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Si piensa
realizar largos cruceros, decidirse por un catamarán de crucero
frente a un sloop tiene muchas ventajas, como lo demuestran las
muchas familias que navegan y viven a bordo de estas auténticas
casas flotantes.
Si navega en
familia con niños, los catas son especialmente cómodos y apreciará
especialmente los espacios siempre nivelado y las mesas que no tiene
la costumbre de volcar los vasos y otros platos de comida. En un
catamarán los niños pequeño no ruedan en las literas hasta caer al
pasillo, mientras escucha con estruendo, como ruedan los pertrechos
que van a parar al suelo en las fuertes ceñidas.
Y a tenor de
la experiencia de muchos navegantes, un buen catamarán de crucero es
actualmente perfectamente capaz de afrontar las condiciones más
duras de la mar, pudiendo navegar por los 40 rugientes o pasar el
Cabo de Hornos. Las ventajas de un catamarán se hacen muy obvias
cuando navegamos en ellos, y son de muy distinto tipo. Navegando son
rápidos y más seguros de pilotar y ajustar los distintos aparejos.
Al llegar a un lugar de fondeo podremos acercarnos casi hasta la
misma orilla, y la habitabilidad no admite comparaciones. Un salón
inmenso y acristalado que permite disfrutar magníficamente del
entorno, una cocina cómoda, amplia y estable, y unas zonas
exteriores dignas del mejor hotel. Se acabaron las bajadas a ‘las
cuevas’ oscuras y tristes.
Naturalmente
existen inconvenientes frente a los monocascos siendo el principal
de ellos el elevado precio a igualdad de eslora. Al tener una manga
muy importante los amarres son notablemente más caros, lo cual es
evidente si tiene en cuenta que el precio dependerá de la superficie
que tenga la embarcación. Aún siendo más anchos la manejabilidad es
muy buena ya que disponen de un motor en cada casco lo cual hace muy
eficiente la maniobra de ciga boga. Incluso navegando con mala mar
son muy estables y están diseñados para que no puedan volcar incluso
en las condiciones más duras, aunque si lo hacen no tendrá
posibilidad de volverlo a adrizar... Los casos más extremos han
ocurrido con condiciones muy dramáticas de la mar, en las cuales se
ha combinado la clavada de la proa de uno de los cascos, justo en
combinación de una racha extrema navegando a vela. Pero estos casos
son siempre extremos al igual que también ocurren con otras
embarcaciones monocascos y por otras causas.
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