no de la forma en que se está aplicando. ¿Cómo se puede prohibir ir en coche con nuestra pareja con la que convivimos 24 horas al día? ¿Cómo puede ser que sigan sin efectuarse tests con la celeridad y cantidad que muestran países vecinos Europeos? ¿Por qué no se permiten las salidas al campo a los niños condicionando las distancias de seguridad? ¿Cómo hemos llegado a esto? ¿Qué despropósito "orweliano" estamos viviendo en estos días de represión política, vigilancia masiva y control de la información?

El desastre turístico

Hace unos días el Diario de Ibiza predecía una ocupación hotelera del 0% durante los meses de Junio y Julio y de quizás un 25% para el mes de Agosto, o incluso de nuevo el 0% según lo anunciado por el ejecutivo de Sánchez, que pretende prohibir toda actividad de ocio o turismo hasta las navidades. ¿El chárter náutico es actividad de Ocio o es acaso de Turismo náutico?

Si esto es así, parece casi evidente que el chárter podría estar perdido o mejor dicho arruinado, y con ello una parte importante de la industria náutica española. Ante la situación que acontece, ¿podrán cambiar los barcos de chárter a lista 7ª?, pues es probable que quien tenga el barco en lista 6ª sea obligado a permanecer amarrado por orden del gobierno, al tratarse de embarcaciones dedicadas a una actividad prohibida hasta nueva orden. ¿Conllevaría la prohibición de hacer chárter, al fomento de la actividad ilegal de charter bajo lista 7º y otros pabellones extranjeros, como ya estamos acostumbrados a sufrir?  ¿Hasta que punto puede contribuir a la pandemia, el que una familia o grupo de amigos compartan barco durante una o dos semanas, en vez de permanecer encerrados en su casa?

Entre el blanco y lo negro existen infinitud de tonos de grises. Se puede apoyar un confinamiento "inteligente" ideando soluciones hasta ahora no planteadas por los gobernadores. Tests sanitario antes de embarcar, limitación por numero de personas en un mismo barco, Prohibición del charter plaza-a-plaza en el que diferentes personas desconocidas comparten un mismo barco, fomentar el charter entre familiares, desembarques en puertos limitados durante los días de charter...

Decenas de soluciones pueden evitar el colapso absoluto. Evitar la proliferación de actividades ilegales, evitar la injusticia, evitar la represión y perdida de libertades, y todo ello sin menoscabo de continuar el camino hacia el control de la pandemia.

La prioridad sanitaria es fundamental, pues en las horas en que publicamos este texto, continúan muriendo unos 400 españoles al día por el Covid-19. El tejido empresarial se encuentra casi detenido en todo el territorio nacional, y el sector servicios, que representa un porcentaje extraordinariamente importante del PIB Español, simplemente ha sido sacrificado por orden del Estado. Lo que se avecina es de gravedad extrema y los efectos en la economía son tan devastadores como lo que nos cuentan nuestros mayores de la posguerra.

El barco de recreo de tipo medio, a pesar de lo que sigan tercamente pensando lo más "progres", no es un bien de lujo, de la misma manera que no lo es un vehículo turismo de clase media para cualquier ciudadano. No habrá dinero en los bolsillos y si hemos de seguir pagando puerto, amarre, seguro y mantenimientos para luego no poder disfrutar del barco,….¿Cuantos querrán vender su barco? El batacazo del mercado va a ser brutal y quizás parecido al “cero” del sector del chárter. Y lo mismo cabe esperar del sector inmobiliario, o del resto de sectores de la economía Española.

España, Italia, Francia, y el planeta entero. En el mundo globalizado en el que vivimos, todo es un castillos de naipes a punto de derrumbarse. Hace pocos días recibía un email de un complejo turístico dedicado al ocio de aventura en Papua Nueva Guinea y con el que hemos participado, al otro extremo del mundo, lanzando un SOS de auxilio. El turismo cerrado completamente por falta de clientes, y miles de familias que dependen de ello, decenas de miles de ciudadanos ya de por si viviendo cerca del nivel de pobreza, aldeas completas han sido despedidas de sus puestos de trabajo. El tercer mundo depende del primer mundo y si este se derrumba, el tercero lo hace también, pues depende casi exclusivamente del primero.

Cierto que el Covid-19 está matando, pero la revolución que está a punto de encenderse también lo hará, en forma de escasez, revueltas sociales, manifestaciones violentas y desastres humanitarios. ¿Han tenido esto en cuenta los gobiernos?