matriculación del 12% para los barcos, entrega una cifra ¡redonda! Un 30% de impuestos es la cifra que se llevan los gobernantes de nuestro bolsillo por el hecho de querer navegar en el mar. Un 30% para los barcos de más de 8 metros de eslora y hasta un 34% para las motos de agua. Y todo ello como consecuencia de sus continuados desatinos en sus gestiones y sus políticas.

O sea. Del orden de un tercio del precio pagado en la compra de un barco se lo “come” el gobierno, para que en muchos casos malverse este dinero en necias decisiones que hunden más y más profundamente a toda la sociedad. Porque además de los los astilleros quebrados, los negocios cerrados, las tiendas clausuradas, los que aún permanecen abiertos han reducido sus plantillas de forma dramática, en muchos casos hasta el 90%. O sea que en la práctica la industria náutica ya está destrozada como atestiguan todos los indicadores económicos y nos reafirman sus principales actores.

El camino para la recuperación discurre por la senda diametralmente opuesta a la que se empecinan marcar estos obstinados legisladores. Es imposible convencer a estos pertinaces políticos, que no acaban de entender que el total de los ingresos recaudados por el estado es una simple función de primer grado, fruto del producto de la tasa impositiva multiplicada por el número de ventas. Parece ser que esta segunda parte de la ecuación es la que no acaban de dilucidar sus testarudas molleras. ¿Habrá que explicarles que la tasa, cualquier tasa, multiplicada por cero es igual a cero? Y es que cuando las ventas reales a su vez dependen del valor de las tasas impositivas dictadas, las cosas empiezan a complicarse. Por todo ello y por su demostrada incompetencia debemos pedirles que rectifiquen.