El Radar a fondo

Cruzando el estrecho de Gibraltar se fue cerrando una niebla de las que se cortan a cuchillo. Visibilidad absolutamente nula y mucho mucho miedo debido al denso tráfico de mercantes.  En situaciones como estas es obligado el uso del radar. Moraleja; Mis últimos ahorros fueron dedicados sin contemplaciones a instalar el radar en el barco. Hay gente que opina que el radar es de esos instrumentos de navegación que parecen un lujo hasta que uno se lo instala. Desde entonces se hace difícil imaginar como antes conseguíamos navegar seguros sin él.

Los radares permiten ver objetos de alrededor que de otra manera serían invisibles en situaciones de mala visibilidad. Pero también son de gran utilidad navegando cerca de la orilla especialmente por la noche, cuando necesitamos alcanzar un puerto de destino desconocido y nos hemos quedado sin luz. Básicamente constan de una antena y una pantalla que interpreta gráficamente la información aportada por la primera. La antena emite energía electromagnética que al ser reflejada por los obstáculos, llega de nuevo a ella. Las antenas de radar giran cada pocos segundos barriendo un campo circular completo de 360 grados. La distancia al objeto detectado se calcula sabiendo el tiempo que tarda la señal en ir y volver. Como por otro lado la antena sabe en cada momento su ángulo de giro, es posible interpretar la posición del obstáculo. Es lo que en matemáticas se conoce como coordenadas polares.

Con un radar podemos ver otros barcos y elementos flotantes suficientemente importantes, pero también la línea de costa y otras masas de tierra, distinguir fácilmente la línea de un río navegable, marismas, o incluso los fenómenos meteorológicos como rachas de viento o lluvias. Salvo los rádares para mercantes, de gran alcance y resolución y muy caros y voluminosos (por no hablar de los utilizados por los buques de guerra de la armada que son una auténtica pasada) los destinados a las embarcaciones de recreo son de pantalla plana tipo TFT color o pantalla LCD monocromática. En cualquier caso cualquiera de ellos son fabulosos al lado de los que existían hace solo unos años y seguro que le satisfará plenamente.

Todas las antenas de radar funcionan de la misma manera, y están formadas por un dipolo plano que gira sobre un eje motorizado. Las más pequeñas están protegidas en una especie de caja con forma de cilindro chato y grande, y son conocidas como antenas ‘randome’ con potencias entre 1 y 2 kilovatios. De esta manera todo lo que se mueve está metido en una caja evitando que se pueda enganchar con cualquier cosa de la embarcación. Las antenas radar de mayor potencia son obviamente más grande y ya no quedan protegidas por esa cúpula, que por otro lado tendría que ser ya del tamaño de un platillo volante, por lo que veremos una barra girar sin protección alguna. Las antenas de mayor potencia son también de mayor ganancia por lo que concentran la energía en un plano de radiación más fino (menor ángulo de dispersión) por lo que no son adecuadas en veleros ya que al escorar pudiéramos no ver nada de nada al ser lanzado el haz a las olas próximas y al firmamento más lejano! De modo que en veleros debemos utilizar antenas tipo ‘radome’ de menor alcance pero que son más asequibles. Bueno si su velero es de esos de más de 70’’ que cortan el hipo y destrozan el bolsillo, no es mala idea un arco radar de alta potencia (de unos 7 kilovatios) montado sobre un sistema basculante con cardán...

Normalmente la regla es: a mayor potencia mayor poder de definición y a mayor altura de colocación de la antena, mayor alcance. Aunque naturalmente para grandes alcances también debemos utilizar grandes potencias. Con la niebla y el ‘llovizna' se debilita la señal y por tanto con más potencia tendremos más potencia frente a climatologías adversas.

Los equipos radar que se encuentran actualmente en el mercado además de ser mucho más baratos y seguros que los que existían hace algunos años, ofrecen posibilidades increíbles con las que hubieran soñado nuestros mayores.  Muchos de ellos pueden conectarse con el plotter para ver superpuesta la imagen radar con la cartografía digital, pero lo que la inmensa mayoría ofrecen son las funciones EBL(Electronic Vearing Line) para medir con precisión el rumbo relativo de un objeto desde nuestro barco y VRM(Variable Range Marker) para medir la distancia a este punto. Con ello es obvio calcular si estamos o no en rumbo de colisión. También la mayoría de ellos (hablo de Furuno Raytheon, JRC, etc..) permiten liberar los ruidos atmosféricos mediante los controles ‘Rain Clutter’ y ‘Sea State’ o ajustar la ganancia para varios rangos de alcance. Con el Zoom podrá ampliar una zona determinada en la que fijamos nuestra atención por el motivo que sea.

No quisiera terminar este artículo sin comentar rumores que todavía no pude comprobar. Cada vez somos más los que llevamos el ‘Laptop’ en nuestro barco (para poder utilizar programas de navegación sobre el PC, acabar algunas cosillas de la oficina, o simplemente por placer- En mi PC portátil puedo ver películas DVD y escuchar toda la música del mundo sin llevar ni un solo CD o jugar en las travesías más aburridas a cualquier juego-) El caso es que ya muchos Laptops empiezan a venir de serie con el comodísimo Wi-Fi para Internet inalámbrico. Y parece ser que la frecuencia a la que emite radiofrecuencia los equipos de radar coincide con la banda utilizada por el protocolo Wi-Fi. Lo que ocurre según he escuchado, es que con rádares de alta potencia no solo no es operativo el Wi-Fi (obviamente pues además estaremos navegando sin cobertura Wi-Fi en mitad de la mar), si no que algunas tarjetas Wi-Fi se queman por la alta potencia electromagnética recibida del radar en el receptor Wi-Fi.  Sobre este particular ruego que si alguien tiene alguna información adicional, la pueda comunicar a la redacción de  Fondear en info@Fondear.com para poderla compartir.