Finales de los 80. Diseñado por el conocido arquitecto Van de Stadt.
Sus 6.5 metros de eslora y 2.3 de manga, hacen que sea remolcable fácilmente. La quilla es retráctil mediante una efectiva manivela situada en el interior.
Su cubierta es totalmente plana, sin protuberancias de la cabina.
El interior es para echar una siesta y poco más.
El antideslizante que equipa la cubierta es de lo más antiestético y atractivo para un barco.
Motorizaba un fueraborda adosado al espejo de popa.