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Un astuto Alemán - Parte III - "La Muerte"

Por Luis Sirera

 

 

"La confianza es madre del descuido". 

Baltasar Gracián (1601-1658); escritor español.  

 

Simbad: ¡Dios mío mi capitán!, entonces...

Capitán Isidore Caubin: El Emdem solo detuvo su fuego cuando tenia la nariz encima... La chalupa ni siquiera sufrió, pero la mar se la tragó instantáneamente. El insignia Therbaud, creía que se trataba del Mousquet... Creyó a pies juntillas que el Mousquet había perecido.

Esta serie de errores condena a muerte al Mousquet...

Son las 6h. 35m, el Pistolet hace ruta bajo régimen de zafarrancho de combate. Marcha a 12 nudos. Sobre la pasarela, los vigías buscan y escrutan, unos a los supervivientes del Mousquet, otros al buque alemán.

A lo lejos se divisa al alemán. Esta parado cerca de otro navío, "un navío mercante seguramente" ya que no hay cañoneo. Ahora el tiempo es claro. Pero las cosas son engañosas. El Pistolet, da proa encima. ¿Va a poder ahora identificar al enemigo?. Sí, ya que he aquí las señales en las drizas:

Un pabellón en cabeza de mástil: ¡ Son los colores del almirante alemán!  Todos están de acuerdo ahora: ¡Se trata del crucero almirante alemán "Scharnhorst"! Los detalles se precisan: Cuatro chimeneas, la enorme torreta avante separada del bloque de  asarelas...

La torreta trasera sobre la playa baja; "silueta conocida desde luego..."

"¡Que tontos hemos sido al confundirlo con el Emdem!..."

6h. 50m... Por intermedio de la TSH, Pistolet al d'Iberville: " ¡Sharnhorst a la vista.

Señal por señal de banderas:" Se trata del Sharnhost, cuatro chimeneas, pabellón almirante; acaba de abordar a un paquebote y lo ha dejado pasar".

Extraño: El Pistolet se encuentra ahora sobre el lugar del cañoneo y no hay ninguna traza. No flota nada, ningún resto, ningún sobreviviente...

De pronto un grito: ! Dos humos a la vista a estribor "del Sharnhost" !. La  mañana está calmada y radiante: Dos chimeneas, dos humos, emergen del horizonte.  Eso es todo.

En esa dirección, los objetos se aplastan en vez de ensalzarse.  Algún carguero sin duda.

El único navío de guerra de dos chimeneas que podría encontrarse por allí, seria el Mousquet. Pero... "todos saben ya que el Mousquet yace en el fondo…"

Sin embargo, aquellos destellos a lo lejos...¿ Y aquellas detonaciones ?;¿ Se trata del cañoneo que recomienza ?. Y frente a los humos, aquellas columnas blancas que surgen de la mar...¿ Se trata de impactos de obús ?. Otro comandante muerto seguramente...¿ Pero quien ?

El alemán tira, tira y tira... Pistolet al d'Iberville por TSH: “¡Sharnhorst cañonea dos navíos!".

El torpedero sigue a toda la maquina que le permiten sus calderas. Es decir a 15 nudos ya que no ha tenido todavía tiempo de calentar lo suficiente.  Solo ha podido recorrer dos millas y ya los humos han desaparecido. El alemán está solo; no se ve a nadie más... 

Simbad: ¿Pero que demonios está pasando?

Capitán Isidore Caubin: El Pistolet, ahora boga a toda velocidad. El Pistolet lanza un TSH : "Navío aliado parece hundido, cañoneo terminado". Después trata de "engancharse"... Engancharse, significa seguir al enemigo. Ahora ya bastante rápido, a  26 nudos, ya que la presión esta al máximo.

¡ Quizás podamos mantener el contacto y abatir sobre el alemán toda una manada aliada ! Todo iría bien si el tiempo se queda como ahora claro y calmo.  Veremos el humo y veremos su traza en el agua. ! Vana esperanza !  A las 9 horas los chubascos suben por el oeste, y después agua.  La lluvia tapa otra vez la vista...Y la lluvia en el agua la traza:…Es decir, el rastro del enemigo. Hacia las 11 horas el tiempo esclarece: No se ve nada...

