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Los Winches; Su funcionamiento

 

 

Todos los que navegan a vela están acostumbrados a utilizarlos, y sin embargo este dispositivo tal y como ahora lo conocemos es bastante reciente. Permiten realizar el trabajo que antiguamente tenían que sufrir varios marineros a base de brazos.

 

Al igual que un juego de poleas estos dispositivo desmultiplican el esfuerzo, pero la diferencia fundamental es que podemos comenzar a realizar el trabajo a partir de cualquier parte del cabo. En los juegos de poleas, tendríamos que recoger todo el cabo hasta ponerlo en tensión para empezar a trabajar. Con el winch damos varias vueltas al tambor a partir de la zona de cabo que nos interesa poner a trabajar.

 

 Al dar varias vueltas al cabo sobre su tambor, y ponerlo un poco tenso, este se ‘agarra’ con mucha fuerza debido a la fuerza de rozamiento, que será mayor con el cabo seco y también mayor si este está nuevo.

 

Aunque la fuerza de rozamiento trabaja casi siempre contra nosotros, en el movimiento del casco sobre el agua, en el coche contra el aire, etc, en este caso la fuerza de rozamiento nos viene muy bien, ya que deja ‘pegado’ el cabo contra el tambor. Si ahora giramos el tambor podremos cobrar cabo sin miedo a que este patine. Si ponemos el cabo en tensión, éste se agarra al tambor que como SOLO gira en una dirección producirá una retención total.

 Si aflojamos la tensión, desaparece la fuerza de rozamiento y el cabo cederá a pesar de estar dando varias vueltas al winch. Si mantenemos y estiramos un poco el cabo, este se tensará y el rozamiento lo detendrá. La fuerza de retención debida a este rozamiento es muy alta ya que responde a una función exponencial:

 

 

 

El coeficiente de rozamiento 'Cr' para los cabos varía entre 0,1 para un cabo gastado y mojado hasta un valor de 0,3 para un cabo nuevo y seco que aguantará mucho mejor.

 

 

Alfa es el ángulo total que hace el cabo en el tambor (2pi) por cada vuelta al tambor. Debido a la exponencial de la ecuación los resultados son muy diferentes dependiendo del numero de vueltas que demos al tambor y sobre todo de cómo sea el cabo utilizado.

Por ejemplo, tres vueltas con un cabo mojado y usado tendrán una fuerza de retención de 7 veces a la que nosotros hagamos. Si retenemos con 10 kilos que ya es mucho, en cuanto la escota tire con más de 70 kilos, no podremos retenerla, lo cual es totalmente insuficiente para aguatar el fuerte tirón de una vela.

Pero fíjense como cambia con un cabo nuevo y seco. Con esas mismas 3 vueltas al tambor, este retendrá unas 300 veces su esfuerzo, es decir que si aguatamos la escota hasta esos mismos 10 kilos del ejemplo anterior, la vela tendría que tirar con 3 toneladas para que pudiera con nosotros!

Pero los winches también nos permiten cobrar cabo sometido a mucha fuerza y sin demasiado esfuerzo. Desde el eje del tambor giramos la manivela que gracias a un mecanismo de desmultiplicación nos permite hacer mucha fuerza contra la tensión y por tanto cobrarlo sin esfuerzo. Al girar la manivela en sentido contrario se acciona un ingenioso mecanismo dentro del winch que aumenta la relación de desmultiplicación, por los que cobraremos cabo a menor velocidad pero con mucha más fuerza.

 

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