| 
             
             
             
            Recuerden lo 
            ocurrido con Sir Peter Blake, uno de los mejores navegantes 
            contemporáneos, ganador entre otras hazañas del trofeo Julio Verne, y 
            asesinado en la desembocadura del Amazonas por unos piratas 
            criminales que querían robarle. Se encontraba fondeado en el río 
            tomando datos para su labor de divulgación científica y de 
            concienciación para el cuidado de los mares y la naturaleza. 
             
            Viajando en 
            solitario es necesario evitar determinados lugares, zonas muy 
            concretas que representan un gran peligro. Viajando con otros barcos 
            o en flotilla el peligro es mucho menor. No debe navegar en las 
            aguas del sur del mar Rojo en la cercanía de las islas de Socotra, 
            pues el riego de ser victima de piratas es muy alto. Lo mismo ocurre 
            en el estrecho de Malaka que debemos cruzar durante el día y bien 
            alejados de la costa. Es muy bueno cruzarlo con otros barcos que 
            sigan la misma ruta. Exceptuando algunos rincones del mundo, la 
            seguridad no representa ningún problema y debemos poner toda nuestra 
            atención sobre los partes meteorológicos para huir de las borrascas 
            y navegar con vientos medios y cómodos. 
               
            Navegando en 
            solitario hay quien se plantea la posibilidad de llevar un arma de 
            fuego a bordo como medida de defensa o disuasión. De hecho hay 
            muchos barcos que circunnavegan el mundo con algún tipo de arma de 
            fuego camuflada en algún rincón del barco. Nuestra opinión es que 
            por muchas razones no merece la pena.
             En el 
            hipotético caso de que posea licencia de armas en España y por tanto 
            viaje ‘legalmente’ con ella, esta no será válida para ningún otro 
            país, y por tanto deberá dejarla en la capitanía del puerto en el 
            que atraque, generando un montón de papeleo, y forzándole a salir 
            del país visitado por el mismo sitio por el que haya entrado, en el 
            intento de recuperarla. En muchos países en vías de desarrollo 
            comprobaría como el arma se ha ‘perdido’ o no logra recuperarla. 
            Peor puede ser no declararla, ya que si la policía revisa su barco y 
            la encontrara, puede estar seguro de enfrentarse a un grave 
            problema. Muy posiblemente le confisquen el barco e incluso vaya a 
            parar a la cárcel. Cárceles tercer mundistas en las que pasaría una 
            muy desagradable temporada hasta que se solucionara el incidente. Si 
            tiene un problema serio con piratas, debe utilizar el sentido común 
            y psicología, para que no le hagan daño físico, aunque le roben. De 
            nada puede valernos una pistola si no tenemos experiencia en su 
            manejo y además podría volverse en nuestra contra o ser utilizada 
            contra nosotros…  Si quiere llevar un arma de fuego en el barco, 
            conténtese con la pistola lanza-bengalas que es totalmente legal en 
            todos los rincones del mundo, e incluso disparada a ‘quema-ropa’ 
            puede ser mortal contra un agresor. En el fondo la posibilidad de un 
            mal incidente de este tipo es mucho mayor deambulando por algunos 
            barrios de Madrid o de Barcelona y no por ello paseamos con un 
            revolver bajo del hombro! 
             
            Lo que es más 
            probable es dar con mala gente que intentarán dejarle sin blanca o 
            quedarse con la neumática ya que pensarán que ellos la necesitan 
            mucho más que usted. Ocurre en todas las sociedades y países, aunque 
            en unos más que en otros. Es una buena idea ‘tunearla’ un poco para 
            que sea más difícil que pase desapercibida en el caso de ser 
            hurtada. Lo mismo ocurre con el fueraborda, una pieza muy golosa que 
            podrían intentar quitársela en lugares como Zanzíbar, Tanzania, 
            Filipinas, Indonesia, y otras costas pertenecientes a países en 
            desarrollo. ‘Personalizar’ el color del fueraborda también desanima 
            al robo. La electrónica, el ancla, cabos y la balsa salva vidas son 
            también elementos muy deseados por los amigos de lo ajeno. En estos 
            lugares, no deje nada a la vista y mucho menos la neumática amarrada 
            y flotando durante la noche. Deberá subirla a cubierta, y para ello 
            nada mejor que utilizar una driza o incluso ayudarse con el molinete 
            del ancla. Si baja a tierra es útil llevar un pequeño cable de acero 
            trenzado para bloquear con candado, la neumática y el motor al 
            primer árbol que vea cercano a la orilla. En los lugares que puedan 
            ser conflictivos es muy buena idea fondear en compañía de otros 
            barcos para que unos y otros se ayuden en la vigilancia. Lugares 
            menos concurridos suelen ser más seguros.  
             
              
            Hay veleros 
            que ponen una línea de sedal alrededor del barco, que dispara una 
            sirena de alarma. Otros llegan incluso a dejar un hilo eléctrico 
            pelado y electrificado para que dé un muy desagradable calambrazo a 
            los ladrones. Algo parecido a los cercados electrificados para las 
            vacas del prado.  Nos han contado de algunos, que cuando oían ruidos 
            fuera del barco ponían un casette conectado al equipo de audio del 
            barco con ladridos de doberman. ¡Parece que les funcionaba! Un 
            potente foco permitirá identificar a quien se acerca y de paso 
            dejarlo deslumbrado impidiéndoles ver cuantos o quienes estamos a 
            bordo.  
              
             
            Si le llegan a 
            robar, cuidado con lo que hace en los países menos desarrollados. 
            También nos han contado de casos en los que al ir a denunciar el 
            robo, les han obligado a rellenar decenas de papeles perdiendo 
            incontables horas en un esfuerzo inútil por rescatar lo 
            irrecuperable y además les han obligado a pagar los derechos de 
            aranceles e impuestos sobre el material robado pues de una u otra 
            manera había sido ‘importado’!. Increíble pero cierto. 
             
              
            En cualquier 
            caso, lo mejor es estar bien informado y no navegar por sitios muy 
            conflictivos o peligroso. Los acercamientos de canoas y otros 
            barcos, casi siempre son con el motivo de ofrecerles algún regalo de 
            bienvenida o simplemente para vender o intercambiar por tabaco o 
            cualquier otra cosa, las frutas, pescados o verduras que los 
            habitantes locales producen. De estas relaciones surgen muchas veces 
            gratas experiencias que permiten conocer las culturas y forma de 
            vida en otros rincones del mundo. Serán sin duda sus más bellos 
            recuerdos.  
              
            Artículos relacionados:
            
               -
            
            El regreso de los Piratas
            
               -
            
            Piratería en Somalia
            
               -
            
            Piratas en los mares
            
   
              
              |