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Móntate un congelador en tu barco

por José Luis Conty

 

 

Si te gusta navegar durante semanas seguidas y recorrer "mundo" sin necesidad de depender de nada, es importante mejorar la capacidad para mantener fríos o congelados algunos alimentos.

 

Y lo cierto es que se puede hacer por muy poco dinero si te lo montas tu mismo como comprobamos en este artículo.

Una de las mejoras importantes para nuestro barco consiste en la instalación de un pequeño congelador, para poder pasar varios meses navegando con comida siempre fresca y en buen estado. Normalmente los barcos ofrecen  

frigorífico, pero pocos disponen de un congelador adicional. En algunos barcos encontramos una fresquera aislada de apertura superior pero sin sistema de enfriamiento y por tanto dependientes de cargar bolsas de hielo.

En el ejemplo tratado en este artículo transformamos una fresquera sin enfriamiento, en un perfecto congelador capaz de mantener los alimentos congelados durante meses y meses con temperaturas bien por debajo de cero grados.

Normalmente estas fresqueras se abren por arriba para de esta forma perder menos frío cuando las abrimos para meter o sacar algún alimento.

Ni que decir tiene que si el barco no tiene fresquera se puede utilizar cualquier cofre o armario del interior en el salón o la cocina, para ser transformarlo y crear un congelador de la nada. La principal diferencia sería que habría que montar una buena capa de aislamiento que mantenga el frío.

 

El “Kit” frigorista

Para el montaje hemos utilizado un Kit de frío que consta de un compresor Danfoss bd 35f  para corriente continua, placa de evaporación (usamos la VD-01) y un termostato. La ventaja del kit es que viene completo con el peso del gas refrigerante precargado, lo que permite que sea instalado sin necesidad de un especialista frigorista.

Con este equipo esperábamos conseguir temperatura mantenidas de – 10ºC con un gasto similar al de cualquier nevera de barco. En algunos modelos de Beneteau Oceanis 393, encontramos fresquera con algo de aislamiento, pero para conseguir bajas temperaturas y un bajo consumo energético lo esencial es contar con un aislamiento que ofrezca grandes rendimientos. Lo hemos logrado forrando el interior de la fresquera con planchas de poliestireno extruido de 5 cms. de espesor. El material es muy buen aislante térmico y sale muy barato y además es fácil de conseguir en cualquier almacén de construcción.

 

La capacidad de generar frio de un equipo formado por compresor y evaporador como el que describimos es muy alta y por ello la nevera será realmente un congelador si así lo necesitamos sin más que mover la rueda del termostato. Si queremos montarnos una nevera sin capacidad congelar, puede ser interesante hacer el montaje con una placa de refrigeración de tipo 'Peltier' que no requiere compresor ni placa evaporadora y por tanto simplifica la instalación, aunque necesite un circuito de agua salada para el intercambio de calor al exterior. En un futuro artículo descubriremos este interesante tipo de nevera.

 

La construcción

Primeramente hicimos unos patrones con cartón y siguiéndolos, cortamos el poliestireno con un cutter y sin demasiado esfuerzo. Nuestra fresquera tiene formas curvas en las esquinas, por lo que tuvimos que dar forma con el cutter y después lijar para conseguir la forma adecuada.

 

Para forrar el interior de la nevera con el poliestireno simplemente se colocaron tiras adhesivas de doble cara. Aún no estábamos seguros del resultado, pero si tuviera que volver a hacerlo, pegaría directamente el poliestireno a las paredes de la fresquera con un pegamento especial que no lo degrade. Es esencial que el encaje en las juntas esté muy ajustado para evitar cualquier pérdida de frío. Una vez forrada toda la fresquera y taponado el desagüe de fondo con espuma de poliuretano rematamos bien todas las uniones con pequeñas cuñas de poliestireno y finalmente con Total Tech que soporta hasta -40º.

 

El acabado interior

Para darle a las paredes un acabado similar al de cualquier congelador, utilizamos una placa de poliestireno (PS) duro de color blanco brillante y de 1 mm de grosor que se puede adquirir fácilmente.

Para cortar este plástico solo se necesita un cutter y una vez cortadas las placas de plástico solo queda pegarlas al poliestireno expandido con el mismo pegamento descrito. De nuevo hay que ser cuidadoso y cortar de forma muy ajustada las uniones para que el resultado sea bueno. Finalmente solo queda sellar bien todas las uniones con Total Tech y rematar los bordes con un junquillo de plástico blanco. Nosotros usamos una esquinera de 5 milímetros. El resultado fue un volumen estanco, impermeable y fácil de limpiar con el mismo color y brillo que el interior de un congelador y con un aislamiento total de 12 cms de espesor.

 

 

Montar el compresor

El compresor del kit de frío se colocó en el cofre de popa, justo al lado del mamparo al que está adosado el congelador y atornillado al suelo del cofre. El Kit viene con casi dos metros de tubo de aluminio con lo que se puede colocar más lejos pero recomiendo hacerlo lo más cerca posible. El compresor se fijó a una bandeja de plástico para recoger el agua que por condensación pueda producir el tubo de refrigerante. Se perforó la bandeja y la base de madera del cofre para dejar un desagüe directo a la sentina. 

Como queríamos continuar usando el cofre para almacenar y guardar los pertrechos, que siempre estorban, protegimos el compresor colocando sobre él una sencilla caja de frutas atornillada también al suelo. Esto permite la correcta ventilación y queda perfectamente protegido de cualquier golpe accidental.

 

Para pasar el tubo de gas refrigerante desde el cofre hasta el congelador fue necesario perforar el mamparo usando un taladro con broca para madera de 30mm. Posteriormente se rellenó el agujero con espuma de poliuretano.

El montaje y conexión eléctrica de los tres elementos del kit de frío es muy sencilla y viene perfectamente explicada en las instrucciones del producto. Es bueno utilizar un cable de 6 mm de sección para evitar caídas de tensión y proteger la alimentación con un fusible de 15 Amperios.

Una vez pasado el tubo del gas, la placa de evaporación se fija al congelador mediante tornillos de tipo tirafondos (de 6 cms. para que agarren en la pared de la antigua fresquera) y colocamos el termostato sobre la pared interior del mamparo. La conexión es muy fácil y viene perfectamente explicada en el kit. El termostato tiene un cable con un sensor de temperatura que también pasamos con un simple agüero de 3 mm a través del mamparo. Finalmente, y este es el aspecto crucial para tener un congelador y no un frigorífico, el sensor no se conecta a la placa de evaporación, sino que lo dejaremos libre y lo situaremos en la zona inferior del congelador. Su función será la de un sensor dev temperatura ambiente lo que permitirá que la temperatura baje lo suficiente en todo el volumen del congelador. Si quisiéramos tener frigorífico en vez de congelador solo tendríamos que conectar el sensor a la placa de evaporación.

Nosotros hemos colocado cestas de rejilla y dos barras metálicas de aluminio para proteger la placa de evaporación de los posibles golpes que puedan darle los alimentos congelados durante la navegación.

El resultado, es un congelador de 59 litros de capacidad que baja la temperatura hasta los – 13º con el termostato en la posición 5 (el máximo es 7) y que una vez congelados (lo cual tarda unas buenas horas) los alimentos se mantienen a esta temperatura, funcionando menos tiempo que el frigorífico normal con lo que el gasto estimado es de unos 50 Amp/h al día, lo que es más que razonable y está calculado para ser alimentados junto con el resto del sistemas eléctricos del barco, mediante dos placas foto voltaicas de 160 W.

 

 

 

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