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¿Cambiamos la cocina a inducción?

 

 

 

Hay muchas maneras de cocinar en el barco, más allá de la clásica de butano, con botellas campingaz azul. También hay de propano con mayor poder calorífico, o de alcohol o incluso de diesel.

 

Pero cada vez son más los aficionados que se pasan al eléctrico con vitrocerámicas de inducción. ¿Cuáles son los beneficios y sus desventajas?

Para elegir cocina en el barco, existen muchas consideraciones a tener en cuenta. ¿Se trata de una gran motora con generador o un pequeño velero en el que no cabe ni una placa solar? ¿Estamos la mayor parte del tiempo navegando

o pasamos largas temporadas en puerto?  ¿Hacemos singladuras por muchos países diferentes con distintos tipos de recambios de gas o solo navegamos por la costa europea? ¿Su instalación actual necesita ser renovada o el barco es muy reciente? ¿Pensamos en actualizar el parque de baterías e incluso cambiar a baterías de ion litio?

El gas ha ido y va de maravilla, pero los tiempos cambian y los barcos también. La mayoría de aficionados no prestamos atención al mantenimiento de la instalación del gas, y es un enorme error, pues el gas, se mire por donde se mire, es explosivo y por tanto peligroso. De ahí la necesidad de los detectores de gas y otros inventos, como electro-válvulas de corte de gas. Mal gestionado, el gas puede originar una verdadera tragedia. Hace poco tuve una mala experiencia con una pérdida de butano en un velero de 40’’ y si no estamos atentos, ardemos todos.

 

 

Si su plan de navegación es cruzar el océano y navegar el Caribe o visitar muchas islas diferentes, o ir incluso más lejos, hacia el pacífico, el gas es un problema pues cuando toque recargar o sustituir la botella, es probable que no encuentre la típica botella azul de Campingaz, lo cual obliga a inventar múltiples adaptadores más o menos ingeniosos o peligrosos.

Eliminar el gas a bordo mejora la seguridad y acaba con el tedio de tener que buscar en distintos países, diferentes adaptadores y mano-reguladores, el cual también se estropea y oxida al ir casi siempre en un pequeño cofre exterior con poca protección frente al ambiente marino. Se acabó el tener que pasar la inspección de la alarma de gas, cambiar la manguera naranja pasada de fecha de caducidad, o revisar la instalación de cobre, que con seguridad tras 20 años puede estar en un estado que necesite atención urgente. Si eliminamos el gas, también podremos retirar la ventilación necesaria para renovar el aire del interior del barco, pues toda combustión se "come" el oxigeno del ambiente. Además una mala combustión (llama amarillenta o naranja) puede ser extremadamente peligrosa al generar monóxido de carbono que puede ser mortal.

 

 

 

En el amarre o en navegación

El 80% de tiempo en que cocinamos a bordo, solemos estar en el amarre habitual o en puertos en tránsito, en donde casi siempre hay tomas de luz de pantalán y por tanto cocinar en modo eléctrico es perfectamente posible sin necesidad de consumir amperios de baterías, de las cuales más adelante hablaremos. Por tanto, en estos casos, cambiar la cocina de gas hacia una a vitrocerámica hará todo más sencillo, seguro, limpio y ¿por que no? …con un aspecto y decoración más moderno.

Estando amarrados queda muy claro. Todo son ventajas, salvo a los puristas que gozan de cocinar con gas y son los menos, pues hablando con los chefs más exigentes, nos corroboran que la placa vitro inductiva está prácticamente al mismo nivel que el gas en cuánto a prestaciones para cocinar y en capacidad de regulación de potencia calorífica, lo cual no ocurría con los anteriores modelos de vitrocerámicas de hace solo 15 ó 20 años.

 

 

Pero… ¿y si estamos navegando? Si su barco es de suficiente eslora y tiene instalado un generador, ya lo tiene claro; la cocina se utiliza por un corto espacio de tiempo y el gasto de diesel del generador es menor, además de con ello poder cargar un rato las baterías.

Si el parque de baterías está bien dimensionado, lo mejor es montar un inversor de unos 5 Kw con el que alimentar la vitro. Pero el inversor debe ser de tipo de onda sinusoidal pura, pues las vitros modernas son exigentes en cuanto a la calidad de la corriente alterna que las alimenta. En este caso tenemos mucho ganado, pues el inversor nos permitirá además, disponer 220 voltios en navegación, así además de la vitro, podremos utilizar el horno microondas, o cualquier otro consumo en el barco, como son herramientas o un aspirador doméstico durante las limpiezas, cargadores de teléfonos y otros gadgets electrónicos.

Muchos aficionados, salvo que estemos muchos días seguidos de travesía por el Atlántico, prefieren preparar comida antes de salir del puerto, pues cocinar en navegación no solo es cuestión de gas o electricidad; también hay que tener en cuenta la incomodidad de la escora o los peligros de tener una sartén con aceite hirviendo moviéndose con las olas, los cambios de amura o posibles pantocazos, que pueden acabar en peligrosas quemaduras.

 

 

El viento y las llamas

No solo se trata de encontrar un mechero para encender el fuego de gas en la cocina, pues el botón de chispa en muchas cocinas o no funciona o no es útil. Lo peor es que a veces un tambucho abierto tragando aire, puede llegar a apagar la llama de la cocina, lo cual conduce a situaciones peligrosas si el termopar de seguridad está anulado o no funciona correctamente. Estos problemas simplemente no existen con las cocinas eléctricas.