Simbad: ¡¿Lo han perdido!?

Capitán Isidore Caubin: El Mousquet era uno de los tres torpederos de Penang...La noche había pasado tranquilamente para él... A las 3h 30m de la madrugada, había abordado un navío mercante.

A las 4 horas, otro... Una nueva jornada comenzaba. La jornada ochenta y cuatro de este crucero de horno. Servicio habitual.

A la salida del sol, las municiones son sacadas de los parques. Se las resguarda del sol a proa, bajo la pasarela, detrás del tambucho o panel de bajada de los oficiales. Ninguna pólvora resistiría a la acción simultanea del sol y de la humedad...Las tiendas se quedan montadas, los tubos lanza torpedos, al eje.

Inútil el dejarlos en posición de tiro durante el día. Solo portan a 600 metros y cuando el tiempo esta claro, se tiene tiempo de sobra para ver venir y apuntar...

Sobre la pasarela, el oficial de cuarto. Un timonel y el hombre de barra en sus puestos. Se rectifica el punto:  14 millas al norte de Penang; ruta al S30W, velocidad 5 nudos y medio...La "rutina", la sacrosanta rutina de los hombres de mar...

La calderería avante esta en acción gracias a un contramaestre y dos fogoneros, entre los que hay un Anamita, transplantado con los franceses desde la lejana Indochina, su tierra. La caldera de popa es de agua caliente. Un contramaestre se ocupa de ella. En la maquina, dos contramaestres y tres mecánicos de cuarto...

En el panel de bajada, el oficial mecánico Bourcier. En proa una silueta extraña, oscura y silenciosa con uniforme de capitán..."Ese era yo, el Capitán de navío Isidore Caubin"...Mis ojos estaban húmedos a pesar de ser un fantasma..."Yo ya sabía lo que iba a pasar..."

Mi silueta, observa la Mar... A casi todos estos seres, solo les quedan algunos minutos de vida para contarlo...

Son las 6h 20m… 

Simbad: ¡Dios mío mi capitán!....¡Debió ser horrible para Ud. saber que sus compatriotas iban a morir de un momento a otro...

Capitán Isidore Caubin: De Penang sale un navío de guerra... Imposible a identificar.

El Mousquet mete la nariz hacia él, a diez nudos. El comandante; el teniente de navío Théroinne prevenido, sube sobre la pasarela y hace izar los colores. Son las 6h y 45m.

-Dispongan las señales de reconocimiento.  El navío avistado es más grande que el nuestro, sale de Penang, luego es un crucero aliado: Es a él al que le corresponde "interrogar". Son las 6h. y 57m .

-Vigilen bien sus señales, y preparen la contraseña de hoy. Son las 6h y 59m.

Yo, Isidore Caubin, "el fantasma de Trafalgar", cierro los puños, apretándolos fuertemente... El navío se encuentra a 5000 metros y la " pregunta llega"... Llega bajo la forma de cinco obuses que rugen sobre el arbolado y que caen al agua.

¡ Demasiado largos ! La pregunta se completa: El alemán iza sus colores.

-¡ A los puestos de combate!  ¡ Lanzad un TSH de concentración!  ¡Dad el máximo a la caldera de popa!

No se tiene ni siquiera el tiempo de asombrarse, de preguntarse como puede ser que de Penang venga un enemigo... Una segunda salva, corta estas elucubraciones.

¡He aquí el Mousquet bien encuadrado!...¡Dios quiera que la tercera...!

La tercera cae abordo:  Cinco obuses de 10 centímetros arrasan al pequeño torpedero, lo revientan, lo despedazan... Los que quedan vivos están en sus puestos de combate.

Para contestar solo se dispone de un 65 milímetros y dos de 47. ¡Si podemos acercarnos a 600 metros, lanzaremos los torpedos!

Ya los primeros impactos han hecho desaparecer la sección de los 47 de proa, demolido la cocina, volatilizado el puesto de TSH, con Albertini y Pietri, los dos operadores Corsos...

