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Cruzar el Atlántico; el regreso desde el Caribe (2)

desde las Azores a Europa

 

 

El Atlántico norte desde Azores a Europa en sus diferentes rumbos hacia Gibraltar o Finisterre, o incluso más al norte hacia Bretaña, ofrece particularidades que nada tienen que ver con el primer tramo recorrido desde el Caribe hasta las islas Azores.

Si hemos llegado a Azores ya tenemos el mayor tramo del viaje concluido, pues desde Azores a España sólo nos faltan unas 750 a 800 millas náuticas o 960 para alcanzar el Estrecho de Gibraltar desde la partida en Punta Delgada.

Lo importante es tener claro el promedio de vientos y estas latitudes para saber lo que podremos esperar en torno a a las latitudes 35ºN hasta los 45ºN. Si pretende hacer rumbo más allá del 50º o 60º Norte, por ejemplo para continuar periplo hacia los países del norte de Europa, debe tener presente que allá las condiciones del mar pueden ser bastante más agresivas y estar por tanto preparado para ello.

En las latitudes que nos llevan a la península, lo previsible es encontrar contra alisios del Oeste o Suroeste, reforzados por centros de bajas presiones más al norte y centros de altas presiones más al sur de las Azores. Pero también pueden producirse, aunque con menor frecuencia, persistentes formaciones de altas presiones más al norte de la latitud de la Azores que nos pueden dejar durante muchas semanas consecutivas vientos flojos o nulos en zonas de casi total calma chicha.

Las depresiones que cruzan el Atlántico desde el Oeste hacia el Este conllevan rápidos cambios de las condiciones meteo con roles de vientos del Sureste al Suroeste mientras nos asustamos con fuertes caídas del barómetro a medida que se acerca hacia nosotros la depresión, que nos traerá fuertes aguaceros al paso del frente cálido, seguido de un cambio de viento del Noroeste al atravesar el frente frío, acompañado de chubascos que darán su paso a un tiempo despejado, cielo azul y gran visibilidad.

 

Cuando cruzar

Desde mediados de Mayo a mitad de Agosto el paso de las posibles depresiones es más llevadero, pues además de avanzar más lentamente hacia Europa, tienen menor fuerza  y mucha menos intensidad. Si va a latitudes más allá del 50ºN recuerde que en verano es cuando los Icebergs penetran con más facilidad esta franja y por tanto debemos estar pendientes de posibles encuentros con los hielos. Pero en las latitudes que nos llevan a la península es raro esperar estos peligrosos encuentros.

Pretender hace el cruce en meses fríos es solo para quienes tengan ganas de “sufrir” la aventura, pues a modo de referencia, entre Octubre y Abril tenemos un 10% de posibilidades de encontrarnos con vientos de más de 35 nudos, frente a un 1% en meses de verano. Esto quiere decir que si la ruta durara 10 días, la estadística nos asegura al menos un día de temporal como mínimo en invierno frente a una posibilidad muy pequeña, por ejemplo, al atravesar en Julio. Y aunque los huracanes son muy raros en las latitudes por encima de los 40º o 50º, no debemos bajar la guardia pues a veces se han registrado trayectorias bien al norte.

La corriente general del Atlántico norte avanza hacia el Este entre los 35ºN y los 55ºN a una velocidad de 1 nudo. Al llegar a los 20ºW esta se divide en un ramal que va hacia Escocia y otro hacia Portugal. Al Oeste y cerca de la costa de Canadá, la corriente del labrador se dirige hacia el sur con sus aguas verde oscuro que contrasta con la Corriente del Golfo de color azul ultramarino. Cuando sopla hacia el Oeste el viento se enfrente a la dirección de la corriente y podremos encontrarnos con mares bastante peligrosos.

 

Cruzar desde Azores a la Península

Es la ruta elegida por muchos aficionados europeos, aunque se dirijan posteriormente más al norte esperando una buena ventana meteorológica que les permita atravesar el Golfo de Vizcaya que es temible con malas condiciones. La ruta más directa es hacia Portugal, pero la mayoría escogeremos el cabo San Vicente desde donde bordear el Algarve hacia Huelva, Cádiz y entrar a través del Estrecho de Gibraltar al Mar Mediterráneo.

Al igual que a la llegada a Azores, la partida puede suponer una navegación con muy poco viento por lo que debemos salir con los tanques llenos de combustible y armarnos de paciencia si las condiciones son extremadamente flojas, en cuyo caso puede ser buena idea ganar algo de Norte en la búsqueda de algo de viento. Si desea ir a la costa norte peninsular en busca de Finisterre, y el ángulo de viento lo permite, es también buena idea ir ganando norte hasta alcanzar la latitud 45ºN y hacia la longitud 20ºW en donde podemos encontrar la mayores posibilidades de tener la corriente hacia el Este con mayor intensidad.

En este tramo de navegación encontraremos una ligera corriente hacia el sur y posiblemente vientos del norte, por lo que también es buena idea ganar algo más del barlovento necesario en vez de tener que navegar luego de orzada hacia el Estrecho.

 

Una vez pasado el cabo de San Vicente en donde puede rolar el viento en esta punta, la tierra más al Oeste de toda Europa, la corriente media es hacia el Estrecho en donde a pesar del cambio de corrientes debido a las mares, hay una corriente neta entrante que repone todo el agua evaporada en todo el Mediterráneo.

Los navegantes que salten de Azores al norte de Europa directamente deben tener claro que el tope para llegar el mediado de Agosto, pues ya a primeros de Septiembre podríamos encontrarnos con temporales severos en la zona del canal de la mancha.

 

Las travesías contrarias hacia el Oeste

Desde la península hacia los Gran Banks por las latitudes medias y camino de la costa de Estados Unidos o del Canadá, implica una navegación casi siempre de ceñida y con corriente contraria que nos restará un nudo de velocidad. Por eso la mayoría de los navegantes deciden tirar hacia Azores, para después avanzar hacia el Noroeste, o incluso hacia las Bermudas antes de cambiar de rumbo. Salvo empeño o necesidad, son rutas a evitar pues es casi seguro que nos las tendremos que ver con bastantes días de temporal además de soportar orzadas y vientos del 1º y 4º cuadrante, nada deseables.

Por si fuera poco, la ruta de mínima distancia además de ser seguramente mínima en millas pero no en días de navegación, nos sorprenderá con vientos del Oeste Noroeste o Suroeste con fuerza de temporal al paso de los frentes que avanzan en su camino hacia Europa. Y cuando nos acerquemos a varios cientos de millas de la costa es casi seguro la presencia de profundos bancos de niebla con malísima visibilidad. No debemos olvidar que en estas latitudes medias estamos además en áreas en la que es posible que nos encontremos con desprendimientos de hielos.

Para rematar la “guinda”, esta ruta, bastante utilizada en las regatas del cruce del Atlántico, es muy frecuentada por grandes barcos mercantes que cubren las comunicaciones de mercancías entre Europa y Usa, además de ser frecuentada por numerosas flotas pesqueras, lo cual hace de todo el área una zona en la que el radar o el AIS sean casi imprescindible por nuestra seguridad.

 

 

 

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