Además, la cocina de gas genera mucha humedad, que es fácil sentir en los barcos durante el cocinado en invierno, cuándo tenemos cerradas todas las ventanas para que no entre el frío del exterior. Por cada kilo de gas que se quema, se genera más de un kilo de vapor de agua en forma de humedad, exclusivamente debida a la combustión del butano, y no como muchos creen, de la evaporación del agua de los alimentos cocinados.

 

 

 

Tipos de cocinas eléctricas

En este apartado no existen dudas. La placas de inducción son la solución definitiva. A diferencia de las anteriores vitrocerámicas con calentamiento puramente resistivo o las halógenas, el calor de las vitros de inducción logran una rapidez y alto rendimiento de la energía eléctrica.

El calor se "genera" directamente en la sartén o el cazo, (que tienen que ser específicamente para cocinar con inducción, pero se encuentran en cualquier centro comercial a precios muy económicos). A diferencia de otros sistemas de calentamiento eléctrico o con el gas, que además de calentar la sartén, también calientan de paso toda la cocina o el salón del barco (lo cual no es nada agradable salvo en invierno, claro).

Las vitros que encontramos en las grandes superficies están pensadas para su montaje enrasado en encimeras y por tanto no van articuladas para compensar la escora. Existe alguna solución náutica con basculante, pero es muy cara y desde mi punto de vista no merece la pena. Además no es complicado fabricar un sistema basculante si nos ponemos a ello, mediante unos perfiles soldados en inox soportados en un par de cojinetes.

Existen pequeñas ollas express que evitan los posibles derrames y por tanto si nos toca cocinar con movimiento de mar, son muy útiles y evitan peligrosos derrames de comida hirviendo.

 

 

 

Adaptar el parque de baterías

Los que decidan cocinar mientras navegan o están en el fondeo y no dispongan de generador, tendrán que tener un parque de baterías de cierta potencia, que se puede calcular haciendo varias estimaciones.

Supongamos que la vitro es de 2 o 3 fuegos, con zonas (’fuegos’) de 1500w, 2000w y 2.500w. Lo "normal" es cocinar con uno de ellos, y no todos a la vez. Pero por suponer, vamos a pensar que tenemos al mismo tiempo el de 1500w+2000w = 3.500w encendidos. Debemos indicar que las vitros de inducción actuales "modulan" la potencia y estos valores son de potencia a máximo calor. Las antiguas vitros cuando se ponía un fuego a media potencia lo que hacían es estar unos segundos encendidas (a máximo) y otros segundos apagadas. Las actuales solicitan un consumo continuo pero de potencia ajustada al calor solicitado. Pongamos por tanto que como máximo utilizamos una potencia de 3.500 vatios. Esto implica una corriente máxima para el inversor de unos 300 amperios, por lo que debemos pensar en unos cables de alimentación de sección adecuada!

 

 

En cuanto a consumos, supongamos que cocinamos 30 minutos al día a una potencia media, de por ejemplo 2.000w de calor. Esto implica un consumo de energía eléctrica de unos 80 Amperios-hora solo para la vitro, que no es tanto, aunque en ácido plomo y con baterías usadas, deberíamos tener un parque de baterías de una capacidad de unas tres o cuatro veces mayor. Quizás sea momento de cambiar a ion-litio en 24 o 48 voltios, con un conversor DC-DC, solución que ya hemos descrito en otros artículos.

Para hacerse un pescado a la plancha, la vitro de inducción tarda 8 minutos y unos huevos 5 minutos. El consumo se puede minimizar y hay aficionados que con un parque de baterías de 220 Ah y un par de placas solares de 160 watios, consiguen ser autosuficientes, aunque desde mi punto de vista, doblar estas cifras es el mínimo que aconsejaría para cualquier instalación.

 

 

 

Cocina de Diesel

Se trata de otra muy buena opción si quiere prescindir del gas, por los motivos ya explicados. La cocina de Diesel que mostramos en la imagen se alimenta desde el mismo depósito de motor. Lleva un quemador interno que transmite el calor a la placa cerámica dando el aspecto de una cocina tipo vitro, aunque realmente estamos ante una cocina diesel.

Un tema poco atendido en demasiados barcos es el de la extracción de gases y humos mediante una campana extractora que elimine los olores y evite la concentración de calor en algún mueble instalado sobre la cocina.

Por supuesto que una campana extractora en todas sus diferentes modalidades que podemos encontrar en el mercado son ladecuadas, pero existen otros montajes más sencillos que también ayudan a solucionar parte del problema. En este mismo barco y encima de la cocina diesel, se ha montado una placa disipadora de acero inox pulido en vez de campana de extracción. No retira humos pues se trata de un catamarán y la ventana de la cocina está justo al lado, pero el calor que sube de la cocina se disipa en la placa evitando focos calientes que pudieran quemar la madera de los muebles situados sobre la cocina.

Se trata de una simple placa de acero pulido montada mediante unos separadores que permiten la conveción del aire y la disipación del calor.

 

 

 

 

Cocina de Alcohol

Es otra posibilidad aunque no tenga demasiado sentido deshacerse del gas para pasarse al alcohol. Ciertamente es más fácil encontrar alcohol de quemar en cualquier rincón del mundo que un adaptador de gas adecuado a nuestro sistema, pero continuaremos con el riesgo de malas combustiones e incendios que casi desaparecen con la electricidad (si esta esta bien instalada).

Sin embargo, contar con un pequeño quemador de alcohol, tenga gas o electricidad es una buena opción de 'respaldo' pues la podrá poner en marcha en casi cualquier circunstancia, o incluso puede montar la vitro como opción principal y una pequeña de alcohol como complementaria.

 

 

 

 

 

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