Ateniense Thereus mató al mítico Minotauro.

 

Llegar a Chania

Al oeste de la bocana hay un rompeolas parcialmente sumergido que despeja la bocana de los frentes del Noroeste pero que puede hacer peligroso la arribada con fuertes vientos de mar. La parte Este del puerto de Chania está llena de barcos locales, siendo más recomendable amarrar nada más entrar a nuestro estribor en el dique sur.

Chania fue la capital de Creta durante siglos y no es para menos, pues el barrio antiguo y los alrededores del puerto ofrecen rincones muy agradables para pasea, cenar y deambular desde su castillo veneciano hasta la mezquita. El barrio antiguo veneciano, trepa vibrante de vida, entre sus calles adoquinadas, que conducen a diferentes plazas dentro de su casco histórico. Un auténtico paraíso para los amantes de la cocina griega y los vinos más exquisitos que podremos degustar en sus numerosas bodegas.

 

 

El Oeste de Creta

La playa de Balos es parada obligada pues dependiendo de donde sople el viento, podremos echar el ancla en uno u otro lugar, y descansar en un entorno de aguas cristalinas y seguras para la línea de fondeo. Al desembarcar con la auxiliar podremos admirar toda una extensa paleta de colores desde el turquesa al esmeralda con matices de color cian.

Otra playa muy apreciada es la de Elafonisi cuya arena rosada ofrece unos tonos impresionantes durante las puestas de sol. Como en muchos rincones de Grecia la limpieza de sus aguas ofrece una transparencia cristalina.

Navegando al Este por la costa Sur llegamos a las primeras desembocaduras de sus estrechas gargantas, en el entorno del parque natural de Samaria, en donde también podremos fondear en la playa de arena negra de Agio Roumeli. Cerca se encuentra Loutro que nos recuerda a los encantadores pueblos de las islas cícladas y al que solo se puede acceder en ferry, pues no hay camino que atraviese las empinadas gargantas.

 

Paradita en la isla de Gavdos

La mitología cuenta que en este islote se escondes tesoros que pertenecían a la ninfa Calipso. Se trata de la isla más al sur del toda Europa, y en las calles de su población podremos pasear sin humos y ruidos de motores pues no hay vehículos. Los habitantes de Gavdos viajan desde Creta desde un servicio de ferry que comunican Sfakion y Palaiochora.

 

 

Rumbo Este

Al navegar por la costa sur hacia el Este, alcanzaremos más adelante el pueblecito costero de Rethymo cuyas raíces veneciano decoran toda su arquitectura, empezando por su impresionante fortaleza y en cuyo interior podremos visitar la mezquita de Ibrahim Han, testificando la riqueza cultural de la isla. Su puerto de pescadores es puro ambiente durante los meses estivales. Debemos bajar a tierra para empaparnos de su ambiente festivo y lleno de animación. Las cenas en cualquiera de sus numerosas tabernas y bares resulta un auténtico places culinario que puede valer como antesala de una divertida noche regada con el licor de Raki.

Unas decenas de millas más haciendo Este, alcanzaremos la playa de Preveli considerada como un sorprendente oasis costero a los pies de las montañas de la cordillera y en donde podremos desembarcar con la neumática avanzando un poco por el río Preveli sombreados por sus altos palmerales. Como en cualquier rincón de Creta, encontraremos también numerosas tabernas y rincones para cenar y descansar con tranquilidad.

El extremo Este de la isla es una de las zonas más desconocidas de Creta en donde hay poco turismo. Toda la zona de Lassithi está poblada por decenas de aldeas y pueblecitos costeros cuyas fachadas encaladas contrastan con el azul más intenso del  Mediterráneo.

 

La costa del Norte

La localidad de Agios Nicholaos es otro de esos lugares inevitables en los que podemos detenernos al menos por una noche. Su puerto pesquero rebosa encanto especialmente en las noches de verano y al pasear descubriremos su lago de Voulismeni rodeado por casitas rústicas que compiten con las que dan a la costa mediterránea. 

Como en otros lugares, no tendremos problema para poder elegir dónde comer o cenar, o detenernos a tomar un aperitivo. El turismo que soporta se ha llevado parte del encanto que tenía este antiguo pueblo de pescadores, a pesar de lo cual bien merece una visita. Pero esta zona conocida como Lasithi ofrece también otros recorridos de interior interesantes como el palmeral de Vaii, o los molinos de viento del altiplano del Este.

La marina deportiva de Agios Nicholaos ofrece 250 amarres hasta esloras de 25 metros y está muy protegida de todos los vientos, además de ofrecer todos los servicios que pudiéramos necesitar.

El siguiente destino rumbo Oeste podría ser el puerto es Elouda en donde podríamos también fondear protegidos por su gran bahía, cerrada por la península y fortaleza abandonada de Spinalonga en la que resulta interesantísimo desembarcar con la dingui y recorrer sus construcciones y fortificaciones históricas ahora deshabitadas. Hace 100 años se convirtió en una leprosería, ahora atractivo turístico por la claridad y el color de sus aguas azul celeste.

Rumbo Oeste podemos dirigirnos a Milatos con un pequeño puerto de entrada somera cuyo calado no supera los 2 metros, y en donde amarrar para recorrer la zona hasta las colinas cercanas en donde se encuentran las cuevas de Milatos que utilizaron con poco éxito los cretenses para esconderse de la invasión turca. Desde este lugar, también podemos hacer una excursión a las ruinas del palacio Minoico de Malia, que si bien no ha sido reconstruido como el de Knossos, sigue siendo de mucho interés, y no tiene tanta afluencia de turistas.

En la costa norte encontraremos todavía más al Oeste, buenos puertos como Sitia y otros más en ruta hacia Heraklion la capital en donde con fuerte Meltemi la entrada puede ser algo más complicada, aunque dentro estaremos bien protegidos. La ciudad está protegida entre el monte Psiloritis y al Este por las montañas de Lasithiotika. Heraklion ofrece varias interesantes visitas históricas a diferentes asentamientos.

Más adelante tendremos varios puertos pequeños hasta llegar a la marina de Rethymo, haciendo noche de fondeo por ejemplo en la bahía de Ligaria o en Agios Pelagia si la mar lo permite.

 

 

 

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