La caldera de popa esta reventada y se pone a vomitar un chorro de vapor hirviente a 4 kilos de presión... Al pie de la pasarela yacen ya, el contramaestre mecánico Heuzé y el timonel Pégé heridos.

El segundo maestro Mourges, con el flanco destrozado por una esquirla, pasa por encima y sube penosamente la escala. Sobre la pasarela, los dos insignias Carissan y Villedieu de Torcy, el contramaestre Cozic a la barra y el timonel Stephan a las señales, rodean al comandante Théorinne:

-! A toda velocidad las maquinas !; ! los tubos preparados para hacer fuego !.

Sobre el puente, los hombres desgarran a cuchillo la tienda que molesta al tubo lanza torpedos de popa. La pieza de 47 de popa abre el fuego a unos 3000 metros.

Yo, Isidore Caubin, pienso inmóvil en proa: "Tanto más les valdría lanzarles unas flores"...

En los apenas veinte segundos que han pasado entre la tercera salva alemana y la cuarta, aquello es un caos. La cuarta también "pega dentro". Y revienta el puesto de equipaje bajo la línea de flotación.

La Mar invade rápidamente al Mousquet; y hiere a Torcy que cae desde la pasarela... Y destroza la caldera avante en plena presión de la cual el vapor sale al puente por los portillos de las bodegas a carbón. Las maquinas paran. Los mecánicos, ya sin utilidad alguna, suben al puente. Inmediatamente son barridos por la metralla...  

 

Simbad: ¡Dios mío mi capitán...!

Capitán Isidore Caubin: El contramaestre Le Gall yace muerto. El marinero Baretge yace muerto. El fogonero Goffic yace muerto. Del panel emerge el ultimo: Bourcier, su jefe: Un pedazo de chapa humeante lo corta en dos. De la escotilla de la caldera trasera, salen formas negras, caras tumefactas, ropajes en fuego:

Son los fogoneros.  El vapor hirviente ha realizado su obra...

Yo, Isidore Caubin me coloco en popa debajo de mis queridos y desgarrados colores...¡Ya no hay nada que se pueda hacer...!

El Mousquet es ya un trozo retorcido de metal inmóvil...

El alemán le tira a la banda en la obra muerta. Los hombres del tubo lanza torpedos de proa son muertos en su puesto.

El de 47, tira todavía:

-! Apuntad bien !-, Grita el contramaestre Heurteaux, antes de caer muerto.

El cañonero Perrot, "apunta bien": Es muerto sobre su pieza. El corneta Hamon, mortalmente herido y el contramaestre mecánico Duchêne recibe una esquirla de acero que le arranca la pierna... El alemán está en este momento muy cerca. Se le distingue perfectamente.

¡Es el Emdem!.

Sigue tirando, ya que el pabellón del Mousquet no ha sido arriado. ¡ Más todavía: Aquella bandera parece flotar mas alto que nunca!.

¡Flota como queriendo desafiar al monstruo que sigue masacrando!.

A los pies de estos colores, Yo, el capitán de navío Isidore Caubin me aferro al mástil que los porta. La popa surge de pronto del agua levantándose rápidamente. Como si aquella bandera con los colores de Francia, tirara de ella con una fuerza formidable.

La proa pica al fondo...Humo, sangre, vapor... El Emden está por popa; demasiado lejos ahora para los torpedos. El insignia Carissan, desciende la pasarela.

Quiere asegurarse que no queda un solo cañón para defenderse todavía. Al pie de la pasarela un obús le parte una pierna. El insignia Torcy y el segundo contramaestre Mourgues que le siguen, heridos, pasan al través de una ráfaga. Las esquirlas hieren al contramaestre torpedero Esselet y al contramaestre Sansfourche, que caen y se arrastran hasta el tubo lanza torpedos con la esperanza vana de que el enemigo se  acerque... La proa se hunde cada vez mas.

¡Hay que pensar en los sobrevivientes!. ¡Lanzar al agua las canoas!;.! Arrimad la "berthon"!. Se largan los cabos de la pequeña canoa de tela...

Demasiada sangre sobre el puente, la berthon cae, resbala, aplasta y lanza al agua al segundo contramaestre mecánico Lefèvre, el cual se hunde rápidamente.

