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Octubre 2011

Polo Norte: Se funde sin solución
 
 
Se anunciaba desde hace tiempo. Que el ártico sea totalmente navegable en verano indica una tendencia hacia la continuada e ininterrumpida subida de las temperaturas. La cosa no acaba aquí. El agua del Ártico sigue un ciclo anual de congelación y deshielo, llegando a su máxima extensión en torno a marzo, al final del invierno, y al mínimo en septiembre, cuando acaba el verano. Los científicos han observado un continuo descenso de la extensión del hielo, que se aprecia especialmente en el mínimo anual de septiembre.

Los témpanos flotantes del Ártico han disminuido este verano hasta un nivel desconocido desde que empezaron a tomarse medidas por satélite en 1972. Los mapas sobre la extensión del hielo publicados por físicos de la Universidad de Bremen indican que el pasado 8 de Septiembre de 2011 los hielos cubrían 4,24 millones de kilómetros cuadrados. Es un record histórico que seguramente veremos disminuir aún más en los próximos años. Se ha duplicado la velocidad de deshielo durante el verano debido al aumento de las temperaturas en las últimas décadas al doble que en el resto del planeta. El hielo ha retrocedido de forma tan continua y rápida que los científicos creen que es posible que dentro de 30 años se podrá ver un océano Ártico completamente desprovisto de hielo en verano, cuando las peores predicciones del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de la ONU daban como fecha el año 2100.

Este verano ha sido posible atravesar el Artíco navegando de lado a lado y por tanto ahora es posible dar la vuelta al mundo por el norte sin tener que pasar por debajo del Cabo de Hornos o cruzar los canales de Panamá y Suez. Por el NorOeste se ha abierto un paso al norte de Canadá y al NorEste por el norte de Siberia también se han unido el Océano Atlántico y el Océano Indico.

La apertura de estas extensiones heladas ha dado paso a la codicia de estados y países por reinvindicar estos mares y sus recursos petrolíferos que ya han sido la causa de varias disputas diplomáticas entre los países situados en el área.

En el Ártico, Los datos fósiles prueban que la última vez que el Ártico estuvo sin hielo en verano fue hace 125.000 años, en pleno mínimo glacial y cuando la civilización humana no existía, pues el 'Homo sapiens' ni siquiera había salido de África.

Para los expertos de Bremen, el deshielo creciente del Ártico es fruto de la acción humana y de la emisión de gases de efecto invernadero que calientan la atmósfera. "No hay variabilidad natural ni fenómeno meteorológico que explique estos cambios de un año para otro que está experimentando el hielo. Los modelos climáticos muestran que la reducción está relacionada con el calentamiento global de origen humano, que en el Ártico cobra especial notoriedad debido al efecto albedo, que consisten en la mayor absorción solar del mar a medida que desaparece el hielo reflectante de la radiación solar. Se trata de un proceso de aceleración en espiral, pues al disminuir las superficies blancas del hielo que reflejan casi el 100% de la luz que reciben, se acelera el fenómeno de calentamiento. Al derretirse el hielo, la superficie de agua oscura absorbe más luz, con lo que el agua se calienta más rápido y produce más deshielo, creando una retroalimentación imparable del agua helada.

Los científicos indican que además de perderse extensión helada, también ha descendido el grosor y antigüedad de los hielos. Tras el mínimo de septiembre, el hielo vuelve a recuperarse durante el oscuro invierno polar, pero el nuevo casquete que se crea es menos grueso y más frágil que los hielos antiguos que ya se perdieron y por eso, al llegar la primavera, se derrite con mayor rapidez.

Las repercusiones sobre los ecosistemas son drásticas pues afecta a las algas y los pequeños animales que forman la cadena alimenticia de la que dependen los peces, los mamíferos y el propio hombre. El Ártico tiene un papel fundamental en la regulación del clima de la Tierra, como si fuera una especie de termostato planetario. Estos drásticos cambios influyen sobre las corrientes oceánicas y atmosféricas de todo el globo y pueden generar alteraciones en cadena en todo el planeta.

   

 
 
 

 

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