En veleros de
más de 9 metros la mayor empieza a ser un respetable pedazo de
trapo difícil de manejar y plegar. Si la eslora sube a
los 12 ó 14 metros, el trabajo y las maniobras sin ayuda
exterior suelen complicarse bastante. Veamos como
simplificarlas.
Casi cualquier
barco en estas esloras viene equipado de serie con un bolsa que
permite recoger la vela mayor sin ayuda externa. Se trata del
Lazy-Bag. La palabra “Lazy” en inglés significa perezoso o vago
y es perfectamente adecuada ya que nos ahorra el tener que
doblar, plegar y sujetar la vela cuando no la utilizamos.
El Lazy-Bag es
la evolución lógica del llamado Lazy-Jack. Este último fue
inventado por algún navegador aburrido de perder la vela mayor
en el agua cada vez que la bajaba.
El Lazy-Jack consiste en una
serie de cabos que van desde distintos puntos de la botavara al
palo a modo de “barrera” que evita la caída de los pliegues de
la mayor a ambos lados de la botavara. Si la vela es de sables
del tipo “fullbatten” estos hacen las veces de lamas como en los
estores, y por tanto la mayor se irá plegando prácticamente sola
a medida que la arriemos.
Fabricarse un Lazy-Jack es bastante sencillo y para
ello solo necesitaremos cabo de unos 5 milímetros y algunas
pequeñas poleas. Estas son necesarias para mantener todos los
cabos del conjunto a la misma tensión con independencia de la
posición de la botavara.
Las
poleas pueden sustituirse por nudos que hagan las veces de
poleas. Lo importante es mantener un equilibrio de tensiones y
lograr un esquema de montaje como el de la figura. Cada cabo está pintado en un color distinto. Con
aflojar el cabo rojo que llega a la cornamusa azul de la
botavara, podremos ajustar la tensión del conjunto. Notar las
caídas verticales de los cabos que suben hasta cada polea.
El Lazy-Bag
actúa totalmente como un Lazy-Jack que en vez de llegar a la
botavara, sujeta dos bandas de tela sujetas a su vez a la
botavara y que actúan mediante una cremallera como si se tratara
de una gran bolsa para la vela mayor. El Lazy-Bag es por tanto
una prolongación del Lazy-Jack que además de permitir manejar la
mayor con comodidad hace las veces de bolsa protectora para que
no se estropee con los rayos ultravioletas del sol y la
intemperie.
Fabricar un Lazy-Bag no es tan sencillo
como hacerse un "Lazy-Jack", ya que
necesita un par de largos sables en su extremo superior y varios
refuerzos que repartan el peso de la vela mayor, además de las
costuras de la cremallera y sujeciones para la botavara. Lo
mejor es recurrir a una empresa que se dedique a confeccionar
estos productos.
Aunque la
mayor esté protegida, dos o tres inviernos fuertes acabarán sin
duda con el Lazy-Bag. Muchos Lazys suelen embolsar agua que poco
a poco irá filtrando a la vela dejándola permanentemente húmeda
con el riesgo de aparición de hongos.
Por ello, al
hibernar el velero, no se deje llevar por la pereza y desmóntelo
todo.
Durante la
temporada conviene dejar la botavara algo inclinada largando un
poco el cabo del amantillo para que la botavara cuelgue hacia
abajo y el agua escurra y no se acumule
encima.
Cualquier Lazy-Bag
debe quedar soportado por al menos 3 o 4 puntos de sujeción que permitan repartir el peso. Aun así requieren de refuerzos ya
que en caso contrario la tensión acabaría rápidamente con el
tejido. La parte delantera debe quedar bastante cerrada y pegada
a la botavara para que no se hinche con el viento y pueda
embolsar aire.
Preste
especial atención a la tensión final del conjunto de cabos ya
que estos no deben funcionar como un amantillo y soportar todo
el peso de la botavara y la vela. Aunque los cabos puedan
aguantar el peso, las costuras y puntos de sujeción del Lazy-Bag
se desgarrarán obligando a reparar y reforzar el tejido.
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Reparar
las velas, Lazy-Bags y Lonas
Para la confección de bolsas para
velas y lonetas a medida, reparación de
velería y también de reparación de Lazy-Bags se recomienda
acudir a profesionales ya que disponen de la experiencia y el
material necesario para realizar las fuertes costuras que
requiere este tipo de trabajos
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