La proa del Mousquet ha desaparecido; el agua lame el pie de la pasarela.  El Emdem cesa el fuego.

Algunos segundos todavía y el pequeño torpedero va a irse al fondo irremediablemente.

El comandante Théorinne, desciende la pasarela. Ha combatido hasta el final. Se dirige hacia los heridos, les pasa salvavidas, trozos de madera, todo lo que flota... Su cabeza esta agujereada: Dos hilillos de sangre caen de su gorra.

Muchos saltan a la Mar. Sobre este trozo de metal retorcido, sin defensa y humeante el Emdem recomienza su fuego... Cozic y Stephan que acaban de salir de la pasarela son heridos. Su jefe Théroinne les da salvavidas.

A lo largo de la borda, colgado al casco, el segundo contramaestre torpedero Marboeuf pierde su cabeza arrancada por un obús... Cribado por esta nueva ráfaga, el Mousquet se va a pique.

Son las 7h y 15m

La masacre a durado exactamente dieciséis minutos.

Aquellos a quienes los remolinos no ha mandado al fondo con el navío, se agarran desesperadamente a barriles, salvavidas, trozos de basura flotantes...Théroinne es apercibido por el cañonero Calloch que lo iza sobre una caja de banderas. Al otro lado de la caja, el Anamita Tvi hace contrapeso. Al cabo de unos segundos, sin fuerzas abandona. La caja se vuelca; Théroinne desaparece. Carissan, ayudado por Calloch, toma su lugar sobre la caja. Las canoas alemanas se acercan...

Recogen al insignia Carissan y a treinta y seis hombres de los cuales dieciséis heridos.

Los demás:  Teniente de navío Théroinne. Insignia de navío Villedieu de Torcy. Mecánico principal Bourcier . Y cuarenta hombres mas, han desaparecido con su navío...

A 21 nudos, el Emdem hace ruta orgullosamente después de su nuevo triunfo. También se trata para él, del ochenta y cuatro día de crucero jalonado por los éxitos dignos de un pirata como Drake, Sourcouf o Pierre Bouvet... El capitán de fragata von Müller que comanda al Emdem, es todo un caballero y manda recoger a los sobrevivientes. Lo hemos visto en Penang agregando dos navíos de guerra a los quince navíos mercantes que ha destruido...  

 

Simbad: ¿Y los sobrevivientes mi capitán?

Capitán Isidore Caubin: Sobre el puente del crucero alemán diez marinos franceses se reúnen, bien vigilados por los hombres de facción del Emdem. Dos marineros alemanes, han dado algunos efectos a los mas desamparados. Los prisioneros examinan el navío alemán curiosamente. El Emdem está intacto.

¡Ni siquiera un obús del Mousquet lo ha tocado!.

Según "Paul Chack", que fue el responsable de los archivos de la marina francesa y que fue condenado a muerte por De Gaulle por colaborador después de la II guerra mundial, un alsaciano miembro de la tripulación del Emdem y que habla perfectamente bien el francés, se aproxima y entabla una conversación :

"- ¿Cómo es que ustedes salieran de Penang ?

- Fuimos por allí, para dar una vuelta y hemos hundido al ruso.  ¿ No habéis escuchado nada ?.

-Nada de nada. ¿Lo habéis torpedeado seguramente ?.

-Torpedeado y cañoneado. El ruso tiró, pero como un tonto, sin ajustar su tiro...

-¿ Y nuestros barcos ?

-No los hemos visto. De todas maneras la cosa fue muy rápida, yo estaba sobre la pasarela.

Y nuestro comandante ha esperado a que la Luna se haya escondido... Habíamos instalado ya la falsa chimenea... No se veía gran cosa en la rada y nos guiamos por las luces de dirección.

Cuando llegamos vimos cuatro luces blancas y después el puente de un barco de guerra completamente iluminado. Se les distinguía a 2000 metros. A 800 metros, el comandante, nos ha dicho que era el Yemtchoug, se alejó un poco para que los torpedos se hundieran bien, y ¡adelante con el baile!.

Con el lanza torpedos de estribor y un barrido del puente de lado a lado con nuestras piezas, a 350 metros fue imposible errar el blanco: Ya estaba muerto.

Viramos de bordo y lo rematamos con un torpedo de babor y también con los cañones... Saltó en el aire en pedazos que nos caían encima por todas partes.

! Y que humo !.... Apenas podíamos distinguir la punta de su mástil..."

"-Eso no tiene importancia, vuestro comandante es un as. ¡ Hay que ver la de ingleses que ha enviado al fondo !

-Quince hasta ahora y el ruso de esta mañana- masculla orgulloso el alsaciano.

Vosotros sois los diecisiete… Pero no está contento ya que sin vosotros hubiese tenido tiempo de hundir el gran navío cargado de municiones que hemos encontrado a la salida. 

Lo habíamos tomado por un crucero a ese… Tuvimos que acercarnos mucho para ver quien era".

"Apenas habíamos puesto la ballenera en el agua que he aquí que aparecéis vosotros, con vuestro penacho de humo en el horizonte.

¿ Entonces el sacrificio del Mousquet no fue totalmente en vano ?"...

Abajo en la enfermería, siete heridos graves contando al insignia Carissan y dieciocho heridos leves.

El medico de abordo se ha dirigido primero hacia el oficial, como se debe en las normas de la marina alemana. Carissan lo rechaza.

-Hágame el favor señor de atender primero a mis hombres.

El alemán obedece.

El día va pasando, mientras que los heridos lanzan lamentos de dolor. Ambiente cálido y agotador... Los marineros Barbaroux y Stephan mueren durante la noche.

El día 29 a las nueve de la mañana, un toque de clarín hace que todos monten en cubierta.

Los oficiales alemanes, están allí en uniforme de gala. Un destacamento armado se forma en popa. Se hace avanzar a los franceses que creen que van a ser fusilados. Enseguida ven dos ataúdes cubiertos con los tres colores de Francia.

El comandante von Müller aparece en uniforme de gala. Von Müller se descubre, pronuncia algunas palabras en alemán y se torna hacia los franceses:

- "Rezamos por estos bravos marinos, muertos por las heridas recibidas en un glorioso combate...".

Los ataúdes son lanzados a la Mar… El pabellón alemán flota a media asta un momento. Inmediatamente después, a tope.

Durante la noche, el alsaciano, viene otra vez a ver a los franceses:

-Camaradas, me han encargado de deciros que seréis transbordados al primer navío mercante que crucemos.

Tenéis que prometer que no tomareis mas las armas durante el tiempo que dure la guerra.

Silencio…

- Está bien, perfecto, dice el alsaciano guiñando un ojo.

Hacia eso de las 4 de la madrugada aparece el carguero Newburn. El cargo se apresura a parar maquinas.  Su comandante, asustado a la vista del Emdem, se tranquiliza pronto al recibir las ordenes de von Müller; ya que se trata bien de ordenes:

-Haga ruta inmediatamente hacia Sabang donde deberá desembarcar a los marinos franceses.

"A toda velocidad, ya que el oficial esta herido gravemente y necesita asistencia medica urgente".

Se realiza el trasbordo, destacándose el infinito cuidado que ponen los marinos alemanes en el traslado de los heridos. El mismo príncipe de "Hohenzollern", joven teniente de navío a bordo del Emdem instala el mismo a los heridos, un poco sorprendido de "ver que un extraño oficial francés vestido de manera un poco rara, le ayuda en su tarea…"

A las 6h de  a tarde el corneta Hamon, muere. A las 9h. el "Newburn", entra en "Sabang".

En pocos minutos, los holandeses se hacen cargo de la situación y el comandante de la cañonera "Serdang" se desvive en eficacia....

En pocos instantes, los heridos son internados en el hospital y los que todavía son validos al cuartel, vestidos con uniformes holandeses. Carissan tiene apenas el tiempo justo de ver como sus hombres son instalados en aquellas luminosas salas del hospital, maravillosamente limpias…

Instantes después, muere a medianoche: Su deber de oficial, perfectamente cumplido…

Al lado del cadáver y cogiéndole sus manos cada vez mas heladas... Yo, Isidore Caubin, fantasma venido de la época de "La Ética"... velo todo el resto de la noche...

 

 

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